viernes, 31 de diciembre de 2010

CUENTO SOÑADOR 2011


LA ATRAPA SUEÑOS Y EL HACEDOR DE ESTRELLAS. Escritora de cuentos y poesías infantiles de México.

“En algún lugar más allá de las estrellas, en algún lugar entre los mundos, existe un lugar en el que nacen los sueños”.

Más allá del último horizonte, donde la luz se convierte en una interminable cascada que lo baña todo, existe un lugar llamado Mizar, que es el hogar de un hermoso ángel llamado Illumine, y ella pasa sus días y sus noches cuidando y manteniendo a salvo los sueños de todos los seres vivientes. Todo en Mizar está hecho de sueños, todo lo que has imaginado, cada color, o escenario, cada sonido y palabra se encuentra en este lugar. Todas las musas que los hombres conocen habitan ahí, y juegan con los sueños de los niños, y también sueñan con los sueños que los hombres convertirán en realidad.

En Mizar todos conocen y aman a Illumine, ángel de los sueños, pero la llaman “la atrapa sueños” porque cuando alguien tiene un mal sueño, uno de ésos lleno de miedo o tristeza, Illumine los atrapa en el aire y los lleva a un antiquísimo mar llamado Akilá, en cuyas aguas púrpulas, cristalinas y puras aquellos sueños se limpian y se convierten en la arena plateada que cubre la costa; pero ésta no es la única tarea que lleva a cabo la atrapa sueños; ella también vuela cada noche a través de los mundos para inspirar sueños placenteros y calmar nuestros corazones y mentes, así que cada noche en nuestros sueños todos viajamos a Mizar y hacemos que ese lugar sea más grande, alto y brillante ...

“En algún lugar más allá de las estrellas, en algún lugar entre los mundos, existe un lugar en el que nunca has estado, pero es el lugar en que tu corazón fue creado”.

Sobre la montaña más alta de Mizar se levanta un magnífico castillo, en cuya torre habita otro poderoso ángel llamado Vermalion, éste ángel también es un mago, un alquimista y todo un artista; todo lo que Vermalion toca se convierte en una gran obra de arte. Entre interminables filas de libros y cientos de frascos que contienen todo tipo de coloridas pociones, esencias, rocas y cosas que sólo podrías ver en tus más excéntricas fantasías, encontrarás al gran Vermalion trabajando en un nuevo proyecto; pero lo que más ama hacer éste ángel es hacer estrellas ... es un trabajo muy laborioso, pero cuando está terminado, los resultados son sorprendentes ... Aries, las Hiadas, Aldebarán, Tauro ... ¿alguno de estos nombres te suena familiar? Todas éstas constelaciones y más, muchas más fueron hechas por el gran Vermalion, mejor conocido como “el hacedor de estrellas” él es quien ha iluminado el cielo nocturno... bueno, no sólo el nuestro, sino todos los cielos en donde quiera que haya uno.

“En algún lugar más allá de las estrellas, en algún lugar entre los mundos hay un ángel que jamás permitiría que te perdieras”.

La vida transcurría pacífica y feliz en Mizar, con todo mundo haciendo su mejor esfuerzo para inspirar a la mente humana con cosas hermosas y todo aquello que es bueno, creativo y puro; pero un día un trueno ensordecedor sacudió el suelo de Mizar, nunca antes algo como eso había sucedido, y las musas, las hadas, los gnomos, elfos, ángeles y todas las criaturas que creemos imaginarias se reunieron en e castillo de Vermalion para descubrir que era lo que habían escuchado.

Y justo frente a sus ojos, parado en una esquina del lugar hallaron a un pequeño mirándolos con gran curiosidad. ¡Bienvenido a Mizar! –exclamaron todos - ¿Dónde estoy? Este es el lugar donde nacen los sueños –dijo la atrapa sueños, ¿Estoy durmiendo? Así es ... y al mismo tiempo no - No comprendo - Estás soñando mi pequeño –dijo el hacedor de estrellas– pero no todos pueden soñar el camino hasta aquí ... tienes un espíritu muy fuerte ... y una mente ávida. - ¿Eres un ángel? - Si, lo soy, mi nombre es Vermalion ... y el tuyo es Orión ¿no es así? - ¡¿Como lo sabes!? - Puedo verlo escrito en tus ojos, y has venido hasta aquí buscando respuestas ... ¿estoy en lo correcto pequeño Orión? - ... sí ...

Vermalion, Illumine y Orión comenzaron a caminar a lo largo de la costa, contemplando las doce bellísimas lunas llenas en el cielo de Mizar, mientras sentían las cálidas olas púrpuras bañando sus pies. - ¿Qué te ha traído hasta aquí mi pequeño? –preguntó Illumine– - soy demasiado curioso ... al menos eso dice mi mamá ... verán, hace un año traté de contar todas las estrellas ... porque creí que sería sencillo, pero luego noté que cada día hay más y más estrellas; así que leí muchos libros y supe que hay cientos de millones de ellas ... ¡y eso es sólo en nuestra galaxia! ¡Y sólo Dios sabe cuántas galaxias hay por ahí! Pero luego me di cuenta que no sabía de dónde vienen las estrellas... así que busqué y busqué, y leí e investigué, y pregunté... y todos dijeron que las estrellas son rocas hechas de minerales y hielo y otras cosas... pero... eso no tiene mucho sentido para mí... ¿de verdad las estrellas sólo son un montón de rocas encendidas flotando en el espacio exterior? - Puedo ver que eres muy curioso pequeño Orión ... y es una actitud que te llevará a lugares que nunca imaginaste, tu creatividad e imaginación te han traído hasta aquí, y te prometo que obtendrás la respuesta que buscas, pero primero, déjame mostrarte un secreto.
Entonces los dos ángeles comenzaron a mostrarle al niño el mundo de Mizar, y le revelaron las grandes refulgentes montañas rojas de Igne que estaban hechas con los pensamientos de amor de todos aquellos que han partido de nuestro mundo, porque el amor nunca muere, jamás se desvanece, es infinito; el amor continúa creciendo... justo como aquellas montañas que se hacen más altas cada vez que alguien piensa en aquellos a quienes ama. Entonces los nuevos amigos caminaron hasta el valle de Telesmi, donde habitan todas las criaturas que la mente humana ha imaginado; todas las hadas, unicornios, sirenas y los amigos imaginarios que hemos tenido viven toda clase de aventuras, porque es nuestro valor y nuestra fuerza lo que les ha dado la chispa de la vida.

“En algún lugar más allá de las estrellas, en algún lugar entre los mundos existe la prueba de que el amor y la vida continúan haciéndose fuertes”.

Después de observar bien la belleza de Mizar, Orión notó algo peculiar, parecía que mientras más caminaban más paisajes y caminos aparecían. - ¡Éste lugar es infinito! ¡como las estrellas! - Infinito ... así es –dijo la atrapa sueños– y toda esta belleza ha sido obra tuya muy pequeño. - ¿Cómo puede ser posible? - Querías saber de dónde vienen las estrellas –dijo Vermalion– ¡Y ésta es la respuesta! Cada vez que los humanos sueñan o piensan en algo hermoso, Illumine, la atrapa sueños, lleva ésos sueños brillantes, coloridos, placenteros y alegres conmigo y yo les doy forma y les doy un lugar en el espacio exterior para que cada humano pueda ver lo que quieren hacer, y cuando un sueño se hace realidad se convierte en una estrella fugaz... y cuando alguien la ve y pide un deseo, otra estrella nace. - ¡Vaya! ¡significa que las estrellas están hechas de sueños!
- Eso es correcto mi pequeño, y arden porque están hechas con toda la pasión de la vida, y todo el amor de aquellos que soñaron algo bueno; y nuestro amado hogar, Mizar, crece gracias a aquellos espíritus como el tuyo, llenos de vida, creatividad y fe, así que por ello las estrellas son infinitas. - ¿Pero es cierto lo que mucha gente dice de los sueños? - ¿Qué dicen mi pequeño? - Que los sueños son tontos e inútiles - Tu corazón ya sabe la respuesta ...

“En algún lugar más allá de las estrellas, en algún lugar entre los mundos, existe alguien iluminando el cielo para que puedas sonreír”.

De repente el pequeño Orión despertó, y supo que su viaje no había sido sólo un sueño, ahora tenía la certeza de saber que no hay tal cosa como un sueño tonto o imposible, y que no había razón alguna para sentirse solo o perdido, porque sólo tenemos que mirar al cielo para ver nuestras estrellas brillando, sonriéndonos, mostrándonos el camino correcto para hacer nuestros sueños realidad. Orión sabía que en algún lugar más allá de las estrellas, en algún lugar entre los mundos hay un lugar en el que habitan la atrapa sueños y el hacedor de estrellas, cuidando a todas aquellas almas que no tienen miedo de llamarse soñadores.

Y Colorín Colorado

Pd: Quiero dedicar este cuento a todos y todas, para que el 2011, sea un año de los verdaderos atrapa sueños y los hacedores de estrellas... Que todos sus sueños se hagan realidad.



miércoles, 29 de diciembre de 2010

CUENTO CÓMPLICE


UN AÑO NUEVO. Del libro: "Cuentos para Niños de 8 a 108 II" - Pancho Aquino.

Dicen que cuando se acerca fin de año los ángeles curiosos se sientan al borde de las nubes a escuchar los pedidos que llegan desde la tierra. ¿Qué hay de nuevo? -pregunta un ángel pelirrojo, recién llegado. Lo de siempre: amor, paz, salud, felicidad... contesta el ángel más viejo.

Y bueno, todas esas son cosas muy importantes. Lo que pasa es que hace siglos que estoy escuchando los mismos pedidos y aunque el tiempo pasa los hombres no parecen comprender que esas cosas nunca van a llegar desde el cielo, como un regalo.

¿Y qué podríamos hacer para ayudarlos? - Dice el más joven y entusiasta de los ángeles.
¿Te animarías a bajar con un mensaje y susurrarlo al oído de los que quieran escucharlo? - pregunta el anciano.

Tras una larga conversación se pusieron de acuerdo y el ángel pelirrojo se deslizó a la tierra convertido en susurro y trabajó duramente mañana, tarde y noche, hasta 10 últimos minutos del último día del año.

Ya casi se escuchaban las doce campanadas y el ángel viejo esperaba ansioso la llegada de una plegaria renovada. Entonces, luminosa y clara, pudo oír la palabra de un hombre que decía: "Un nuevo año comienza. Entonces, en este mismo instante, empecemos a recrear un mundo distinto, un mundo mejor: sin violencia, sin armas, sin fronteras, con amor, con dignidad; con menos policías y más maestros, con menos cárceles y más escuelas, con menos ricos y menos pobres.

Unamos nuestras manos y formemos una cadena humana de niños, jóvenes y viejos, hasta sentir que un calor va pasando de un cuerpo a otro, el calor del amor, el calor que tanta falta nos hace.

Si queremos, podemos conseguirlo, y si no lo hacemos estamos perdidos, porque nadie más que nosotros podrá construir nuestra propia felicidad".

Desde el borde de una nube, allá en el cielo, dos ángeles cómplices sonreían satisfechos.

Y Colorín Colorado

En los países celtas, la Nochevieja siempre se ha celebrado y se ha celebrado con mucho más entusiasmo que la Navidad.


martes, 28 de diciembre de 2010

CUENTO INOCENTE


LOS ANGELITOS SORDOS. María Inés Di Pietro

Había en el cielo un grupo de ángeles que no podían oír. Mientras los otros ángeles estaban en sus clases de arpa y laúd, sus instrumentos preferidos, ellos se habían sentado todos juntos en una nubecita rosada. "¿Qué podemos hacer?" -pensaban-. "Nuestros compañeros entonan bellísimas melodías para alabar al Creador, y tocan instrumentos que deleitan sus oídos. ¿Cómo podemos hacer nosotros para mostrarle nuestro amor?".

Debajo de la nubecita rosada sobre la que estaban sentados, había un jardín. Los angelitos sordos se sentían tristes, y las flores de aquel jardín comenzaron a marchitarse. Uno de ellos se dio cuenta de lo que estaba pasando, y señaló con su dedito hacia abajo. Los otros se miraron, y comenzaron a cambiar sus pensamientos. Se concentraron todos juntos en el Amor de Dios, y al cabo de un rato vieron que en el jardín habían brotado hermosas flores de brillantes colores. "¡Qué maravilla!" -pensaron-. "Juntemos algunas flores, y vayamos a visitar a Dios". Los angelitos, muy contentos, fueron hasta el trono del Señor.

El ángel Guardián del Trono los recibió, y les preguntó: "¿Qué desean?". Los angelitos sordos llevaban canastas repletas de flores. El ángel Guardián comprendió que eran ofrendas para el Creador, y los dejó pasar. Los angelitos se acercaron y depositaron sus canastas con flores a los pies del Señor. Dios los miró complacido, y les dijo: "Veo que han comprendido. ¿De qué servirían todas las melodías que entonan los coros celestiales, si no existieran las flores que embellecen el mundo?

Los pensamientos de Amor Elevado son capaces de crear las formas más bellas. Si ustedes seguían tan tristes, se iban a marchitar todas las flores de la Tierra. Continúen enviando sus pensamientos de Amor, y verán las maravillas de la creación". Peregrino: nunca desprecies a tu hermano por ser diferente a ti, pues todas las criaturas son hermosas y perfectas a los ojos del Creador, y pueden tener dones que ni siquiera te imaginas.

Y cuando te detengas a contemplar la belleza de una flor, recuerda que un angelito sordo está enviando a la Tierra sus pensamientos de Amor.

Y Colorín Colorado



domingo, 26 de diciembre de 2010

CUENTO EJEMPLAR


LA RANA LUCY Y EL GRILLO GUILLERMO.

Caía la noche y un gran manto de nieve, cubría el parque, un parque tranquilo, donde el ruido dormía y sólo los murmullos de los animalitos se escuchaban en la oscuridad. Tras la ventana de una casita hecha de hojas vivía la rana Lucy, era una ranita muy alegre, con grandes ojos y patitas cortas, miraba embobada como los copos bajaban lentamente como si estuvieran bailando una danza.

En el parque también vivían otros animalitos, pero eran muy orgullosos y presumidos, sólo el grillo Guillermo quería de verdad a la ranita. Era un grillo negro, muy negro, pero muy educado y elegante, tenía un bonito sombrero que sólo se ponía en las grandes ocasiones.

Llego el día que todos esperaban, la fiesta de Navidad, la rana y el grillo, tenían muchos deseos de ver todos los adornos de la gran ciudad y pensaban acercarse a ver un gran Belén viviente que iban a colocar en la Plaza Central. Les gustaba mucho cantar villancicos. A veces se ponían un poquito tristes de estar tan solitos, pero enseguida recordaban dónde jugaban los niños, y disfrutaban de verlos correr y reír. ¡Todas las penas se marchaban.

Lucy y Guillermo se prepararon para ir a la ciudad. Lucy se puso su chaleco y su bufanda a cuadros y Guillermo su sombrero de copa. Atravesaron el parque. Algunos animalitos se burlaron de ellos, diciendo: ¡Mirad que pintas llevan| ,¡ Se creen muy finos. Pero nuestros amigos no le dieron importancia y siguieron su camino. Al poco tiempo oyeron un gemido, se preguntaron: ¿Qué es eso? Cada vez lo oían más cerca. De pronto, descubrieron un pobre saltamontes que estaba aterido de frío. ¡Pobrecito, qué te pasa? Dijo Lucy.

Estaba saltando y se me echó la noche encima, me quedé tan helado que no podía moverme. Los animalitos me vieron pero ninguno me ayudó. ¡Ves Guillermo|. Dijo Lucy. Todos son muy orgullosos, pero no tienen corazón. La ranita y el grillo, le prestaron sus ropas y le abrigaron, mimándolo para que entrara en calor. El saltamontes agradecido, les dijo: Conozco un lugar donde podéis pasar las mejores navidades de vuestra vida, además hay un Belén tan bonito que no se os olvidará nunca. Allí, fueron los tres. Era cierto lo que les contó el saltamontes.

En una cunita de paja, había un niño tan bonito, y tenía una mirada tan dulce que a la ranita se le escapó una lágrima. Un buey y una mula le guardaban y San José y la Virgen María le velaban. Se acercó a él, despacito, dando dos saltitos y le susurró al oído: Yo sé, que eres el Niño Dios, que amas mucho a los niños, yo también. Tal vez juntos podamos luchar para que siempre sean felices y no lloren. ¡No quiero que se odien| ¡creemos entre todos un mundo mejor. Sé que eres sólo un muñeco, y que los que me miran pensaran que soy una rana loquita, pero yo sé que me escuchas.

La ranita se dio la vuelta y de repente el grillo chilló: ¡Ranita, ranita , el niño te ha sonreído. Era verdad, una gran sonrisa iluminaba la cara del niño Jesús. Tal vez el niño no sonrió, pero lo importante es que en nuestro corazón tengamos tanto deseo de amor como la ranita que nos haga creer hasta en lo que no es real.

Los amigos volvieron a casa, y esa fue la Navidad más feliz de su vida.

Y Colorín Colorado


viernes, 24 de diciembre de 2010

CUENTO CONFIADO


EL DESEO DE NAVIDAD. Irene Temporal Espada 6ºB

Todos los años esperamos con ansia la navidad, es una fiesta que nos encanta a todos, a los mayores, a los ancianos y sobre todo a los niños, porque nos traen regalos.

Este año era distinto, en nuestro pueblo todos los años solía nevar pero este año, no. Todos nos quedamos sorprendidos con tal cosa pero no le dimos importancia porque tarde o temprano nevaría. Era ya 24 de diciembre y todos celebramos la noche buena como todos los años, y esa noche era especial porque viene papa Noel, y todos los niños recibieron sus regalos, menos uno, que se llamaba Juan y por desgracia era pobre, y su único deseo fue que nevara esa navidad para que fuera especial. Pero el niño no recibió su preciado regalo, y se puso tan triste que no paraba de llorar, y él se repetía una y otra vez: -La culpa es mía porque yo pedí el deseo y ahora no nieva en este pueblo. Y se volvía a repetir: -Toda, toda la culpa es mía y solo mía.

Ya era 31 de enero y aun no había nevado, el tiempo de Navidad se acababa y todo el mundo perdía la esperanza, menos Juan que estaba completamente seguro de que esa noche iba a nevar, y así pasó. Esa noche pasada ya la medianoche empezó a caer copos y copos de nieve. A la mañana siguiente todo estaba blanco y la gente se alegró tanto que felicitaron a ese niño que tenía confianza en la navidad y nunca la perdería. Todo el mundo desde ese día vio que la felicidad no está solo en el dinero, sino en la familia y en la confianza hacia los demás, también descubrieron que ese niño aunque fuera el más pobre del pueblo era el feliz de todo el mundo.

Y Colorín Colorado




miércoles, 22 de diciembre de 2010

CUENTO INVISIBLE NAVIDEÑO


BIENES INVISIBLES. Historias de Navidad

Tomás es un chico de siete años que vive con su mamá, una pobre costurera, en su solo cuarto, en una pequeña ciudad del norte de Escocia. La víspera de Navidad, en su cama, el chico espera, ansioso, la venida de Papá Noel. Según la costumbre de su país, ha colocado en la chimenea una gran media de lana, esperando encontrarla, a la mañana siguiente, llena de regalos.

Pero su mamá sabe que no habrá regalos de Navidad para Tomás por su falta de dinero. Para evitar su desilusión, le explica que hay bienes visibles, que se compran con dinero, y bienes invisibles, que no se compran, ni se venden, ni se ven, pero que lo hacen a uno muy feliz: como el cariño de la mamá, por ejemplo. Al día siguiente, Tomás despierta, corre a la chimenea y ve su media vacía. La recoge con emoción y alegría y se la muestra su mamá: "¡Está llena de bienes invisibles!", le dice, y se le ve feliz.

Por la tarde va Tomás al salón parroquial donde se reúnen los chicos, cada cual mostrando orgulloso su regalo. "¿Y a ti, Tomás, qué te ha traído Papá Noel?", le preguntan. Tomás muestra feliz su media vacía: "¡A mí me ha traído bienes invisibles!", contesta. Los chicos se ríen de él. Entre ellos Federico un niño consentido quien tiene el mejor regalo pero no es feliz. Por envidia sus compañeros le hacen burla porque su lindo auto a pedal no tiene marcha atrás, y enfurecido destruye el valioso juguete.

El papá de Federico se aflige, y se pregunta cómo podría darle gusto a su hijo. En eso ve a Tomás sentado en un rincón, feliz con su media vacía. Le pregunta: "¿Que te ha traído Papá Noel?" "A mí bienes invisibles", contesta Tomás ante la sorpresa del papá de Federico, y le explica que no se ven, ni se compran, ni se venden, como el cariño de una mamá.

El papá de Federico comprendió. Los muchos regalos visibles y vistosos no habían logrado la felicidad de su hijo. Tomás había descubierto, gracias a su mamá, el camino a la felicidad.

Y Colorín Colorado




martes, 21 de diciembre de 2010

CUENTO GUÍA NAVIDEÑO


UNA MISIÓN MUY ESPECIAL

Mamá estrella llamó con urgencia a sus 3 hijas, eran tres estrellas brillantes del cielo. Hijas, tengo una misión muy especial para una de vosotras, no puede ir cualquiera, es una misión muy importante, y la estrella que vaya no puede equivocarse; debe saber muy bien el camino, pues si se perdiera sería una catástrofe; debe ser trabajadora y no dormirse, ya que no puede llegar tarde y por supuesto debe realizar el trabajo con alegría pues es la misión más especial que jamás tuvo una estrella.

Yo iré! -dijo la más grande- Soy la mayor y la que más viajes ha hecho, nunca me pierdo aprendo rápido el camino pronto estaré de vuelta para contaros mi aventura. No, iré yo! -dijo la mediana- Soy la más guapa y para una misión tan importante es mejor que yo represente a la familia, así todos quedarán con la boca abierta al verme. Y tú, -dijo mamá estrella mirando a la más pequeña- ¿es que tú no quieres ir? La estrella más pequeña agacho la cabeza y dijo: Mami, yo soy la más pequeña, apenas he viajado, no me conozco el cielo, puedo perderme y estropearlo todo, tampoco soy la más guapa, igual cuando llegue, se ríen de mí.

Mamá estrella se quedó un minuto pensando.... ¡Cerrar los ojos! - les ordenó.- ¡¡Ahora mirar con el corazón!! ¿Qué veis? Yo veo el camino por el que tengo que ir, es un camino largo pero pronto estaré de vuelta -dijo la mayor.- Yo veo a mis amigas y hermanas felicitándome por lo bien que he hecho la misión -dijo la mediana-

Yo veo un niño -dijo la pequeña- un niño muy lindo que acaba de nacer. Entonces mamá estrella sonrió satisfecha. ¡Irás tu! -dijo señalando a la pequeña-. ¡Yo! ¿Estás segura? ¡Sí! - solo tienes que cerrar los ojos y ver con el corazón, él te guiará y se enseñará el camino, el te dirá como llegar, se animará para que continúes y te dará la alegría que necesitas para hacerlo muy bien.

Porque solo un corazón humilde y generoso como el tuyo puede hacerlo. Y así fue como mamá estrella envió a su hija pequeña a cumplir con la misión más especial que jamás tuvo una estrella.
¿Sabes qué misión fue?..La de guiar a los tres reyes magos hacia el portal de Belén, donde nació el Niño Dios.

Y Colorín Colorado



domingo, 19 de diciembre de 2010

CUENTO BLOGUERO


BLOG DE NAVIDAD. Adaptación Tita.

Yo quiero en esta navidad, poder armar un árbol dentro de mi corazón y colgar en él, en lugar de regalos y adornos, los Blog de mis más queridos amigos, a quienes admiro y quiero, los que acarician mi alma, y me animan con sus comentarios, los antiguos y los más recientes, los que leo todos los días, los que siempre recuerdo, los que me aportan para superar momentos difíciles, y los que me hacen intensamente feliz!, los blog que conozco profundamente y aquellos que conozco poco, mis amigos humildes y mis amigos importantes, los que me enseñan valiosas enseñanzas y los que tal vez un poquito aprendieron de mi, quiero que éste árbol tenga raíces profundas y fuertes! para que los blog de mis amigos, nunca jamás sean arrancados de mi corazón, y que sus ramas se extiendan gigantes! para colgar nuevos nombres que venidos de todas partes se junten con los existentes, un árbol de sombra agradable, para que nuestra amistad, amor confianza y cariño sea un momento de reposo en la lucha diaria de la vida, quiero que el espíritu de la navidad haga de cada deseo la más hermosa flor! de cada lágrima una sonrisa! de cada dolor la más brillante estrella! y de cada corazón una dulce y tierna morada para recibir al Niño Dios…

Adornos de honran y embellecen mi árbol:

Arcoiris - Sentimiento plateado - Gotas.. de Lluvia - HACIA LOS LIMITES DEL TIEMPO - **La Soledad Sonora** - TalVezQuiseDecir - * EL REINO DE SEDA * - FILOSOFIA Y MAS...® - Impresiones - El amor está en el aire... - El País.. de los Bosques - MIS CYBER AMIGOS - Luz de Amor - Mi baúl de cuentos - VIVENCIAS - La clase de tercero - Los cuentos de Nati - Maysu - ♥ Corazones con esperanza ♥ - Matilda - Lectores Inquietos - Ni Nut - Tras los cristales - Mágicas Diosas - Flores en Azul - BENIDORIAM - Pedacitos de mi vida - Estrellas Viajeras - Blog de Lorena Machuca W: Periodismo de opinión, cuentos y más - Cuentos de Tihada (Literatura Infantil y Juvenil) - CARRO DE TRIUNFO - ¸.•*Un Mundo Animal*•.¸ - LA LUZ DE MIS ANGELES - Había una vez...Norma te cuenta... - Tu locura... te hace dulce - Educador@s del Mundo - El Blog de Rincones del Jardín - CARIBANÍA PLANETARIA, el Caribe en la mente y el corazón. - CRÓNICAS DEL BASURERO USURERO - Juani maestra infantil - La Ciencia de la Naturaleza - buscando, a veces somos... - pais magico - plumas al viento - ! EL VIAJE DE LA VIDA - Arcangeles de Cristal.

Entonces hoy todos ustedes reciben de Cuentos Empitucados una tarjetas que los “distingue” como Blog con Espíritu Navideño, y un vídeo con un cuento narrado por mi, sobre mi deseo más ferviente para cada autor y al final del mismo una foto mía para que me conozcan, la foto es en Medellín la ciudad de la eterna primavera. Por su puesto todo hoy es para que se lo lleven!

Y Colorín Colorado este cuento ha empezado.



viernes, 17 de diciembre de 2010

CUENTO HUMILDEMENTE BRILLANTE


LA PEQUEÑA ESTRELLA DE NAVIDAD. Pedro Pablo Sacristan

De entre todas las estrellas que brillan en el cielo, siempre había existido una más brillante y bella que las demás. Todos los planetas y estrellas del cielo la contemplaban con admiración, y se preguntaban cuál sería la importante misión que debía cumplir. Y lo mismo hacía la estrella, consciente de su incomparable belleza.

Las dudas se acabaron cuando un grupo de ángeles fue a buscar a la gran estrella: Corre, Ha llegado tu momento, el Señor te llama para encargarte una importante misión. Y ella acudió tan rápido como pudo para enterarse de que debía indicar el lugar en que ocurriría el suceso más importante de la historia. La estrella se llenó de orgullo, se vistió con sus mejores brillos, y se dispuso a seguir a los ángeles que le indicarían el lugar. Brillaba con tal fuerza y belleza, que podía ser vista desde todos los lugares de la tierra, y hasta un grupo de sabios decidió seguirla, sabedores de que debía indicar algo importante. Durante días la estrella siguió a los ángeles, indicando el camino, ansiosa por descubrir cómo sería el lugar que iba a iluminar. Pero cuando los ángeles se pararon, y con gran alegría dijeron “Aquí es”, la estrella no lo podía creer. No había ni palacios, ni castillos, ni mansiones, ni oro ni joyas, Sólo un pequeño establo medio abandonado, sucio y maloliente. ¡Ah, no! ¡Eso no! ¡Yo no puedo desperdiciar mi brillo y mi belleza alumbrando un lugar como éste! ¡Yo nací para algo más grande!

Y aunque los ángeles trataron de calmarla, la furia de la estrella creció y creció, y llegó a juntar tanta soberbia y orgullo en su interior, que comenzó a arder. Y así se consumió en sí misma, desapareciendo. ¡Menudo problema! Tan sólo faltaban unos días para el gran momento, y se habían quedado sin estrella. Los ángeles, presas del pánico, corrieron al Cielo a contar a Dios lo que había ocurrido. Éste, después de meditar durante un momento, les dijo: Buscad y llamad entonces a la más pequeña, a la más humilde y alegre de todas las estrellas que encontréis.

Sorprendidos por el mandato, pero sin dudarlo, porque el Señor solía hacer esas cosas, los ángeles volaron por los cielos en busca de la más diminuta y alegre de las estrellas. Era una estrella pequeñísima, tan pequeña como un granito de arena. Se sabía tan poca cosa, que no daba ninguna importancia a su brillo, y dedicaba todo el tiempo a reír y charlar con sus amigas las estrellas más grandes. Cuando llegó ante el Señor, este le dijo: La estrella más perfecta de la creación, la más maravillosa y brillante, me ha fallado por su soberbia. He pensado que tú, la más humilde y alegre de todas las estrellas, serías la indicada para ocupar su lugar y alumbrar el hecho más importante de la historia: el nacimiento del Niño Dios en Belén.

Tanta emoción llenó a nuestra estrellita, y tanta alegría sintió, que ya había llegado a Belén tras los ángeles cuando se dio cuenta de que su brillo era insignificante y que, por más que lo intentara, no era capaz de brillar mucho más que una luciérnaga. “Claro”, se dijo. “Pero cómo no lo habré pensado antes de aceptar el encargo. ¡Si soy la estrella más pequeña! Es totalmente imposible que yo pueda hacerlo tan bien como aquella gran estrella brillante... ¡Que pena! Mira que ir a desaprovechar una ocasión que envidiarían todas las estrellas del mundo...”.

Entonces pensó de nuevo “todas las estrellas del mundo”. ¡Seguro que estarían encantadas de participar en algo así! Y sin dudarlo, surcó los cielos con un mensaje para todas sus amigas: "El 25 de diciembre, a medianoche, quiero compartir con vosotras la mayor gloria que puede haber para una estrella: ¡alumbrar el nacimiento de Dios! Os espero en el pueblecito de Belén, junto a un pequeño establo."

Y efectivamente, ninguna de las estrellas rechazó tan generosa invitación. Y tantas y tantas estrellas se juntaron, que entre todas formaron la Estrella de Navidad más bella que se haya visto nunca, aunque a nuestra estrellita ni siquiera se la distinguía entre tanto brillo. Y encantado por su excelente servicio, y en premio por su humildad y generosidad, Dios convirtió a la pequeña mensajera en una preciosa estrella fugaz, y le dio el don de conceder deseos cada vez que alguien viera su bellísima estela brillar en el cielo.

Y Colorín Colorado



martes, 14 de diciembre de 2010

CUENTO VIAJERO


UN VIAJE INCREÍBLE

Carlos, era un ratón que vivía en la punta de un cerro, trabajaba día y noche para limpiar el polvo a una bota que hace años atrás le había regalado su amigo, el viejito Michel.

Era su costumbre pasar las navidades con esa bota, y como faltaba poco para las fiestas, estaba limpiándola, cuando escuchó que golpeaban su puerta. ¡Era su amigo Michel, que venía del pueblo!

Se le veía muy cansado, por lo que se sentó a descansar. Michel había subido caminando hasta la punta del cerro para invitar a Carlos a pasar la Navidad en su casa porque pensaba que su amigo se sentiría solo en Navidad, había tardado en su viaje más de los que debía, sabía que para subir a la punta del cerro tenía que caminar nueve días, pero…debido a lo resbaloso del pasto, había tardado el doble.

Michel se encontraba cansado y triste porque faltaban solo tres días para la Navidad. Sabía que era imposible estar de vuelta con su familia para ese día.
Carlos, preocupado, pensaba y pensaba en cómo poder ayudar a su amigo. ¡Y planeó un viaje increíble!

Y fue así que, con voluntad y amistad, Carlos y Michel celebraron juntos la Navidad. Carlos con su bota, y Michel con su familia.

Y Colorín Colorado




lunes, 13 de diciembre de 2010

CUENTO ENANITO


LOS ENANITOS MÁGICOS. Hermanos Grimm

Erase una vez un zapatero tan pobre que apenas tenía material para fabricar un par de zapatos. Una noche cortó el cuero y se fue a dormir arrastrando los pies, pues sabía que con eso no tendría suficiente para alimentarse él y su amada esposa. Cuál fue su sorpresa cuando a la mañana siguiente el cuero se había transformado en unos lindos zapatos, sin ningún tipo de tara ni defecto. En ese mismo instante, entró un buen hombre y pagó el doble del precio por esos zapatos tan bien hechos.
Lo mismo sucedió los días siguientes; el zapatero dejaba el material encima de la mesa cada noche y amanecía con un sinfín de variedad de zapatos que lo llevaron a hacerse rico y famoso.

Un día cercano a Navidad su esposa le instó para que se quedaran en vela toda la noche y averiguar qué era lo que estaba pasando. Y así hicieron: escondiéndose detrás de las ropas del armario vieron cómo a partir de las doce aparecían unos traviesos enanitos desnudos que se ponían a trabajar con gran agilidad y destreza hasta que terminaban y se iban.

Visto esto, la mujer le dijo a su esposo que debían agradecerles de alguna manera todo lo que habían hecho por ellos y decidió hacerles ropa a su medida, junto con un gorro y unos zapatos.

A la noche siguiente los enanitos volvieron al taller y encima de la mesa no encontraron el material como siempre, sino una ropa perfectamente doblada. Los enanitos manifestaron su alegría dando saltos y poniéndose a cantar, después se pusieron los vestidos y se marcharon bailando. Nunca más se supo de ellos.

Y Colorín Colorado




domingo, 12 de diciembre de 2010

CUENTO CHOCOLATOSO



EL ANGELITO NEGRO

DUBA, es un ángel negro que ha llegado hace muy poco al cielo. Se acerca una fecha muy señalada y necesitan un voluntario para viajar hasta la tierra, él se ofrece para llevar a cabo una delicada misión. Duba, había nacido poco antes de que una banda de ladrones de ganado atacara el poblado, el ataque duró sólo unos minutos, pero fue tan despiadado y cruel que ninguno de los habitantes de aquel poblado logró salvar la vida.
Ya en el cielo, Duba oía hablar a los ángeles de las bonitas experiencias vividas en la tierra cuando realizaban misiones especiales, él, siempre al margen y silencioso, intentaba imaginar la belleza de la tierra, la generosidad y la cordialidad de sus gentes. Pero sus intentos eran vanos, lo único que podía recordar era la sonrisa de su madre al verla por primera vez, Duba, pensaba que era injusto lo que le había ocurrido, merecía otra oportunidad para sentirse vivo y descubrir los encantos y las maravillas de la tierra. Un día en el cielo se estaba buscando un voluntario para ir a la tierra y guiar a los Reyes magos desde Oriente hasta la ciudad de Belén, iba a nacer un niño muy especial y sin dudarlo ni un momento, Duba, se ofreció como voluntario.

Los demás ángeles se rieron de él, era pequeñín, no sabía cabalgar sobre las estrellas, no conocía ninguna de las lenguas terrestres y además era calvito, le llamaban “Chocolatín” debido al color de su piel. Pero.. Dios-padre, que ve con los ojos del corazón, no dudó en elegir a Duba. El momento llegó. Se subió a una estrella y descendió hasta la tierra, cuando ya estaba acercándose a su destino, la estrella se paró de repente, el parón fue tan brusco que Duba cayó en picada, ya contaba con un doloroso aterrizaje, pero la suerte de los principiantes.

Fue a hacer sobre el lomo suave de una oveja, los pastores se acercaron con mucha precaución, se aproximaron tanto que Duba podía sentir el calor de su aliento; recuperado del susto y medio tartamudeando les dijo: Queridos Reyes Magos, debéis ir a Belén y adorar al niño que ha nacido, es el Hijo de Dios, la estrella que allí veis, os guiará. El pánico se apoderó de los pastores, ni eran reyes ni magos, pensaban huir corriendo, pero en ese momento algo les dejó fuera de sí.

Los ángeles del cielo comenzaron a cantar: "Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad." Aquel canto convirtió su miedo en alegría y confianza, el temblor de sus rodillas cesó, sin pensarlo recogieron sus cosas, cargaron a Duba en sus hombros y se dirigieron a Belén siguiendo el rastro de la estrella. Cuando la estrella se detuvo, vieron en un portal a José y María con su hijito. Los pastores descargaron sus fardos y les ofrecieron pan, leche y suaves pieles para arropar al niño. Duba se emocionó viendo la generosidad de los pastores y la escena que contemplaban sus ojos, pero cuando más ensimismado estaba, un hilo fino y casi invisible le cosquilleó la nariz, Duba lo agarró, era tan suave y delicado como el hilo de una telaraña, pero era lo suficientemente fuerte como para elevarlo de nuevo a las alturas.
De regreso al cielo, temía que Dios-Padre le regañase por haber confundido a los pastores con los Reyes Magos, pero su temor era infundado, ya que un ángel experimentado había guiado a los Reyes Magos hasta Belén. Y cuentan las crónicas celestiales que cuando los pastores llegaron al cielo, lo primero que hicieron fue preguntar por el angelito que les había confundido con los Reyes magos, gracias a su error, ellos habían sido los primeros en adorar al Niño y en ofrecerle sus humildes regalos, se sentían tan agradecidos y orgullosos, que cuando vieron a Duba le abrazaron con gran alegría y le dijeron: Gracias a ti hemos comprobado que los más pobres y humildes para los hombres son los privilegiados para el Padre y se fundieron en un fuerte abrazo.

Y Colorín Colorado



viernes, 10 de diciembre de 2010

Cuentos Amistoso


UNA NAVIDAD EN EL BOSQUE. Helena López-Casares Pertusa – España

Erase una vez un bonito pueblo en medio de un frondoso y colorido bosque habitado por unos alegres animales. Cada año, con la caída de las primeras nieves y la llegada de las estrellas de luz, se reunían en torno al gran árbol para preparar la Navidad y conocer una de las noticias más esperadas de la temporada.

Todas las actividades que realizaban en aquella época tenían como objetivo la convivencia, el fomento de la amistad y la diversión. El concurso de cocina navideña, organizado por la Señora Ardilla, hacía las delicias de los más comilones, pues los platos presentados eran degustados al finalizar la competición. Los más pequeños participaban en la tradicional Carrera de Hielo, que tenía lugar en el lago helado y acudían cada tarde a los ensayos de la Señorita Ciervo, encargada del coro que alegraba con sus villancicos todos los rincones del bosque. Y, por supuesto, estaba lo mejor noche de todas: la Nochebuena, en la que se representaba una obra de teatro que tenía como tema central la amistad.

El Señor Búho, como director de la escuela de teatro, seleccionaba una pieza de entre todas las que enviaban los animales aspirantes a ser los elegidos para llenar de paz los corazones de los habitantes del bosque, pero ese año: Bienvenidos todos a la reunión preparatoria de la Navidad, dijo el Señor Búho posado en la rama más robusta del Gran Árbol. Este año, la elección de la obra ha estado muy reñida porque todas las propuestas eran de gran calidad, pero había que elegir un ganador. Así que sin más demora demos un aplauso al Sr. Conejo, autor de la obra ganadora 'Salvemos el bosque'. Gracias, gracias, es un honor para mí, exclamaba Conejo entre aplausos. Bien, pues ya sabéis que mañana a las diez daremos comienzo a las pruebas de selección. Rogamos puntualidad a los interesados, concluyó el Sr. Búho.

Al día siguiente, a la hora convenida, comenzó la selección. Al ser un musical, las pruebas se centraron en las habilidades de canto y baile, pues eran requisitos imprescindibles. La obra contaba la trama de un guardabosque que debía salvar la flora de un malvado leñador, obsesionado con cortar un Árbol milenario y arrasar todo lo que se pusiera en su camino. En su lucha por preservar el entorno natural, el guardabosque contaba la inestimable ayuda de un girasol y de un lirio que ponían su astucia al servicio de la noble causa.

Tras varias horas, los papeles quedaron repartidos de la siguiente manera: el Sr. Oso haría de guardabosques, Castor sería el vil leñador, la Sra. Pata representaría al girasol, y la Sra. Lince, al lirio. Al principio todo marchaba estupendamente, los actores estaban contentos con sus papeles y trabajaban duro para perfeccionar sus actuaciones, hasta que hizo su aparición el peor de los fantasmas: la envidia. Sr. Conejo, creo que Castor tendría que tener un poco más de protagonismo. El leñador está lleno de matices y podríamos crear unos espectaculares efectos especiales que dejarían al público boquiabierto, dijo el Sr. Búho en uno de los ensayos. Sí, puede que tengas razón y deba retocar el texto para darle más peso a Castor. Podemos hacer un juego de luces y sombras cada vez que aparezca y realzar su papel.

Ante estas palabras Castor se puso muy contento, pues estaba muy ilusionado con la obra, pero Oso no lo vio con los mismos ojos. Si a Castor le daban más protagonismo, eso significaba que él dejaría de ser el protagonista absoluto, y eso no le gustó nada. El ensayo del día siguiente fue un caos. En lugar de avanzar, daban pasos hacia atrás. Oso no colaboraba y Castor, que se había dado cuenta de lo que estaba pasando, estuvo muy arisco. Por si fuera poco, el vestuario también había sido fuente de conflictos entre las chicas. La Sra. Pata consideraba que el vestido de la Sra. Lince era más llamativo y que debían haberlo echado a suertes. La tensión en el escenario se podía cortar y el desastre no se hizo esperar, y durante el ensayo de la escena final, que reunía a todos los actores en el escenario para interpretar el número final comenzaron a empujarse unos a otros con tal brío que parte del decorado se rompió. Orden, orden, pero bueno ¿qué pasa? preguntó Conejo encolerizado. Habéis echado a perder el trabajo de varios días y de todos los que han colaborado en la puesta en escena. Quedan sólo dos días para Nochebuena, pero si tuviéramos más tiempo os echaría a todos de la obra. Se acabó el ensayo por hoy. Conejo estaba rabioso, no entendía nada. Pero ¿cómo podían pelearse por una cosa así?

Al día siguiente los habitantes se despertaron siendo testigos de un acontecimiento terrible: la nieve había desaparecido y las estrellas de luz se habían apagado. ¿Cómo era posible? Asustados, los animales se congregaron alrededor del Gran Árbol, en busca del sabio consejo del Sr. Búho. Queridos habitantes del bosque, el espíritu de la Navidad se ha ido, sentenció Búho. ¿Y cómo podemos hacer que vuelva? preguntó asustada la Sra. Ardilla. Nos vamos a quedar sin Navidad, se oyó decir a un lobezno. Hoy es un día muy triste. La envidia ha desatado unas reacciones negativas en cadena. La nieve se ha derretido, las estrellas han dejado de lucir y la obra de teatro peligra.

Oso estaba escuchando tras un arbusto y tenía miedo a salir porque sabía que era el desencadenante de la situación, pero había que ser valiente y afrontar las consecuencias de los propios actos, así que se decidió a salir. Lo siento mucho. Si hay algún culpable, ése soy yo. Me cegó la envidia. ¿Qué puedo hacer para enmendar mi error? No, no tienes por qué cargar con las culpas tú sólo, yo también he contribuido con mi mal comportamiento. Si sirve de algo yo también lo siento, se lamentó Castor. Si te hace ilusión, te cambio el vestido, me importa más tu amistad que un trozo de tela, exclamó la Sra. Lince dándole un abrazo a la Sra. Pata. Mirad, ¡está nevando! gritó con entusiasmo una voz. Sí y parece que en el cielo brillan de nuevo las estrellas. ¡El espíritu de la Navidad ha vuelto!, se oyó.

Ese año, la Navidad se vivió con mucha intensidad en el bosque, al fin y al cabo estuvieron a punto de perderla para siempre. Habían aprendido la lección y ahora sabían que la envidia cegaba y tenía unos efectos muy negativos que no se podían controlar. Así que para que no se les olvidara nunca construyeron una gran placa de madera que colgaron del Gran Árbol. En ella se podía leer la siguiente inscripción: "El tesoro más valioso que posees es la amistad, cuídalo todos los días y crecerá".

Y Colorín Colorado




jueves, 9 de diciembre de 2010

CUENTO LLORÓN


LOS ÁNGELES TAMBIÉN LLORAN EN NAVIDAD. Agatha Seixas. Chilena.

Erase una vez, todos los ángeles pertenecientes al coro de los tronos, ellos iluminaban con su celestial música las vísperas de Navidad, desde siempre y por siempre lo hacen con especial dedicación e infinito amor para Dios… Haheuian y Melahel ambos ángeles del coro y guardianes de los seres humanos nacidos en Julio…tuvieron que bajar en forma repentina a la tierra.

Era el mismo día 24 de diciembre, unos padres recibían la triste noticia de que su único hijo había sufrido un trágico accidente. Los dos ángeles se situaron en aquel viejo hospital en espera de instrucciones. El diagnóstico de aquel niño de solo 8 años era incierto. Los padres no dejaban de orar, en especial la Madre pedía a Melahel:
“Bendito ángel Melahel, tú que sanas de los males no dejes que mi hijo muera, has que viva, te lo ruego”

Ya al saberse por el Doctor de Turno, que aquel niño no viviría, su Madre con su corazón dolido entrega a su hijo el regalo de navidad…Era una caja de juegos de salón, para que los fines de semana, únicos días en que los padres estaban con el niño, aprovecharan el tiempo para jugar los tres, a un simple juego de ludo.

Los ángeles cubiertos de bondad no dejaban de llorar y acercándose la hora de la medianoche, segundos para navidad, el niño emprendía el viaje a la infinidad con sus incondicionales visitantes….

Dios que está presente en cada niño y todo lo sabe, al ver la tristeza de aquellos Padres y la intención de estos por remediar en parte, la soledad de ese hijo; más la pena de sus bellos ángeles, decide darles una nueva oportunidad.

“Así fue como Dios lo deseo, y los ángeles protectores cantaron de júbilo” Felices de vuelta en el cielo, el sonido más bello jamás oído en navidad…era de los ángeles Haheuian y Melahel para el niño y sus padres que volvían a nacer.

Y Colorín Colorado




martes, 7 de diciembre de 2010

CUENTO BONDADOSO


EL ÁRBOL DE NAVIDAD. Irene M. Avalos, Bolivia

Erase una vez, hace mucho tiempo, una isla en la que había un pueblecito. En ese pueblecito vivía una familia muy pobre. Cuando estaba próxima la Navidad, ellos no sabían como celebrarla sin dinero; entonces el padre de la familia empezó a preguntarse cómo podía ganar dinero para pasar la noche de Navidad compartiendo un pavo al horno con su familia.

Decidió que ganaría algo de dinero vendiendo árboles de Navidad. Así, al día siguiente se levantó muy temprano y se fue a la montaña a cortar algunos pinos. Subió a la montaña, cortó cinco pinos y los cargó en su carroza para venderlos en el mercado.

Cuando sólo quedaban dos días para Navidad, todavía nadie le había comprado ninguno de los pinos. Finalmente, decidió que puesta que nadie le iba a comprar los abetos, se los regalaría a aquellas personas más pobres que su familia. La gente se mostró muy agradecida ante el regalo.

La noche de Navidad, cuando regresó a su casa, el hombre recibió una gran sorpresa. Encima de la mesa había un pavo y al lado un arbolito pequeño. Su esposa le explicó que alguien muy bondadoso había dejado eso en su puerta. Aquella noche el hombre supo que ese regalo tenía que haber sido concedido por la buena obra que él había hecho regalando los abetos que cortó en la montaña.

Y Colorín Colorado


domingo, 5 de diciembre de 2010

CUENTO APETITOSO


EL COCINERO NAVIDEÑO. Tatiana Suárez - afuegolento.com

Este cuento relata la historia de un cocinero que tenía que preparar una deliciosa y sabrosa cena de Nochebuena. Siempre se le ocurrían ideas brillantes, pero había trabajado tanto los meses anteriores que no estaba nada inspirado; precisamente perdió su imaginación en un momento tan importante del año como es la Navidad. Se pasaba el día ideando menús navideños, pero ninguno de ellos lograba satisfacerle. Y entre menú y menú desechado, llegó la víspera de Navidad.

Tan cansado estaba el cocinero, que se quedó profundamente dormido en la mesa de la cocina rodeado de libros y cuadernos de recetas. En sueños, se vio a sí mismo convertido en Papá Noel, con un abultado saco al hombro y viajando a bordo de un trineo que se deslizaba tirado por una fuerza invisible, sin ciervos ni renos. No sabía hacia donde se dirigía pero parecía que el trineo sí sabía cuál era su lugar de destino.

Finalmente, el trineo se detuvo ante la puerta de una rústica casita en el bosque, de cuya chimenea escapaba un inmaculado y cálido humo blanco. Llamó a la puerta y ésta se abrió inmediatamente, pero nadie apareció tras ella. El cocinero entró y se encontró un salón con decorado navideño, lo que le provocó una profunda y tierna sensación hogareña. Allí había una chimenea encendida que iluminaba toda la habitación con sus llamas y de ella colgaban varios calcetines que esperaban a estar llenos de regalos. En el centro del comedor había una acogedora mesa, con velas encendidas y con todo dispuesto para ser cubierta con ricos manjares. En la casita no había nadie pero, sin embargo, se sentía acompañado por presencias invisibles.

Depositó el saco en el suelo y empezó a latir su corazón a gran velocidad y a temblarle las manos mientras abría la bolsa que no sabía lo que contenía sentado en una mullida butaca junto a la chimenea. Lo primero que apareció fue una bella sopera con una reconfortante sopa de crema, hecha con una gallina entera, aderezada con unos diminutos dados de su pechuga. Levantó la tapa y una oleada de vapor repleto de aromas empañó sus gafas. Después, un dorado y casi líquido queso Camembert hecho al horno, con aromas de ajo y vino blanco, acompañado de un crujiente pan hizo que su boca se llenara de agua; hundió la nariz en él y lo depositó sobre la mesa. Su tercer hallazgo fue una pierna de cerdo rellena con ciruelas pasas y beicon ahumado que venía acompañada de un sinfín de guarniciones, cada cual más apetitosas: cremoso puré de patata aromatizado con aceite de ajo y con mostaza, salsas agridulces y chutneys irresistibles, compota de manzana con vinagre y miel... ¡de ensueño!

Dispuso la inmensa fuente en el centro de la mesa y aspiró los intensos aromas que aquella sinfonía de contrastes culinarios le ofrecía. En un rincón del salón, reparó en una mesita auxiliar dispuesta para los postres y allí colocó un crujiente strudel de manzana y nueces y una espectacular anguila de mazapán, una dulcera de cristal que albergaba una deliciosa compota de Navidad al Oporto y un insólito helado de polvorones.

Apenas podía creer lo que estaba sucediendo, se sentía embargado por la emoción. El menú tocaba a su fin y comprendió que era hora de abandonar aquella cálida casita, para dejar que sus moradores disfrutaran en la intimidad de las exquisitas viandas que había traído en su saco. Pensó que los manjares se enfriarían si no lo hacían pronto, pero comprendió que el calor, material y espiritual, que invadía todos y cada uno de los rincones de la estancia se encargaría de mantenerlos a la temperatura adecuada. Como toque final a su visita, llenó los calcetines de la chimenea con figuritas de mazapán, polvorones y turrones, que sin duda harían las delicias de los niños... y de los menos niños.

Le despertó el borboteo de un caldo que había dejado en el fuego y que amenazaba con desbordar el puchero. Era ya de madrugada, pero aún tenía tiempo de ponerse manos a la obra y elaborar el menú de la casita del bosque. La fuerza invisible que guiaba el trineo no era otra cosa que el amor que el cocinero sentía por el mundo de la cocina.

Y Colorín Colorado




viernes, 3 de diciembre de 2010

CUENTO DE SUEÑOS NAVIDEÑOS


UN SUEÑO DE NAVIDAD. Guillermo Piedrahita
La noche tenía un Cielo brillante. Las estrellas habían salido en alegres grupos para iluminarlo y advertir y precisar ante los habitantes de la tierra que era la víspera de la Navidad, por lo que nadie podía tener amarguras, ni peleas, ni guerras. Se acercaba el Nacimiento de Jesús, la mejor noticia que el Mundo iba a recibir por los siglos de los siglos.

Era, en cierta forma, el mensaje de paz que la Madre Naturaleza lanzaba, en una estación invernal, a un mundo convulsionado por las guerras, por los espíritus belicosos, por los hombres que habían olvidado que muy jóvenes, desde su nacimiento, habían creado un núcleo denominado Familia, que con el paso de los años se estaba desintegrando, con lo cual los grandes valores morales y éticos, dolorosamente, se escabullían.

También ese Cielo tan preciosamente iluminado quería despertar la conciencia de tantos y tantos jóvenes -hombres y mujeres- sumidos en la más tremenda oscuridad porque una vez, pese a las numerosas advertencias, ingresaron en el mundo de las drogas. Y a muchísimos les costaba salir luego de ellas. Y, generalmente, pasaban a convertirse en delincuentes porque su adicción les obligaba a matar o a robar.

El Cielo quería con esa luminosidad indicar el camino para quienes son causantes de las grandes epidemias que, como el Sida, van extendiéndose por el mundo, y señalarles que, con mínimas precauciones, podían evitar su propagación y no seguir siendo la causa de miles y miles de muertes.

Quería también el Cielo, rodeado de estrellas que se mantenían firmes y no eran fugaces, dar una luz de esperanza para millones de personas víctimas del racismo y la xenofobia, por el color de su piel, por su procedencia, por su condición económica débil, para que tuvieran un hálito de paz y pensaran que un día no muy lejano serían bien recibidos y desaparecerían todas las persecuciones, los malos y despectivos tratos, las mofas y podrían trabajar y establecerse en países que no eran los suyos para ayudar a crear riquezas y poder subsistir decorosamente.

La víspera del Nacimiento del Niño Dios, un Cielo tan resplandeciente, pretendía indicar que todas las religiones eran igualmente respetables y que en nombre de ninguna de ellas se podía incitar al crimen, al terrorismo, a la violencia porque, precisamente Dios, creó al mundo para que la gente se entendiese mediante la palabra.

Desde miles de kilómetros de distancia, el Cielo ofrecía a la vista un hermoso panorama, como queriendo decir que iban a desaparecer las desigualdades sociales; que los hombres y mujeres de buena voluntad contarían con los recursos indispensables para su supervivencia y que la pobreza y la miseria pasarían a ser elementos de un lejano pasado. Así se conseguiría que la felicidad fuera la norma general, que ya nadie pasaría hambre, que todos contarían con una vivienda digna, con eficientes sistemas de salud y de educación, sin prejuicios sociales ni discriminaciones.

En fin, ese conglomerado de estrellas no se había asomado al Cielo para darle un simple colorido. No. En cada uno de sus reflejos luminosos traía un mensaje específico para que se acabaran las guerras; para que la familia volviera a ser ese gran núcleo compacto donde predominase el diálogo, como símbolo de unidad; para que desapareciesen las pandemias, causantes de tantas muertes; para que no hubiese nunca más las drogas malignas y se eliminaran para siempre las redes de narcotraficantes; para que el blanco, el negro, el amarillo y todas las razas convivieran pacíficamente ayudándose unas a otras; para que todas las religiones se uniesen en un sólo objetivo de ser auténticas guías espirituales y, en su nombre, no volviesen a aparecer vientos bélicos; para que en todo el mundo las divergencias, las diferencias entre los seres humanos encontraran la solución mediante el diálogo.

Todo esto lo soñé con una extrema felicidad, con el orgullo de pertenecer a una raza humana que había encontrado, sin vacilaciones, por fin, el camino amplio de la confraternización; el Cielo parecía decirme: "goza bien de esta noche, que a lo mejor nunca se repetirá. Pero cuando despiertes trata de convertirte en un adalid de las buenas y nobles causas. Debes formar causa común con tu familia, con tus amigos, para que todos, como una sola persona, procuren hacer el bien".

Pero, desafortunadamente todo era un sueño. Tuve que despertar y encontrarme con la realidad, con esa cruda realidad, que muchas veces, con gesto dolorido, remueve las entrañas ante tantos hechos dolorosos, tristes, injustos y amargos que se viven a diario Durante la noche la lluvia y la nieve se habían entremezclado y el Cielo había estado permanentemente a oscuras. Mi mente había ideado un mundo digno. Un mundo construido para el ser humano. Un mundo, sin embargo, destruido por el propio ser humano, debido a su egoísmo, a no saber alejar de su corazón las malas obras y la cizaña y por tener abierta su mente y su pensamiento para el mal cerrándole todas sus puertas al bien.

Y Colorín Colorado



miércoles, 1 de diciembre de 2010

CUENTO ARBOLITO DE NAVIDAD


UN REGALO DE NAVIDAD. Amarilis Irigoyen

En una pequeña ciudad había una sola tienda que vendía árboles de Navidad. Allí se podían encontrar árboles de todos los tamaños, formas y colores. El dueño de la tienda había organizado un concurso para premiar al arbolito más bonito y mejor decorado del año y lo mejor de todo es que sería el mismo San Nicolás quien iba a entregar el premio el día de Navidad.

Todos los niños de la ciudad querían ser premiados por Santa y acudieron a la tienda a comprar su arbolito para decorarlo y poder concursar. Por su parte, los arbolitos se emocionaban mucho al ver a los niños y decididos a ser el elegido, les gritaban: ¡A mí... a mí... mírame a mí¡

Cada vez que entraba un niño a la tienda era igual, los arbolitos comenzaban a esforzarse por llamar la atención y lograr ser escogidos. ¡A mí que soy grande!... ¡no, no a mí que soy gordito!... o ¡a mí que soy de chocolate!... o ¡a mí que puedo hablar!. Se oía en toda la tienda. Pasando los días, la tienda se fue quedando sin arbolitos y sólo se escuchaba la voz de un arbolito que decía: A mí, a mí... que soy el más chiquito.

A la tienda llegó, casi en vísperas de Navidad, una pareja muy elegante que quería comprar un arbolito. El dueño de la tienda les informó que el único árbol que le quedaba era uno muy pequeñito. Sin importarles el tamaño, la pareja decidió llevárselo. El arbolito pequeño se alegró mucho pues, al fin, alguien lo iba a poder decorar para Navidad y podría participar en el concurso.

Al llegar a la casa donde vivía la pareja, el arbolito se sorprendió: ¿Cómo siendo tan pequeño, podré lucir ante tanta belleza y majestuosidad? Una vez que la pareja entra a la casa, comenzaron a llamar a la hija: ¡Regina!... ven... ¡hija!... te tenemos una sorpresa. El arbolito escuchó unas rápidas pisadas provenientes del piso de arriba. Su corazoncito empezó a latir con fuerza. Estaba dichoso de poder hacer feliz a una linda niñita. Al bajar la niña, el pequeño arbolito, se impresionó de la reacción de ésta: ¡Esto es mi arbolito!... Yo quería un árbol grande, frondoso, enorme hasta el cielo para decorarlo con miles de luces y esferas. ¿Cómo voy a ganar el concurso con este arbolito enano? Dijo la niña entre llantos.

Regina, era el único arbolito que quedaba en la tienda, le explicó su padre. ¡No lo quiero!...es horrendo... ¡no lo quiero!, gritaba furiosa la niña. Los padres, desilusionados, tomaron al pequeño arbolito y lo llevaron de regreso a la tienda. El arbolito estaba triste porque la niña no lo había querido pero tenía la esperanza de que alguien vendría a por él y podrían decorarlo a tiempo para la Navidad. Unas horas más tarde, se escuchó que abrían la puerta de la tienda. ¡A mí... a mí... que soy el más chiquito. Gritaba el arbolito lleno de felicidad. Era una pareja robusta, de grandes cachetes colorados y manos enormes.

El señor de la tienda les informó que el único árbol que le quedaba era aquel pequeñito de la ventana. La pareja tomó al arbolito y sin darle importancia a lo del tamaño, se marchó con él. Cuando llegaron a casa, el arbolito vio como salían a su encuentro dos niños gordos que gritaban: ¿Lo encontraste papi?... ¿Es cómo te lo pedimos mami? Al bajar los padres del coche, los niños se le fueron encima al pequeño arbolito.

¿Y qué pasó después? Acaben la historia. Consulten a la familia...

Y Colorín Colorado