jueves, 26 de diciembre de 2013

CUENTO IMAGINATIVO

LA ATRAPA SUEÑOS Y EL HACEDOR DE ESTRELLAS. Escritora de cuentos y poesías infantiles de México.

“En algún lugar más allá de las estrellas, en algún lugar entre los mundos, existe un lugar en el que nacen los sueños”.

Más allá del último horizonte, donde la luz se convierte en una interminable cascada que lo baña todo, existe un lugar llamado Mizar, que es el hogar de un hermoso ángel llamado Illumine, y ella pasa sus días y sus noches cuidando y manteniendo a salvo los sueños de todos los seres vivientes. Todo en Mizar está hecho de sueños, todo lo que has imaginado, cada color, o escenario, cada sonido y palabra se encuentra en este lugar. Todas las musas que los hombres conocen habitan ahí, y juegan con los sueños de los niños, y también sueñan con los sueños que los hombres convertirán en realidad.

En Mizar todos conocen y aman a Illumine, ángel de los sueños, pero la llaman “la atrapa sueños” porque cuando alguien tiene un mal sueño, uno de ésos lleno de miedo o tristeza, Illumine los atrapa en el aire y los lleva a un antiquísimo mar llamado Akilá, en cuyas aguas púrpulas, cristalinas y puras aquellos sueños se limpian y se convierten en la arena plateada que cubre la costa; pero ésta no es la única tarea que lleva a cabo la atrapa sueños; ella también vuela cada noche a través de los mundos para inspirar sueños placenteros y calmar nuestros corazones y mentes, así que cada noche en nuestros sueños todos viajamos a Mizar y hacemos que ese lugar sea más grande, alto y brillante ...

“En algún lugar más allá de las estrellas, en algún lugar entre los mundos, existe un lugar en el que nunca has estado, pero es el lugar en que tu corazón fue creado”.

Sobre la montaña más alta de Mizar se levanta un magnífico castillo, en cuya torre habita otro poderoso ángel llamado Vermalion, éste ángel también es un mago, un alquimista y todo un artista; todo lo que Vermalion toca se convierte en una gran obra de arte. Entre interminables filas de libros y cientos de frascos que contienen todo tipo de coloridas pociones, esencias, rocas y cosas que sólo podrías ver en tus más excéntricas fantasías, encontrarás al gran Vermalion trabajando en un nuevo proyecto; pero lo que más ama hacer éste ángel es hacer estrellas ... es un trabajo muy laborioso, pero cuando está terminado, los resultados son sorprendentes ... Aries, las Hiadas, Aldebarán, Tauro ... ¿alguno de estos nombres te suena familiar? Todas éstas constelaciones y más, muchas más fueron hechas por el gran Vermalion, mejor conocido como “el hacedor de estrellas” él es quien ha iluminado el cielo nocturno... bueno, no sólo el nuestro, sino todos los cielos en donde quiera que haya uno.

“En algún lugar más allá de las estrellas, en algún lugar entre los mundos hay un ángel que jamás permitiría que te perdieras”.

La vida transcurría pacífica y feliz en Mizar, con todo mundo haciendo su mejor esfuerzo para inspirar a la mente humana con cosas hermosas y todo aquello que es bueno, creativo y puro; pero un día un trueno ensordecedor sacudió el suelo de Mizar, nunca antes algo como eso había sucedido, y las musas, las hadas, los gnomos, elfos, ángeles y todas las criaturas que creemos imaginarias se reunieron en e castillo de Vermalion para descubrir que era lo que habían escuchado.

Y justo frente a sus ojos, parado en una esquina del lugar hallaron a un pequeño mirándolos con gran curiosidad. ¡Bienvenido a Mizar! –exclamaron todos - ¿Dónde estoy? Este es el lugar donde nacen los sueños –dijo la atrapa sueños, ¿Estoy durmiendo? Así es ... y al mismo tiempo no - No comprendo - Estás soñando mi pequeño –dijo el hacedor de estrellas– pero no todos pueden soñar el camino hasta aquí ... tienes un espíritu muy fuerte ... y una mente ávida. - ¿Eres un ángel? - Si, lo soy, mi nombre es Vermalion ... y el tuyo es Orión ¿no es así? - ¡¿Como lo sabes!? - Puedo verlo escrito en tus ojos, y has venido hasta aquí buscando respuestas ... ¿estoy en lo correcto pequeño Orión? - ... sí ...


Vermalion, Illumine y Orión comenzaron a caminar a lo largo de la costa, contemplando las doce bellísimas lunas llenas en el cielo de Mizar, mientras sentían las cálidas olas púrpuras bañando sus pies. - ¿Qué te ha traído hasta aquí mi pequeño? –preguntó Illumine– - soy demasiado curioso ... al menos eso dice mi mamá ... verán, hace un año traté de contar todas las estrellas ... porque creí que sería sencillo, pero luego noté que cada día hay más y más estrellas; así que leí muchos libros y supe que hay cientos de millones de ellas ... ¡y eso es sólo en nuestra galaxia! ¡Y sólo Dios sabe cuántas galaxias hay por ahí! Pero luego me di cuenta que no sabía de dónde vienen las estrellas... así que busqué y busqué, y leí e investigué, y pregunté... y todos dijeron que las estrellas son rocas hechas de minerales y hielo y otras cosas... pero... eso no tiene mucho sentido para mí... ¿de verdad las estrellas sólo son un montón de rocas encendidas flotando en el espacio exterior? - Puedo ver que eres muy curioso pequeño Orión ... y es una actitud que te llevará a lugares que nunca imaginaste, tu creatividad e imaginación te han traído hasta aquí, y te prometo que obtendrás la respuesta que buscas, pero primero, déjame mostrarte un secreto.

Entonces los dos ángeles comenzaron a mostrarle al niño el mundo de Mizar, y le revelaron las grandes refulgentes montañas rojas de Igne que estaban hechas con los pensamientos de amor de todos aquellos que han partido de nuestro mundo, porque el amor nunca muere, jamás se desvanece, es infinito; el amor continúa creciendo... justo como aquellas montañas que se hacen más altas cada vez que alguien piensa en aquellos a quienes ama. Entonces los nuevos amigos caminaron hasta el valle de Telesmi, donde habitan todas las criaturas que la mente humana ha imaginado; todas las hadas, unicornios, sirenas y los amigos imaginarios que hemos tenido viven toda clase de aventuras, porque es nuestro valor y nuestra fuerza lo que les ha dado la chispa de la vida.

“En algún lugar más allá de las estrellas, en algún lugar entre los mundos existe la prueba de que el amor y la vida continúan haciéndose fuertes”.

Después de observar bien la belleza de Mizar, Orión notó algo peculiar, parecía que mientras más caminaban más paisajes y caminos aparecían. - ¡Éste lugar es infinito! ¡como las estrellas! - Infinito ... así es –dijo la atrapa sueños– y toda esta belleza ha sido obra tuya muy pequeño. - ¿Cómo puede ser posible? - Querías saber de dónde vienen las estrellas –dijo Vermalion– ¡Y ésta es la respuesta! Cada vez que los humanos sueñan o piensan en algo hermoso, Illumine, la atrapa sueños, lleva ésos sueños brillantes, coloridos, placenteros y alegres conmigo y yo les doy forma y les doy un lugar en el espacio exterior para que cada humano pueda ver lo que quieren hacer, y cuando un sueño se hace realidad se convierte en una estrella fugaz... y cuando alguien la ve y pide un deseo, otra estrella nace. - ¡Vaya! ¡significa que las estrellas están hechas de sueños!

- Eso es correcto mi pequeño, y arden porque están hechas con toda la pasión de la vida, y todo el amor de aquellos que soñaron algo bueno; y nuestro amado hogar, Mizar, crece gracias a aquellos espíritus como el tuyo, llenos de vida, creatividad y fe, así que por ello las estrellas son infinitas. - ¿Pero es cierto lo que mucha gente dice de los sueños? - ¿Qué dicen mi pequeño? - Que los sueños son tontos e inútiles - Tu corazón ya sabe la respuesta ...

“En algún lugar más allá de las estrellas, en algún lugar entre los mundos, existe alguien iluminando el cielo para que puedas sonreír”.

De repente el pequeño Orión despertó, y supo que su viaje no había sido sólo un sueño, ahora tenía la certeza de saber que no hay tal cosa como un sueño tonto o imposible, y que no había razón alguna para sentirse solo o perdido, porque sólo tenemos que mirar al cielo para ver nuestras estrellas brillando, sonriéndonos, mostrándonos el camino correcto para hacer nuestros sueños realidad. Orión sabía que en algún lugar más allá de las estrellas, en algún lugar entre los mundos hay un lugar en el que habitan la atrapa sueños y el hacedor de estrellas, cuidando a todas aquellas almas que no tienen miedo de llamarse soñadores.

Y Colorín Colorado....

Pd: Quiero dedicar este cuento a todos y todas, para que el 2014, sea un año de los verdaderos atrapa sueños y los hacedores de estrellas... Que todos sus sueños se hagan realidad.

jueves, 19 de diciembre de 2013

CUENTO BRILLANTE NAVIDEÑO

LA PEQUEÑA ESTRELLA DE NAVIDAD. Pedro Pablo Sacristan

De entre todas las estrellas que brillan en el cielo, siempre había existido una más brillante y bella que las demás. Todos los planetas y estrellas del cielo la contemplaban con admiración, y se preguntaban cuál sería la importante misión que debía cumplir. Y lo mismo hacía la estrella, consciente de su incomparable belleza.

Las dudas se acabaron cuando un grupo de ángeles fue a buscar a la gran estrella: Corre, Ha llegado tu momento, el Señor te llama para encargarte una importante misión. Y ella acudió tan rápido como pudo para enterarse de que debía indicar el lugar en que ocurriría el suceso más importante de la historia. La estrella se llenó de orgullo, se vistió con sus mejores brillos, y se dispuso a seguir a los ángeles que le indicarían el lugar. Brillaba con tal fuerza y belleza, que podía ser vista desde todos los lugares de la tierra, y hasta un grupo de sabios decidió seguirla, sabedores de que debía indicar algo importante. Durante días la estrella siguió a los ángeles, indicando el camino, ansiosa por descubrir cómo sería el lugar que iba a iluminar. Pero cuando los ángeles se pararon, y con gran alegría dijeron “Aquí es”, la estrella no lo podía creer. No había ni palacios, ni castillos, ni mansiones, ni oro ni joyas, Sólo un pequeño establo medio abandonado, sucio y maloliente. ¡Ah, no! ¡Eso no! ¡Yo no puedo desperdiciar mi brillo y mi belleza alumbrando un lugar como éste! ¡Yo nací para algo más grande!

Y aunque los ángeles trataron de calmarla, la furia de la estrella creció y creció, y llegó a juntar tanta soberbia y orgullo en su interior, que comenzó a arder. Y así se consumió en sí misma, desapareciendo. ¡Menudo problema! Tan sólo faltaban unos días para el gran momento, y se habían quedado sin estrella. Los ángeles, presas del pánico, corrieron al Cielo a contar a Dios lo que había ocurrido. Éste, después de meditar durante un momento, les dijo: Buscad y llamad entonces a la más pequeña, a la más humilde y alegre de todas las estrellas que encontréis.

Sorprendidos por el mandato, pero sin dudarlo, porque el Señor solía hacer esas cosas, los ángeles volaron por los cielos en busca de la más diminuta y alegre de las estrellas. Era una estrella pequeñísima, tan pequeña como un granito de arena. Se sabía tan poca cosa, que no daba ninguna importancia a su brillo, y dedicaba todo el tiempo a reír y charlar con sus amigas las estrellas más grandes. Cuando llegó ante el Señor, este le dijo: La estrella más perfecta de la creación, la más maravillosa y brillante, me ha fallado por su soberbia. He pensado que tú, la más humilde y alegre de todas las estrellas, serías la indicada para ocupar su lugar y alumbrar el hecho más importante de la historia: el nacimiento del Niño Dios en Belén.

Tanta emoción llenó a nuestra estrellita, y tanta alegría sintió, que ya había llegado a Belén tras los ángeles cuando se dio cuenta de que su brillo era insignificante y que, por más que lo intentara, no era capaz de brillar mucho más que una luciérnaga. “Claro”, se dijo. “Pero cómo no lo habré pensado antes de aceptar el encargo. ¡Si soy la estrella más pequeña! Es totalmente imposible que yo pueda hacerlo tan bien como aquella gran estrella brillante... ¡Que pena! Mira que ir a desaprovechar una ocasión que envidiarían todas las estrellas del mundo...”.

Entonces pensó de nuevo “todas las estrellas del mundo”. ¡Seguro que estarían encantadas de participar en algo así! Y sin dudarlo, surcó los cielos con un mensaje para todas sus amigas: "El 25 de diciembre, a medianoche, quiero compartir con vosotras la mayor gloria que puede haber para una estrella: ¡alumbrar el nacimiento de Dios! Os espero en el pueblecito de Belén, junto a un pequeño establo."

Y efectivamente, ninguna de las estrellas rechazó tan generosa invitación. Y tantas y tantas estrellas se juntaron, que entre todas formaron la Estrella de Navidad más bella que se haya visto nunca, aunque a nuestra estrellita ni siquiera se la distinguía entre tanto brillo. Y encantado por su excelente servicio, y en premio por su humildad y generosidad, Dios convirtió a la pequeña mensajera en una preciosa estrella fugaz, y le dio el don de conceder deseos cada vez que alguien viera su bellísima estela brillar en el cielo.

Y Colorín Colorado

lunes, 9 de diciembre de 2013

CUENTO VIAJERO NAVIDEÑO

UN VIAJE INCREIBLE. Florencia


Esta es la historia de Carlos, un ratón que vivía en la punta de un cerro. Carlos trabajaba día y noche para limpiar el polvo a una bota que hace años atrás le había regalado su amigo, el viejito Michel.

Ya era costumbre para él pasar las navidades con esa bota, y como faltaba poco para las fiestas, escuchó que golpeaban su puerta. ¡Era su amigo Michel, que venía del pueblo!

Se le veía muy cansado. Carlos le dijo a Michel que se sentara a descansar. Michel había subido caminando hasta la punta del cerro para invitar a Carlos a pasar la Navidad en su casa. Michel pensaba que su amigo se sentiría solo en Navidad. Michel había tardado en su viaje más de los que debía, sabía que para subir a la punta del cerro tenía que caminar nueve días, pero,… debido a lo resbaloso del pasto, había tardado el doble.

Michel se encontraba cansado y triste porque faltaban solo tres días para la Navidad. Sabía que era imposible estar de vuelta con su familia para ese día. Así que Carlos, preocupado, pensaba y pensaba en cómo poder ayudar a su amigo. ¡Y planeó un viaje increíble!

Y fue así que, con voluntad y amistad, Carlos y Michel celebraron juntos la Navidad. Carlos con su bota, y Michel con su familia. 



Y Colorín colorado..


domingo, 1 de diciembre de 2013

CUENTO FESTIVO


EL ÁRBOL DE LAS RISAS. Mariana Ramos. Buenos Aires 

Hace muchos años existía un famoso pueblito, alejado de la ciudad, llamado Glabilú . En el medio de la única placita que tenía, había un árbol, con hojas grandes, chicas, medianas, verdes, rojas, amarillas, celestes y muchos colores más. No sólo era hermoso, sino que regalaba sonrisas a toda la gente.

Cada vez que alguien se sentía un poquito triste, se iba hasta la plaza, se acercaba al árbol y automáticamente se empezaba a reír. Para los chicos, Risitas, que así lo llamaban a su árbol, era un amigo más. Esperaban ansiosos que llegara la tarde para poder ir a jugar junto a él. Se trepaban en sus ramas, le cantaban canciones, se divertían mucho. Una noche, el Señor Gogó, que era del pueblito vecino, fue hasta la placita. Miró para todos lado, se fijó que no hubiese nadie, y se acercó al árbol en puntitas de pie. 

Era un hombre muy malo y serio, y no le gustaba que sus vecinos siempre estuvieran alegres. Entonces, empezó a arrancarle las coloridas hojas a Risitas y a patearle su tronco ¡con mucha bronca!. El pobre árbol empezó a reír cada vez menos... hasta dejarlo de hacer por completo. Y cuando lo hizo, el Señor Gogó se fue satisfecho a su pueblo.

A la mañana siguiente el árbol amaneció enfermo, casi muerto. La gente se puso muy triste cuando lo vio, y la risa desapareció de sus caras. Entre ellos se miraban y se preguntaban: ¿qué le habrá pasado? ¿quién lo lastimó?. Se pusieron a juntar sus hojitas, a cuidarlo, a regarlo, pero Risitas seguía igual. Hasta que un día, decidieron que la forma para curarlo era darle lo mismo que él siempre les dio a ellos: RISAS. Se juntaron todos, hicieron una ronda alrededor del árbol, se agarraron de las manos y empezaron a reír. 

Y rieron cada vez más fuerte, tan fuerte que hasta la tierra comenzó a vibrar. Risitas empezó a tomar vida, le volvieron a salir sus coloridas hojas y con ellas, su alegría. Empezó riéndose bajito, casi no se lo oía, pero terminó riéndose tan alto que hasta contagió al Sol. Comenzaron a crecer muchas y muchas flores a su alrededor y se formó un arco iris, el más bello que habían visto en toda su vida.


La risa empezó a contagiar a los pueblos vecinos y llegó hasta la casa del Señor Gogó, y sin darse cuenta, de sus labios, comenzaron a salir risas. 

Y colorín, colorado....


martes, 26 de noviembre de 2013

CUENTO LEGUMBRE

LAS HABICHUELAS MÁGICAS. Andersen, Hans Christian


Periquín vivía con su madre, que era viuda, en una cabaña del bosque. Como con el tiempo fue empeorando la situación familiar, la madre determinó mandar a Periquín a la ciudad, para que allí intentase vender la única vaca que poseían. 

El niño se puso en camino, llevando atado con una cuerda al animal, y se encontró con un hombre que llevaba un saquito de habichuelas. -Son maravillosas -explicó aquel hombre-. Si te gustan, te las daré a cambio de la vaca. Así lo hizo Periquín, y volvió muy contento a su casa. Pero la viuda, disgustada al ver la necedad del muchacho, cogió las habichuelas y las arrojó a la calle. Después se puso a llorar. Cuando se levantó Periquín al día siguiente, fue grande su sorpresa al ver que las habichuelas habían crecido tanto durante la noche, que las ramas se perdían de vista. Se puso Periquín a trepar por la planta, y sube que sube, llegó a un país desconocido. Entró en un castillo y vio a un malvado gigante que tenía una gallina que ponía un huevo de oro cada vez que él se lo mandaba. 
Esperó el niño a que el gigante se durmiera, y tomando la gallina, escapó con ella. Llegó a las ramas de las habichuelas, y descolgándose, tocó el suelo y entró en la cabaña. La madre se puso muy contenta. Y así fueron vendiendo los huevos de oro, y con su producto vivieron tranquilos mucho tiempo, hasta que la gallina se murió y Periquín tuvo que trepar por la planta otra vez, dirigiéndose al castillo del gigante. Se escondió tras una cortina y pudo observar como el dueño del castillo iba contando monedas de oro que sacaba de un bolsón de cuero. En cuanto se durmió el gigante, salió Periquín y, recogiendo el talego de oro, echó a correr hacia la planta gigantesca y bajó a su casa. 

Así la viuda y su hijo tuvieron dinero para ir viviendo mucho tiempo. Sin embargo, llegó un día en que el bolsón de cuero del dinero quedó completamente vacío. Se cogió Periquín por tercera vez a las ramas de la planta, y fue escalándolas hasta llegar a la cima. Entonces vio al ogro guardar en un cajón una cajita que, cada vez que se levantaba la tapa, dejaba caer una moneda de oro. Cuando el gigante salió de la estancia, cogió el niño la cajita prodigiosa y se la guardó. Desde su escondite vio Periquín que el gigante se tumbaba en un sofá, y un arpa, oh maravilla!, tocaba sola, sin que mano alguna pulsara sus cuerdas, una delicada música. El gigante, mientras escuchaba aquella melodía, fue cayendo en el sueño poco a poco Apenas le vio así Periquín, cogió el arpa y echó a correr. Pero el arpa estaba encantada y, al ser tomada por Periquín, empezó a gritar: -Eh, señor amo, despierte usted, que me roban! 

Despertose sobresaltado el gigante y empezaron a llegar de nuevo desde la calle los gritos acusadores: -Señor amo, que me roban! Viendo lo que ocurría, el gigante salió en persecución de Periquín. Resonaban a espaldas del niño pasos del gigante, cuando, ya cogido a las ramas empezaba a bajar. Se daba mucha prisa, pero, al mirar hacia la altura, vio que también el gigante descendía hacia él. No había tiempo que perder, y así que gritó Periquín a su madre, que estaba en casa preparando la comida: -Madre, tráigame el hacha en seguida, que me persigue el gigante! Acudió la madre con el hacha, y Periquín, de un certero golpe, cortó el tronco de la trágica habichuela. 

Al caer, el gigante se estrelló, pagando así sus fechorías, y Periquín y su madre vivieron felices con el producto de la cajita que, al abrirse, dejaba caer una moneda de oro. 

Y Colorín colorado...

miércoles, 20 de noviembre de 2013

CUENTO COCODRILO


DICEN QUE ASÍ NACIÓ EL COCODRILO. Armida de la Vara

 En medio de la selva estaba tirado en tronco de cocotero. Hacía carios días que el huracán lo había tirado y así permanecía, temeroso de que vinieran los hombres con sus hachas a hacerlo pedacitos.

Una mañana calurosa se oyeron pisadas sobre la hojarasca. El tronco tembló de miedo, y tan grande fue su temblor que empezó a rodas hasta llegar a un pantano que estaba cerca. y pensó: "¡Qué bueno! Aquí puedo esconderme sin que los hombres me descubran".

Se acomodó entre el agua fangosa. Sólo cuando las pisadas de los hombres se alejaron, el tronco se atrevió a mirar para afuera.

Estaba tan bien ahí en lo húmedo, y hacía tanto calor en la selva, que decidió quedarse adentro un poco de tiempo. Y empezó a ponerse verdoso. La lama del agua iba quedándose entre sus escamas de árbol. Más tarde se dio cuenta de que iban naciéndole cuatro retoños, dos a cada lado del cuerpo.

-¡Qué bueno!- pensó-, ¡Creo que me estoy convirtiendo en animal! Buscaré un nombre que recuerdo mi origen. Me llamaré "cocodrilo".

Y  Colorín  Colorado
 

jueves, 14 de noviembre de 2013

CUENTO LLUVIOSO

GOTITA  DE LLUVIA. Ariela Victoria Espinoza. Curacaví – Chile


El cielo estaba totalmente cerrado nubes que amenazaban en cualquier momento se vendría una aluvión ,en casa de Tomasito ya se estaban preparando ,siempre que acontecía un suceso de esta magnitud era una oportunidad familiar para permanecer calentitos y muy unidos en torno a los cuentos de la abuelita o las ricas sopaipillas de la mama Susan. Papa Felipe muy temprano como siempre recolectaba leña en el inmenso patio contiguo a la casa, en esta oportunidad lo hacia a mayor velocidad, necesitarían leña seca durante todo ese día.. para mantener la chimenea y el fogón siempre activos entregando toda su calidez .


Mientras en otro lugar de aquella pequeña pero acogedora casa se encontraba Tomasito jugando con su perro Pulgas el cual ya habían entrado al ruego de el….¡papa pulgas se mojara y tendrá mucho frío, mejor deja que entre ¡el padre que no podía oponerse a las suplicas de su querido Tomasito accedió rápidamente advirtiendo….¡pero Tomasito procura que no desordene tanto para que mama no se moleste! ….mama Susan mientras preparaba la masa de aquellas reconocidas sopaipillas miraba el cuadro general de su familia su esposo recolectando leña , Tomasito jugando con pulgas su perrito regalón y los abuelos tomando mate en torno a una buena conversación de antaño.. respiraba tranquilidad y agradecimiento por aquel día.

Se sintieron como harte de magia las primeras precipitaciones de pequeñas bolitas cristalinas que se azotaban contra el techo casi desapercibidas por la mayoría menos para papa Felipe que tubo que detener su recolección de leña para entrar rápidamente a casa y dar la noticia ¡ya comenzó a llover! pulgas agito su cola.. mama Susan empezó a freír las exquisitas sopaipillas y los abuelitos se arrimaron más al fogón junto a Tomasito para comenzar las alucinantes historias que hacían volar la imaginación.

La venta principal de la casa, aquella que dejaba traslucir el radiante sol hoy seria el cristal por donde una pequeña gotita de lluvia aprendería lo hermoso de la vida.

Cayeron una tras otra al principio lentamente y cada vez más rápido todas unidas formaban la lluvia pequeñas cascadas de agua que se deslizaban por el techo, puertas, entre otro escondrijos que solo ella sabían alcanzar. Pero una gotita no quería formar parte de aquel maravillosos espectáculo se rehusaba a ser igual que las demás, se contuvo lo mas que pudo.. en su nube y pensaba ¡aguantare hasta que todas caigan! y ese será mi momento para deslizarme sola por aquella maravillosa venta, que puedo ver desde aquí arriba..y así sucedió cuando ya la mayoría había caído y solo quedaban apenas unas pocas gotitas ella se dejo caer spach se deslizo por aquel cristal que poseía algo maravilloso una imagen que nunca olvidaría en su recorrido lento por el cristal frío y resbaloso observo aquel cuadro perfecto, donde vio a Tomasito, pulga su perrito regalón, papa Felipe ,mama Susan y los abuelos compartiendo entorno a la calidez del hogar y la familia en total felicidad. En ese instante comprendió muchas cosas que suerte tienen las personas de poder tener estos momentos de total dicha y hacerlos perdurable todo lo que quieran.. lastima yo solo tengo minutos de existencia para poder disfrutar las cosas simples y hermosas de la vida, ahora entiendo todo; el amor es más cuando es compartido!

En ese momento sintió amor mientras su pequeño y cristalino cuerpo se deslizaba lentamente para perderse en el conjunto de gotitas que ya habían formado una pequeña poza bajo aquella ventana.

Y  Colorín  Colorado..

jueves, 7 de noviembre de 2013

EL  GLOBO  DORMILÓN. Versión  abreviada.  Cuentos  Infantiles-Org.


Era un hermoso parque con un estanque pequeño con patos y una fuente en el centro. En las tardes de otoño, el viento arrastraba las hojas secas y los  niños corrían. Los ancianos se sentaban en los bancos para dar migas a las palomas.

Parecía que el tiempo no existía en aquel parque y los niños pasaban las horas entretenidos con sus juegos.

Un payaso vendía globos de colores, rodeado por niños que lo veían inflar sus globos con helio. Y los globos quedaban flotando en el aire, tan sólo sujetos por el cordel. Los niños hacían colas para comprar sus globos y cuando un globo se le escapaba, gritaban maravillados disfrutando del espectáculo.


Globi era un globito fuerte porque lo habían llenado con mucho helio, su color era azul muy hermoso. Era sumamente curioso y no podía quedarse quieto, tanto que cuando un  niño  quiso comprarlo y el payaso lo liberó del manojo de globos, Globi se soltó y salió volando hacia el cielo. El payaso no podía hacer nada para atraparlo, por eso el globo se marchó libremente en busca de aventuras.

Globi anduvo dando vueltas hasta que su cordel quedó atrapado en el alero de un tejado. Intentó salir de allí, pero fue en vano.

Muy cerca del alero había una ventana enorme, Globi pudo llegar hasta ella inclinándose un poquito. Vio cómo jugaban unos niños dentro de la casa. Estuvo horas viendo a los pequeños, hasta que finalmente se quedó dormido.

Pasaron varios días igual, él los veía jugar y sentía alegría por ello, pero también sentía un poquito de envidia por no poder jugar con ellos. Se movía de un lado a otro para llamar su atención, pero no conseguía que lo vieran. Dormía mucho para juntar fuerzas para moverse más. Pero seguía cansado sin que lo vieran.

Un día hizo tanta fuerza para que lo vieran, que se pinchó en un clavito que había en la ventana. Esto hizo que saliera con tanta fuerza que el cordel se soltó de su amarre y el globo se elevó rápidamente.

Globi sabía que le quedaba poco aire, entonces se elevó más y más, como para tocar las nubes. Se elevó sobre las casas, sobre el campanario de la iglesia. Seguía, perdiéndose en la lejanía. Luego de un tiempo, ya no pudo volver a verse. Se perdió para siempre en el atardecer y seguramente está junto a las  estrellas, haciendo mimos a la luna.

Y  Colorín  Colorado

sábado, 19 de octubre de 2013

CUENTO TROMPETISTA

EL ELEFANTE TROMPETISTA. Cuentos Infantiles Cortos. Red


Nuestro amigo, el elefante Jami, cuando era más pequeño solía juntarse con algunas amigas de su clase para ir a tocar canciones con sus instrumentos.

Un día el elefante Jami salió de su casa camino a la casa de Anne, una de sus amigas músicas, cuando de repente al pasar por un parque, un pequeño insecto se metió dentro de su trompa.

Jami el elefante, no paraba de estornudar una y otra vez, pues el mosquito le hacía cosquillas en la trompa, aunque se resistía a salir. Mientras Jami no paraba de estornudar, pensó que si el mosquito no salía de su trompa, no podría volver a tocar la trompeta, así que gritó pidiendo ayuda:”Socorro, Socorro, necesito ayuda”.

Por aquel parque no había nadie en esos momentos, sin embargo, un pájarito que estaba posado en un árbol, se acercó hasta donde estaba el elefante Jami para ayudarle. “Hola elefante, ¿qué es lo que ocurre?”, le preguntó el pajarito. “Pues que… chis chis, se me ha metido un… chis chis, un mosquito en la trompa y no quiere salir”, le respondió el elefante Jami.

Entonces el pajarito fue volando hasta la trompa de Jami y metió su largo pico en su trompa y sacó al mosquito de allí. “Muchas gracias mosquito gracias a ti podré seguir tocando la trompeta con mis amigas”, le dijo Jami el elefante. En ese momento Jami se dio cuenta de lo importante que era para él compartir esos momentos con sus amigas las músicas, así que a partir de ese momento disfrutaba de cada segundo junto a ellas.

Ahora el elefante Jami, está estudiando en la universidad y tiene muy poco tiempo para ir a tocar junto a sus amigas, pero aún así, siempre intenta sacar tiempo para ir a tocar la trompeta.


Y  Colorín  Colorado

jueves, 10 de octubre de 2013

CUENTO PERLADO

LA OSTRA QUE PERDIÓ SU PERLA  Cuentos/Infantiles/

Una ostra se encontraba muy triste porque había perdido su perla. 

Le contó su desgracia a un pulpo; el pulpo se la contó a una sardina; la sardina a un cangrejo, y el cangrejo se la contó a un ratón que estaba por la playa.

El ratón dijo: «Pobre ostra. Voy a ver si le encuentro algo parecido a la perla que perdió». El ratón buscó y no encontró algo como lo que le había indicado el cangrejo.

Encontró una piedra que era blanca y dura pero no brillante; luego una moneda de plata blanca, dura y brillante pero no pequeña...

Al ratoncito se le ocurrió ir a la casa de un niño al que se le acababa de caer el diente de leche. El niño lo había dejado en la mesita. En eso el ratoncito se acercó y lo cogió, comprobó que era blanco, pequeño, duro y brillante. «Esto sí servirá», pensó el ratón. 

A cambio le dejó al niño la moneda. Luego volvió a la playa le dio el diente al cangrejo, que se lo dio a la sardina, que se lo dio al pulpo, que se lo dio a la ostra. La ostra miró el diente y se puso contentísima era del mismo tamaño de la perla que había perdido. Así que lo puso en el sitio de la perla, lo recubrió con un poco de nácar y nadie pudo notar la diferencia.


Por eso, cuando un niño pierde un diente, el ratón se lo lleva y le deja a cambio un regalo.


Y  Colorín  Colorado.... 

jueves, 3 de octubre de 2013

CUENTO CUENTISTA

EL SOMBRERO DE LAS ESTRELLAS. © Todos los derechos reservados por el autor. Los Tesoros de Arcoiris.


Se abre la puerta y muy despacito aparece caminando, aunque casi pareciera que flota, una señora con un sombrero de pico bastante alto y ala redonda, un tul blanco cubre todo el sombrero, la cara y medio cuerpo de la dueña del sombrero.

La música suena muy lentamente acompañando sus movimientos casi lunares, el tul va y viene, saluda con su mano a los niños que la están mirando sin decir ni "mu". Al llegar delante de los chicos, daba la impresión que estaba volando, su velo volaba, sus brazos, el sombrero...


...Hola chicos, soy la Maga Cuenta-Cuentos, dijo todavía sin levantarse el tul, éste es mi sombrero mágico, cada estrella tiene su propia historia: algunas las he traído desde muuuy lejos, otras me las han regalado magas amigas, y las mas chiquititas de todas, son regalos de niños como ustedes que cuando me sonríen le brota una estrellita al cabo de unos días (igualito que las flores).

Les preguntó a los niños si sabían volar, como ninguno sabía les ofreció hacer un vuelo despacito con ella, de a uno por vez podían acercarse a ella, agarrar el velo suavemente y cerrando los ojos levantar vuelo muy despacito, también les aconsejó mover el brazo libre para ayudar un poco a mantenerse elevado. Volaron y volaron, les dijo que para aterrizar tenían que hacerlo muy suavemente, y sobre todo no olvidarse de doblar las rodillas... "Puuuum" hizo algún niño, sin tener suficiente cuidado en el aterrizaje... pero sin hacerse ningún daño por suerte.

 Esta es la caja mágica, dijo señalando una preciosa caja multicolor.

Cuando abrió la caja, salió un polvo plateado volando por los aires, cuando cayó al suelo apareció por detrás del sombrero de estrellas el Señor de la Buena Pipa, que no era él del cuento de la buena pipa, era un hombrecito tan chiquitito que cabía en la palma de una mano. Pero también era un poco tímido, así que iba escondiéndose de un lado al otro del sombrero espiando a los niños con cuidado de no ser descubierto.

¡Eh, señor...!, lo descubrió un chiquito, ¿qué hace ahí?
Ah...Ah...si...¡hola! soy el Señor de la Buena Pipa, ¿qué tal están?

Todos los chiquitos le contestaron como estaban, pero el Señor de la Buena Pipa estaba un poco sordeli así que tuvieron que repetirlo unas cuantas veces a grito pelado.

El Señor de la Buena Pipa se puso a contarles que era un viejo marino y que estaba esperando el barco que lo llevaría a una isla muy especial, dónde las cosas no eran para nada normales, las palmeras en vez de tener higos tenían caramelos en forma de higos, las plantas de tomates tenían deliciosas nubes de azúcar con forma de tomates, las flores también eran caramelos, los champiñones eran chupa-chups, y así con todas las cosas, pero también les dijo, bastante en secreto, que los ríos eran limonadas, y que cuando llovía juntaban el agua porque una vez en un recipiente se convertía en Coca-Cola... Claro que si le ponías pétalos de margaritas amarillas (de las que también son caramelos) se convertía en Fanta de limón o de naranja si le ponías trocitos de naranjas.

Había una vaca muy divertida, que cantaba canciones, cuya leche era riquísima y además con solo beberla limpiaba los dientes de una sola vez. Pero parecía que el barco no llegaba nunca y empezaba a creer que la bailarina rusa que se lo contó lo habría soñado.

No, no... nada de eso! dijo Nadriushka, la bailarina folklórica rusa que guardaba cinco hermanitas pequeñas mientras aparecía por detrás del sombrero, ese barco existe, yo me he embarcado una vez cuando formaba parte de un ballet muuuy importante, después de un montón de actuaciones nos fuimos a esa isla a descansar y a comer todas las cosas ricas que queríamos...

Bueno, entonces me voy al muelle a esperarlo, adiós, adioooooos, dijo el Señor de la Buena Pipa.

Nadriushka les contó a los chicos que ella era una bailarina rusa, y se puso a mostrarles como era el baile que ella hacía, la señora del sombrero hizo lo que la bailarina le indicaba, para acompañarla en su baile.

Animó a los chicos a intentar bailar como ella, claro que era una danza bastaaaaante difícil, así que les enseñó un poquitín, algún paso para que todos pudieran alegremente bailar. Cuando había terminado el baile, Nadriushka esperaba el aplauso que siempre tenía al finalizar una actuación, al oír los primeros aplausos saludó muy formalmente con su reverencia hacia delante, y se fue por donde vino.

El sombrero había entristecido en ese momento, estaba escuchando que un chiquitín estaba llorando, al sombrero no le gustaba entristecer a nadie, así que la señora lo puso a descansar, el pequeñín se alegraría un poco y el sombrero mágico no perdería más estrellitas de niños.

En ese momento todos pudieron ver la cara de la Maga Cuenta-Cuentos, y ¡qué sorpresa...! también tenía estrellitas doradas como si fuera un antifaz alrededor de sus ojos...


¡¡¡OOOHHHH...!!!, se oyó de todas las boquitas.

De la caja salió una carita  más simpática, que parecía una flauta triangular con sonrisa... ocurría que esta carita hablaba con una risita todo el rato, y lo más gracioso fue que todos los niños terminaron riéndose a carcajadas, hasta el que estaba llorando antes. Se puso a contarles chistes, y cosas divertidas, tantas que se tuvo que ir rápido porque no podía dejar de reirse...jijijijijijij.....

Después sin que nadie supiera cómo, la maga tenía antenitas de marciana en la cabeza, que terminaban en dos bolitas plateadas, y claro que se había convertido en una extraterrestre. Era una marciana muy marchosa porque les venía a enseñar el baile de su lugar, y les explicaba que hasta su planeta era un gran bailarín porque bailaba el "ula-ula" con los dos anillos que tenía al rededor. Terminaron todos bailando los bailes marcianos y un poco de "ula-ula".

La música fue acabándose poquito a poco, algunos niños fueron sentándose, otros a buscar sus bebidas, y otros querían darle la mano a la maga-marciana, o mirar de cerca las estrellitas que llevaba en la cara... Al final volvió a ser maga-maga, y con muchos besitos al aire y nubes de polvo brillante se despidió de los niños hasta el próximo cuento...

Y Colorín Colorado

http://youtu.be/0tQNJlGocLU

lunes, 23 de septiembre de 2013

CUENTO LLUVIOSO

EL AMOR DE LA LLUVIA Y EL SOL. Texto de María Bautista 
Hubo un tiempo en que no existían estaciones. No había florida primavera, ni verano abrasador, ni otoño nostálgico e invierno helador. Los árboles mezclaban sus flores con sus frutos, sus hojas amarillas con sus desnudas ramas y en un mismo día podía llover y helar, hacer un frío que pelaba o el más agotador de los calores. 

Por aquella época andaban todos un poco locos con tanto cambio de tiempo. Los caracoles sacaban sus cuernos al sol para sentir en seguida la lluvia sobre sus caparazones espirales. Los osos se iban a dormir cuando hacía frío y antes de que hubieran conciliado el sueño ya estaban muertos de calor en lo más profundo de su cueva. Todos andaban despistados pero como no había normas vivían felices en el caos más absoluto. 


También el sol y la lluvia andaban despistados, concentrados en algo mucho más importante que el tiempo, los animales o los árboles: el amor. Y es que el sol y la lluvia, en aquella época loca en la que no existían las estaciones, se habían enamorado. Y como aquel tiempo era un tiempo de principios y de primeras cosas, el amor entre el sol y la lluvia era nuevo, intenso y desbordante. 

Al principio se encontraban en los amaneceres, cuando todos dormían aún. Durante algunos minutos el sol brillaba con fuerza y la lluvia llenaba de agua las hojas y los campos. Con el tiempo los amantes sintieron más y más necesidad de estar juntos. De los amaneceres pasaron a las mañanas y de las mañanas llegaron a los mediodías y las tardes.  Pero en aquel caos de mundo donde no había estaciones, a nadie le sorprendió que lloviera y saliera el sol al mismo tiempo, al fin y al cabo, aquel era un mundo sin normas y todo estaba permitido. 

Sin embargo, un día los amantes llegaron demasiado lejos. Enamorados como estaban las horas juntos se les pasaban en un instante, les sabían a poco. Por eso aquella tarde cuando el sol se preparaba para el atardecer, para desaparecer hasta la mañana siguiente, la lluvia sintió el deseo de tenerle un ratito más a su lado. - ¡No puedes irte tan pronto! Quédate conmigo un par de horas más. Y el sol, conmovido por la dulzura de la lluvia no pudo negarse. Aquel día atardeció dos horas más tarde pero nadie dijo nada: en aquel mundo sin normas todo estaba permitido. Al día siguiente, fue el sol el que se sintió tentado a aparecer antes en el cielo y estar más rato con su querida lluvia. - Nadie lo notará. Al fin y al cabo la noche es oscura y a nadie le gusta. 

Y el amanecer, en aquella ocasión, comenzó mucho más pronto que nunca. Pero nadie dijo nada: en aquel mundo sin normas todo estaba permitido. Día tras día, los amantes arañaban horas a la noche hasta que esta desapareció del mundo. Aquello provocó el mayor caos que se había visto jamás en aquel mundo de caos. Los animales no conseguían dormir, la tierra estaba inundada, las flores se morían de calor con tanto sol. Eso por no hablar de que la luna y las estrellas se habían quedado sin trabajo. Muy enfadada, la luna comenzó a pedir explicaciones a todos los seres que vivían en el planeta.  - ¿Se puede saber quién ha organizado semejante lío? Sin noche no hace falta luna, ni estrellas, ¿a dónde se supone que debo marcharme yo ahora? – gruñía irritada en lo más alto del cielo. 

Y tras mucho preguntar y mucho investigar, la luna se enteró del romance que mantenían el sol y la lluvia y de cómo este amor desbordado le había robado la noche. Muy enfadada les sorprendió una noche que no era noche sino día: - ¿No os da vergüenza haber dejado al mundo entero sin noche? – les gritó indignada. - Pero esto es un mundo sin normas y aquí todo está permitido – exclamó orgulloso el sol. - Claro que sí, siempre que lo que hagamos no moleste a los demás. Y vuestras aventuras nocturnas perturban a los animales que no pueden dormir, aturullan a los árboles y a las flores con tanta agua y tanto calor. Además, ¿qué hay de las estrellas y de mí misma? ¿Qué haremos sin noche? ¿os habéis parado a pensar un solo segundo qué será de nosotras? 

La lluvia y el sol bajaron la cabeza avergonzados. Claro que no habían pensado en eso. Ellos solo tenían pensamientos para su amor y sus sentimientos y todo lo demás no importaba. Pero aquello tenía que cambiar. Y vaya si cambió. La luna bien se encargó de ello y condenó a los amantes a terminar con aquellos encuentros. Desde aquel momento, a la lluvia siempre le acompañó un cielo gris y triste. El sol, por su parte, dejó de viajar con las nubes. Si estas aparecían era para hacerle sombra, pero nunca para traerle la lluvia, como hacían antes. Fue una época triste aquella. Eso a pesar de que nacieron las estaciones y los animales y las plantas dejaron de volverse locos con tanto cambio de tiempo. Sin embargo, todos se sentían un poco culpables por el sol y la lluvia, separados para siempre. - Algo hay que hacer. Es demasiado cruel con la lluvia y el sol. Y tanto insistieron, que la luna acabó por ceder. - Podréis reuniros muy de vez en cuando, y siempre en periodos cortos. Pero a cambio, en cada encuentro, tendréis que darnos algo tan bello como vuestro amor. 

La lluvia y el sol aceptaron. Volvieron sus encuentros, volvió el mundo a ser alegre. La lluvia y  el sol también cumplieron con su promesa. Crearon algo tan bello como su amor: el arco iris.


Y  Colorín  Colorado