miércoles, 28 de noviembre de 2012

CUENTO MARIPOSO


LA MARIPOSA COLORÍN. Griselda Bosi ( Luly ) 

Había una vez, hace mucho tiempo y en un lejano país, muchas mariposas, de todos colores, allí vivía Colorín, una mariposa muy pequeñita, pero con muchos colores, tantos que era la más linda del parque, Colorín dormía sobre el césped debajo del banco amarillo del parque.

Una mañana, cuando se levantó, estaba toda mojada, con rocío que había caído durante la noche, se sacudió, se revolcó en el pasto y salió volado a pasear,  ¡Mariposa Colorín! ¡Mariposa Colorín! – Gritaron las flores.- ¿Qué pasa? ¿Por qué gritan tanto? – Les contestó.- ¡Dónde están tus colores! ¡Quién te los sacó! – dijeron las flores. Colorín recién en ese momento se dio cuenta de que estaba toda blanca, sin  ningún color. ¿Qué pasó? ¿Quién me los quitó? – dijo llorando, estaba desconsolada, nadie la podía calmar, los pájaros le cantaban, las hojas de los árboles acariciaban sus alas, pero nada la calmó; en ese momento pasaba por allí, la luciérnaga pintora, con su paleta de colores y sus pinceles.

¿Qué pasa acá? ¿Por qué tanto alboroto? – preguntó. - ¡A Colorín le quitaron los colores! – gritaron a coro flores, pájaros y plantas, pero eso no es problema,  ¡yo te los pintaré! – la consoló la luciérnaga, Colorín, volando fue hasta donde estaba la pintora, se puso en posición, y pincelada va, pincelada viene, de nuevo tuvo sus colores. Contenta, volando, siguió por el parque saludando a todos.

Esa tarde, mientras hablaba con la oruga Manuela, apoyada sobre la hoja de un sauce, el parque se oscureció, unas nubes negras taparon el sol, los relámpagos cruzaban el cielo y sin más, empezó a llover, tan pero tan fuerte que la pobre Colorín se volvió a despintar, le chorreaba la pintura manchando todo a su paso, ¿y ahora qué hago? ¡de nuevo sin mis colores! – lloró desconsolada Colorín; en ese momento un rayo de sol salió entre las nubes y por el horizonte asomó un brillante arco iris, que anunció el fin de la lluvia, ¡Arco iris! ¡Arco iris! ¡Vos que tenéis tantos colores, regalame algunos, que perdí los míos! – le pidió Colorín, el arco iris viéndola tan triste, le dijo: Mariposa Colorín, te voy a regalar los colores, pero por favor, no duermas más sobre el césped.

Y Colorín Colorado

martes, 20 de noviembre de 2012

CUENTO TESORO


EL ORIGEN DEL ARCO  IRIS.  La Cometa de los Cuentos.

Erase que se era un tiempo en que las plantas, los animales y los humanos estaban muy contentos con el sol, éste brillaba en el cielo azul y con sus rayos acariciaba a todos en la tierra.

Una nube, envidiosa del cariño que la gente le tenía al sol, se quejaba continuamente y decía: - ¡Estoy harta! No hago más que mojarlos y todos están a hablar del sol, de mí, nada de nada.

Así fue como un día en el que, como tantos otros, los humanos, las plantas y los animales estaban a gozar del calor del sol, cuando la nube se plantó delante y dijo: - ¡Se acabó! De ahora en adelante ya no serás tú el más importante, te voy a tapar y nunca más podrás ver la tierra. Por más que el sol le suplicó, la nube no le hizo caso. Las plantas fueron perdiendo su color y animales y humanos se estaban muriendo de frío.

Un día una niña ideó un plan y habló con la nube: - ¡Nube, mira que eres bonita! A mí me gustas más que el sol, cada vez que la niña le decía algo bonito a la nube, ésta se ponía más y más gorda con su vanidad, de manera que cuando la niña le dijo a la nube que no se creía que ella diera la lluvia, ésta no se lo pensó dos veces y comenzó a hacerla.

Y cuanto más llovía, más pequeña se iba haciendo, más pequeña, más pequeña...De esta manera el sol comenzó a asomar por detrás. Primero un rayo, luego otro, y otro, y otro...Con la magia del sol y la nube, juntas, surgió el arco iris.

Desde entonces las nubes y el sol son amigas y cuando se juntan nos regalan un arco iris.


Y colorín Colorado… 

miércoles, 7 de noviembre de 2012

CUENTO LANUDO




Nació sólo con tres pelos. - ¿Tres pelos? - ¡Tres pelos!

Y tenía tanto frío que, balándole a la luna (beee, beee), pidió un gran deseo: un enorme abrigo de lana rizada.

Pasó un día, tres, una semana,... La primavera, el verano,.... Y cuando llegó el otoño se encontró un chaleco hecho con millones de rizos y bucles. Y era de su talla.

Como empezaba a refrescar, se lo puso. Le quedaba formidable. Y conforme pasaba el tiempo y se adentraba en el invierno, a aquel chaleco, que era mágico, le fueron creciendo los pelos, los rizos, los tirabuzones, hasta cubrir todo su cuerpo.

La ovejita pasó el invierno recorriendo el monte, calentita, calentita. Pero cuando entró la primavera comenzó a sudar. - Este abrigo da mucho calor – se dijo -, tendré que ir al peluquero para que me lo corte un poco.

El peluquero le dijo que él no sabía cortar abrigos mágicos, que mejor fuera a decírselo al pastor, que tenía experiencia en este tipo de asuntos. Y el pastor, cuando la vio llegar con su abrigo peludo, se puso tan contento.

- Tu abrigo también es mágico para mi, ovejita – le aseguró con cariño – A ti te dará calor cada invierno y a mi dinerito, porque pasaré todo el verano tejiendo jerseys con tu lana y los venderé en las épocas de frío.

Desde entonces, la ovejita y el pastor se hicieron tan buenos amigos que no saben vivir el uno sin el otro. Así que, además de ganar un abrigo, la oveja ganó un amigo con el que compartir aquel regalo mágico.


Y Colorín Colorado