viernes, 30 de abril de 2010

CUENTO CUENTERO


LAS HADAS DE COLORES. Escritora Española de cuentos infantiles.

¿Cómo Sería un mundo sin cuentos? Es mejor no imaginarlo. Los cuentos forman parte de nuestra vida, para que nunca perdamos la fantasía ¡ESTE CUENTO!

Había una vez un país, llamado Fantasía, donde vivían hadas de colores, duendecillos, brujos y brujas que no querían que el reino de la Fantasía estuviera lleno de color y alegría. Lumilda, era una bruja, que vivía sola en su castillo, Se enfadaba mucho, cuando contaban cuentos a los niños. -No quiero que cuenten cuentos a los niños, porque aprenderán a escuchar, tendrán imaginación, fantasía, ilusión, y lo que es peor, buenos sentimientos en su corazón. -¡No dejaré que ocurra eso!, ¡Tengo que hacer algún hechizo! Entró, en su castillo, y cogió su libro embrujado y con voz muy fuerte dijo:

-Brujos y brujas que queréis el mal, que mi voz podáis escuchar, nuestra magia, tenemos que unir, para que en el mundo de la realidad, cuentos no se vuelvan a contar. Cuando dijo esto, en el cielo, se vieron relámpagos y se escucharon truenos, la magia de los brujos se había unido y el hechizo de Lumilda se había cumplido. Y desde ese momento, en el mundo de la realidad, no se volvieron a contar cuentos.

El Hada Arco Iris, había visto lo que había hecho Lumilda y fue a contárselo al hada Naranja que era el Hada de los niños. -Hada Naranja, Lumilda y los brujos del mal, han unido su magia, y han hecho que en el mundo de la realidad, cuentos no se vuelvan a contar. -Eso no puede ser!, llamaré a las hadas de colores, para ver que podemos hacer. Cogió su campanilla mágica y empezó a tocarla:

TILÍN TILÍN, TALÁN TALÁN TILÍN TILÍN, TALÁN TALÁN

Cuando las hadas de colores escucharon la campanilla mágica, fueron al palacio del hada Naranja, y allí se enteraron de lo que había hecho Lumilda. -¡No dejaremos que se salga con la suya! Dijeron enfadadas. -¡Claro, que no la dejaremos!. Dijo el Hada Naranja. -Nosotras, al mundo de la realidad iremos, y cuentos a los niños contaremos, de este modo, no perderán la fantasía, la ilusión, la imaginación y los buenos sentimientos en su corazón. Todas las hadas, hicieron un corro, y con una voz muy dulce cantaron:

-Somos hadas de colores, -que al mundo real iremos, -y allí a los niños, -muchos cuentos contaremos.

Mientras cantaban, iban colocando una piedra de color en el centro, de las piedras de colores salieron muchos caminos, y cada hada cogió uno distinto, que las llevaría al mundo de la realidad, para contar cuentos a los niños. Gracias a las Hadas de colores, los niños pudieron seguir escuchando cuentos.

Y Colorín Colorado…

El cuento proviene de la tradición oral, se originó en épocas remotas respondiendo a una necesidad de los seres humanos para resguardar y preservar sus creencias y sabidurías:

jueves, 29 de abril de 2010

CUENTO MARINO


EL REY, EL MAR Y EL DELFÍN. Escrito por Elena en Cuentos infantiles

Érase una vez un hombre que vivía muy lejos del mar y soñaba con la inmensidad. Había días felices, con paseos por el jardín y muchas risas. Entonces los amigos de este hombre solían decir: -Míralo cómo se ríe, míralo qué contento está, se está acordando del mar. Y había días tristes, de melancolía, de pena: Míralo qué triste está, mira cómo se pierde su mirada, se está acordando del mar -solían decir.

Cierto día llegó a palacio un duende porque este hombre era un rey y le dijo: Señor, si dejaras de soñar terminaría tu tristeza. -Pero tengo miedo de que termine también mi alegría -repuso el rey. -¿Por qué no emprendes un viaje, alteza, y ves el mar? -preguntó el duende. El rey lo pensó dos veces, luego cepilló la crin de su caballo, ensilló, montó y se perdió detrás de los montes Urivales, que eran los montes de aquel reino.
Unas semanas después, cerca de la Pascua, el rey regresó a palacio. Traía la mirada profunda y la sonrisa a flor de labios. Encargó los asuntos del reino a un primo de nombre Archibaldo y declaró: Debo volver cerca del mar. Cepilló la crin de su caballo, ensilló, montó y se perdió detrás de los montes Urivales, que eran los montes de aquel reino.
El rey pasaba los días sentado a la orilla del mar, mojándose las manos y chapoteando con los pies descalzos. La corona le estorbaba, así que se la regaló a una anguila. A la hora del crepúsculo el rey paseaba, recogía conchitas y disfrutaba el sonido espumoso que hacía la arena cada vez que una ola se retiraba. Así pasaron muchos años.

Justo un día antes de que el rey empezara a ponerse viejo llegó un visitante de largas barbas. El visitante venía de las profundidades del mar, lo acompañaban sirenas y peces de todos tamaños. -¿Qué te trae por aquí? preguntó -el rey. -Soy Neptuno y vengo a ofrecerte que vivas con nosotros, dentro del mar -respondió el visitante. -¡Acepto!- se apresuró a decir el rey. Neptuno tronó los dedos y el rey se convirtió en delfín. Entró al agua, se dio varios chapuzones, aleteó alegremente. Los otros delfines miraban complacidos al rey que se había convertido en delfín. El rey estaba tan contento de ser delfín que empezó a reírse. -Oye, los habitantes del mar no acostumbramos reírnos, eso es cosa del hombre -dijo Neptuno.

Pero ya era demasiado tarde: todos los delfines imitaban al rey y reían en el momento de alzar su cuerpo sobre las olas. Y Colorín colorado…

El delfín. Animal fuerte y ágil, dotado de gran inteligencia, los delfines conquistan las simpatías de los espectadores con sus fantásticas piruetas y su carácter simpático y juguetón.


CUENTO DULCE


DULCES SUEÑOS

Hace millones de años, cuando Dios creó el mundo, también creó a los angelitos. Los angelitos son seres celestiales, muy trabajadores y alegres, siempre dispuestos a ayudar a los demás. El día en que Dios los creó, realmente estaba muy ocupado tratando de que cada uno de ellos fuera bueno, bello y alegre. Luego de crearlos, le dio una ocupación especial a cada uno: unos trabajarían como ángeles de la guarda de chicos o grandes; otros harían que la gente se enamorara, etc. Sin embargo, tan ocupado estaba Dios ese día, que al terminar su tarea –cansado, pero contento, no se dio cuenta de que a un angelito no le había encomendado ningún trabajo especial y tampoco le había puesto nombre. ¡Qué distraído! pensarás vos ¿no? Para colmo de males, este pobre angelito tenía una particularidad: dormía de día y pasaba la noche despierto. Por más que lo intentara, jamás podía dormirse de noche y se quedaba dormidísimo de día.

Este angelito sin nombre e insomne un día decidió hablar con Dios, ya que no sólo no le gustaba no tener un nombre, sino que también se aburría como un hongo, porque no hacía nada y cuando quería jugar con otros angelitos, éstos lógicamente dormían, porque era de noche. Un día se presentó ante Dios y le dijo: Padre, no quiero parecerte atrevido, pero al crear a mis hermanitos y a mí, con todo el trabajo que tuviste, te olvidaste de ponerme un nombre. ¿Cómooooo? –preguntó Dios sorprendido y abriendo sus hermosos ojos cual dos pelotas de fútbol. ¡Eso no es posible! Sí, Padre –respondió el angelito–. No sólo es posible, sino que también olvidaste darme un trabajo especial, una tarea que pueda cumplir yo solito. ¿En serio? –volvió a preguntar Dios confundido y con los ojos igual de abiertos que antes. ¡¡¡Caramba!!! –agregó preocupado. –Además, Padre, no sé por qué razón, duermo durante el día y estoy toda la noche despierto. Eso sí que es grave –comentó Dios. ¿Qué es lo grave, Padre? ¿Que me aburra o que tenga el sueño cambiado? –Lo grave es, hijo mío, que al dormir de día, es difícil darte una tarea. ¿Qué trabajo podrías realizar durante la noche, mientras todas las personas, y sobre todos los chicos, allí abajo, tratan de descansar?

Fue allí cuando el angelito sin nombre tuvo una idea genial. Como él nunca dormía de noche, se dedicaba a observar a los chicos que no podían dormir, a los que tenían miedo a la oscuridad, a los que, cuando lograban dormirse, tenían pesadillas, a los que se querían pasar siempre a la cama de su papá y su mamá, a los que se abrazaban a un muñeco buscando un consuelo que no encontraban, porque el sueño no venía.

Entonces, recordando todas estas cosas que veía por la noche y que le producían tristeza e impotencia, le contó esto a Dios y le pidió que su tarea especial fuera velar por el sueño de cada niño. Ya que él no dormía de noche, pasaría todo ese tiempo cuidando a los chicos, arropándolos, cantándoles canciones de cuna, alcanzándoles los ositos que se cayeran de la cama, iluminando con su luz la oscuridad de la habitación, cerrando puertas de placares de los cuales los chicos nunca saben qué puede salir. Dios se quedó pensando en la propuesta del angelito y viéndolo tan, pero tan, pero tan entusiasmado, le dijo que sí. Ahora nos queda una última cosa por arreglar –dijo el angelito a Dios. –¿A qué te refieres hijo mío? –preguntó Dios intrigado (ya no tenía los ojos tan grande, medianitos no más). –Quisiera tener un nombre, Padre…, digo…, si no es mucho pedirte. –¡Qué distraído! ¡Caramba, que ya me olvidaba otra vez! ¿Y cómo quieres llamarte? Pues… no lo sé… –¡Ya sé! –gritó Dios entusiasmado. Te llamaré “El Ángel de los Dulces Sueños”. ¿Qué te parece? –Es un poco largo, Padre, ¿los chicos se acordarán de mi nombre completo para llamarme cuando tengan miedo por la noche? Yo te aseguro que sí, hijo mío, jamás olvidarán tu nombre, ni siquiera cuando crezcan.

El Angelito de los Dulces Sueños empezó con entusiasmo a trabajar esa misma noche. Recorrió casa por casa, camita por camita, cerró puertas, iluminó corazones, hizo callar truenos, besó frentes, acarició cabecitas y alcanzó ositos. Cuando el día comenzó, muy cansado pero más que feliz, subió a su nube y allí se acurrucó para dormir, esta vez como merecido descanso. Antes de dormirse, se preguntó una vez más si su nombre sería recordado por los chicos de la Tierra, y con ese pensamiento se durmió ése y todos los días que siguieron.

Pasó el tiempo y cada noche, al despertarse, el Angelito de los Dulces Sueños se mostraba ansioso de volver a cumplir con su tarea de cada día. Se arreglaba las alitas, planchaba su túnica con mucho cuidado, lustraba la aureola y empezaba su camino hacia la Tierra. Un día, cuando estaba por llegar a la primera casa, escuchó la siguiente conversación: ¿Sabes, mami? –dijo un chico. ¿Qué? –contestó su mamá.
–Ayer no me costó dormir y no tuve nada de miedo ¿sabías? –¡Cuánto me alegro, mi amor! –dijo su mami, feliz. ¿Y por qué fue? Soñé con un ángel que me cuidaba por la noche, que alejaba las pesadillas, que me arropaba y besaba en la frente ¿y sabes otra cosa? Se llama igual que el angelito del cual cuenta siempre el abuelo: “El Ángel de los dulces sueños”. El nombre es un poco largo, pero lindo ¿no mami? Así fue que el angelito comprendió cuánta razón tenía Dios. Nadie había olvidado su nombre y nadie lo haría jamás. Su corazón se llenó de una inmensa felicidad al entender que mientras hubiera chicos en el mundo, su trabajo especial jamás terminaría. Y lo que era mejor aún, cuando esos chicos crecieran y ya se durmieran solitos y sin miedo, igual recordarían su nombre con una sonrisa tan pero tan grande como la que él tenía en ese momento.¡Dulces sueños!

Y Colorín colorado

miércoles, 28 de abril de 2010

CUENTO A MEDIAS


VERDAD Y MENTIRA. Cuento tradicional griego.

Una vez Verdad y Mentira se encontraron en el camino. -Buenas tardes –dijo Verdad. -Buenas tardes –respondió Mentira-. ¿Cómo te va últimamente? -Me temo que no muy bien –suspiró Verdad-. Son tiempos difíciles para alguien como yo. -Sí, ya veo –dijo Mentira, echando una ojeada a las ropas harapientas de Verdad-. Parece que hace tiempo que no pruebas bocado. -A decir verdad, así es –admitió Verdad-. Nadie quiere emplearme hoy en día. Donde quiera que voy, la mayoría de la gente me ignora o se burla de mí. Es desalentador, te lo aseguro. Empiezo a preguntarme por qué lo soporto.

-Exactamente, ¿por qué? Ven conmigo, y yo te mostraré cómo llevarte bien. No hay motivos para que no puedas comer opíparamente, como yo, y vestir la mejor ropa, como yo. Pero debes prometer que no dirás una palabra contra mí mientras estemos juntos. Verdad hizo esa promesa y convino en llevarse bien con Mentira por un tiempo, no tanto porque le gustara su compañía sino porque tenía tanta hambre que desfallecería si no comía nada. Anduvieron por el camino hasta llegar a una ciudad, y Mentira lo condujo hasta la mejor mesa del mejor restaurante.

-Camarero, queremos las mejores carnes, las golosinas más dulces, el mejor vino –pidió, y comieron y bebieron toda la tarde. Al fin, cuando ya no pudo comer más, Mentira se puso a golpear la mesa llamando al gerente, que acudió a la carrera. -¿Qué clase de lugar es éste? –Protestó Mentira-. Hace una hora que le di a ese camarero una pieza de oro, y todavía no nos ha traído el cambio.

El gerente llamó al camarero, quien dijo que ese caballero no le había dado un solo céntimo. -¿Qué? –Gritó Mentira, llamando la atención de todos los presentes-. ¡Este lugar es increíble! ¡Vienen a comer ciudadanos inocentes y respetuosos de la ley, y ustedes los despojan del dinero que han ganado con tanto esfuerzo! ¡Son un hato de ladrones y mentirosos! ¡Me habrán engañado una vez, pero nunca más me verán de nuevo! ¡Tenga! –Le arrojó una pieza de oro al gerente-. ¡Pero esta vez tráigame el cambio!

Pero el gerente, temiendo por la reputación de su establecimiento, se negó a aceptar la pieza de oro, y en cambio le llevó a Mentira el cambio de la primera moneda que él afirmaba haber dado. Luego llevó al camarero aparte, y lo acusó de pillastre, y amenazó con despedirlo. Y por mucho que el camarero insistía en que ese hombre no le había dado un céntimo, el gerente se negaba a creerle.
-Ay, Verdad, ¿dónde te has escondido? –Suspiró el camarero-. ¿Has abandonado a los trabajadores? -No, estoy aquí –gruñó Verdad para sus adentros-, pero el hambre me nubló el juicio, y ahora no puedo hablar sin romper la promesa que hice a Mentira. En cuanto estuvieron en la calle, Mentira soltó una risotada y palmeó a Verdad en la espalda. -¿Ves cómo funciona el mundo? Me las apañé muy bien, ¿no crees? Pero Verdad se alejó de su compañero. -Prefiero morirme de hambre a vivir como tú –dijo. Y así Verdad y Mentira siguieron cada cual su camino, y nunca más viajaron juntos.

Colorín colorado…

Una mentira es una declaración realizada por alguien que cree o sospecha que es falsa o parcial,


martes, 27 de abril de 2010

CUENTO PACIENTE


DE SONRISA EN SONRISA. Maén Puerta, Venezuela.

Una mañana, Patricia se despertó asustada por un sueño que había tenido. Soñó que a todas las personas que conocía se les había borrado la sonrisa.

Estaba rodeada de gente muy triste, con caras alargadas, con el ceño fruncido, con rostros llenos de amargura, cosa que no le agradó nada. Hasta su mamá, que era muy alegre y siempre tenía un chiste para compartir, sólo gritaba y mostraba mal humor. De igual manera su padre y hermano; para no hablar de la maestra, que tenía un rostro de estatua, y sus compañeros de clase, quienes ni con una broma reían.

Esto angustió mucho a Patricia, ya que siempre pensaba que la sonrisa era la forma natural de comunicarse para entender al amigo, al hermano y a los padres. Esto lo pensaba debido a que sus mejores ratos los había vivido cuando todos los miembros de la familia se reían.

Pero llegó al punto de que el susto invadió todo su cuerpo y dijo: "Menos mal que sólo fue un sueño", al momento en que su mamá llegó a la cama con el desayuno y una tremenda sonrisa, dándole un beso y diciéndole que el día hay que empezarlo feliz.

Y Colorín colorado…

Las carcajadas provocan efectos positivos, tanto físicos como psicológicos, y son un hábito saludable que conviene poner en práctica cada día..


lunes, 26 de abril de 2010

CUENTO PROTECTOR


AMOR CELESTIAL

En el cielo Dios tenía mucho trabajo, estaba preparando los nacimientos del siglo XX.
Iban a ser muchos, la población mundial debía crecer y por eso tenía mucho por hacer, semanas enteras trabajando día y noche pero, como siempre, dejando el domingo para descansar. Cuando estaba por comenzar se le ocurrió una brillante idea para que en el cielo haya menos trabajo y caos durante dicho siglo. Antes, un ángel o el mismo Dios debían velar por la vida de una cantidad de personas en la Tierra.

Esto traía muchos problemas y confusiones en el cielo, además de trasladar peleas de los hombres en la Tierra a sus ángeles guardianes en el cielo; peor era la situación cuando dos hombres cuidados por un mismo ángel se peleaban, esto traía casos de depresión y lo que luego sería llamado stress; cosas que no agradaban para nada a Dios y debían tener inmediatamente una solución. Fue allí cuando se le ocurrió la brillante idea de la que antes les hablaba. A partir de ese momento Dios le asignaría a cada persona un angelito de la guarda que nacería un tiempo antes que el bebé humano para cuidarlo en su nacimiento y estar prevenido en caso de que el pequeño se adelante.

La persona y el angelito compartirían todo durante su existencia; si uno de ellos faltara, el otro se sentiría vacío, incompleto. Vivirían juntos en este mundo, siendo cada uno la razón de existir del otro, para luego compartir la vida eterna en el paraíso.
Dios estaba muy contento y orgulloso por la brillante idea que se le había ocurrido y decidió llamar al Consejo de Ángeles Guardianes para consultarles antes de tomar tan importante decisión. Después de un no tan largo tiempo de discusión, de ultimar algunos detalles y corregir algunos pequeños errores, por decisión unánime se aprobó el proyecto “angelitos de la guarda” que sería supervisado por el ángel del amor, obviamente bajo las órdenes del mismísimo Dios.

El ángel del amor se alegró mucho cuando le asignaron esta tarea ya que el amor que unía a cada persona con su angelito de la guarda era tan fuerte que nada lo podría romper. En poco tiempo comenzó a organizar cada parejito “humano-angelito” que nacería en ese siglo. La tarea le gustaba mucho y el ángel del amor preparó muchísimas cosas maravillosas para que la relación de las personas con sus angelitos sea perfecta.
Se entusiasmó tanto con cada detalle que preparaba que perdió la noción del tiempo y tuvo que preparar muy rápidamente los nacimientos de los último 15 años del siglo.
Pero finalmente logró concretar su tarea a término, agotado por tanto esfuerzo fue a entregar su trabajo a Dios.

Cuando llegó a la OCC (oficina celestial central) notó que tendría una larga espera antes de ser atendido por “El Barba” (así lo llamaban sus amigos y él realmente lo era). Ese día se debían entregar todos los trabajos correspondientes a las personas que habitarían la Tierra durante ese siglo. Todos los trabajos estarían perfectamente coordinados y sincronizados debido a la telepatía angelical que tenían todos los ayudantes de Dios. Delante de nuestro angelito estaba el ángel de la unión, quien estaba encargado del trabajo de formar las parejas de almas gemelas. Ese trabajo no era muy gratificante puesto que sólo se triunfaba si dichas parejas se encontraban alguna vez y lo descubrían. “Por eso tendrá esa mala cara” pensó el ángel del amor y decidió ayudarlo a cambiar de humor. Estuvieron largas horas charlando, esperando que sea su turno de presentar sus trabajos, pero no les tocaba y, para peor, la cara del angelito de la unión no cambiaba.

El ángel del amor ya no sabía que más hacer para ayudar a uno de sus mejores amigos en el cielo. Decidió comenzar a hablar sobre los grandes sucesos que (si todo marchaba bien en el mundo) darían lugar en ese siglo. Hablaron sobre el nacimiento en Argentina del jugador más grande de todos los tiempos, de la llegada del hombre a la luna, de la construcción y la posterior caída del muro de Berlín… … lamentablemente la conversación los fue llevando a sucesos no muy gratos, como las irremediables guerras mundiales, los regímenes autoritarios, el holocausto… (no vale la pena seguir recordando estos sucesos) El ángel del amor se dio cuenta de que no estaba ayudando en nada con lo que estaban hablando y, siguiendo lo que había aprendido del ángel de la comprensión, preguntó a su amigo qué le ocurría. Evidentemente él estaba esperando esa pregunta, puesto que ni bien la escuchó comenzó a hablar. - Yo estaba muy contento con mi trabajo y quería hacer todo lo mejor posible, como venía muy bien con el tiempo y la calidad en mi tarea, decidí darme un lujo y darle un regalo a dos almas gemelas afortunadas- ¿Qué les querías regalar? – Preguntó el ángel del amor
-Quería regalarles un amor tan grandioso que nunca será roto, un amor en el que todo sea hermoso, un amor como nunca existió ni podrá existir jamás-
Al ángel del amor se le habían llenado los ojos de lágrimas –Pero eso es grandioso- dijo, entre emocionado y sorprendido.

-Sí, tenía que serlo, pero hubo un error- Ante la sorpresa de su amigo continuó: -por alguna razón esa pareja de almas gemelas que recibió el premio del amor celestial está formada por un ángel de la guarda y un humano- La cara del ángel del amor ahora no sólo mostraba sorpresa, sino también confusión y preocupación. Se puso pálido y una gota de sudor frío recorrió su sien. -¿Qué sucede?- preguntó su amigo.
-El error fue mío- comenzó el ángel del amor- los últimos quince años del siglo, los preparé muy rápidamente y recién recordé que omití corregir un error, olvidé poner a un ángel de la guarda, como debe ser, en el cielo y lo coloqué en la Tierra. ¡Tenemos que hacer algo urgente!- El ángel que esperaba tras ellos era el ángel de la sabiduría, quien, además, era bastante curioso y había escuchado toda la conversación.
Sin vergüenza de admitir su acción entrometida decidió ayudar a estos ángeles desconcertados.

Sin demasiado pensar encontró la solución perfecta para dicho problema.
Lo escucharon atentamente y se mostraron muy conformes con la forma de resolver el problema del ángel de la sabiduría. Esperaron unos minutos y ambos fueron llamados al mismo tiempo. Los pasos hasta la oficina del Jefe fueron interminables, los dos ángeles sintieron mucho miedo de que Dios no esté de acuerdo con su idea.
Cuando entraron, la secretaria les pidió que tomaran asiento. Antes de que pudieran comenzar a exponer sus trabajos, Dios habló: -Ya sé lo que han hecho y estoy contento con su trabajo, sin embargo he encontrado una irregularidad que no consigo comprender, así que me gustaría que me expliquen- El ángel de la unión, miedosos como era, no se animó a emitir sonido. Entonces el ángel del amor dijo: -Se nos ha caído un ángel del cielo; el error fue mío y se agravó al recibir él y su custodiado el regalo del amor celestial. No obstante, con ayuda del ángel de la sabiduría hemos encontrado una solución. Dejaremos que ese ángel nazca como humano y cuidaremos de él y de su protegido hasta que puedan encontrarse. Velaremos por su vida y daremos algunas ayuditas para que se encuentren y, una vez que lo hagan, no podrán separarse jamás- Dios miró durante un tiempo los ojos de los angelitos que estaban enfrente suyo, se mostraban asustados, pero también se notaba una gran ternura hacia estas almas gemelas. Esto Lo contagió y decidió aceptar la idea, pero, para esto, imponía una cláusula, si antes de que el angelito de la guarda (que en la Tierra sería una mujer) cumpla 18 años no se encontraban y descubrían su amor, éste tendría que volver al cielo y cumplir su función como todos los demás.

Los ángeles estuvieron de acuerdo y comenzaron a prepararse, ellos dos debían cuidar y hacer todo lo posible para que estas almas gemelas se encuentren.
Pasaron los años hasta que llegó el día en el que el angelito (ahora mujer) nació. Era una preciosa bebita y los padres estaban muy contentos con su primer hijita. Sus angelitos guardianes (el del amor y el de la unión) habían decidido regalarle el don de la belleza y de la dulzura. Unos pocos meses después nació el humano que recibió como regalo de los angelitos la protección y el amor infinito hacia el amor de su vida (el angelito caído del cielo). A medida que ambos iban creciendo los angelitos preparaban todo para el gran encuentro. Dios también se había encariñado con esta parejita y decidió mostrarles a los dos algunos amores incorrectos (se dice que a veces Dios nos muestra algunas personas equivocadas para que cuando encontremos a la correcta, sepamos estar agradecidos por este regalo). Pero las cosas no marchaban como debían; en unas semanas más el angelito-mujer cumpliría 18 años y tendría que subir al cielo.

Los ángeles del amor y de la unión estaban muy decepcionados, estaban a unos pocos días de presenciar el fracaso de sus tareas. Pero Dios tenía todo planeado, era tal la ternura que le provocaba la pareja que decidió que se encuentren en el momento justo, cuando más necesitaban el uno del otro. Y fue así que un mágico día 11 de Septiembre la vista de estas almas gemelas se cruzó por primera vez, algo pasó en su interior pero ninguno se dio cuenta y sólo cruzaron unas pocas palabras ese día.
Pero al día siguiente ya se dieron su primer beso, y sólo unos días después cada uno se daría cuenta de que le gustaba el otro. Sin embargo el hechizo no estaba roto, y si no eran novios antes del cumpleaños del ángel-mujer, ella debería volver al cielo.

Por eso todos en el cielo (el ángel del amor, el de la unión y, por que no admitirlo, también Dios) festejaron ese glorioso día. Pero los más felices eran ellos, los nuevos novios; fue por eso que el decidió gritarle al mundo entero lo feliz que era de estar con la persona más hermosa del mundo, lo que provocó más de una sonrisa en el cielo.

El hechizo estaba roto, pero el angelito del amor y el de la unión decidieron velar por la felicidad de esta pareja por siempre. Lograron ver el primer día en el que se dijeron “Te Amo”, también presenciaron, con sorpresa, cuando el descubrió que ella era su angelito de la guarda y ahora los están acompañando en cada instante de sus vidas para poder ellos también disfrutar de este hermoso amor, de este amor tan grande, más grande que cualquiera que haya existido, este amor que no puede ser destruido, de este amor que no sólo perdurará hasta que la muerte los separe sino que luego volverán unirse en vida eterna para vivir su amor en el paraíso. De este amor celestial que sólo dos almas gemelas, como vos (mi angelito de la guarda caído del cielo) y yo, podemos vivir. Y Colorín Colorado…

Angel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día..


domingo, 25 de abril de 2010

CUENTO GIGANTE


GORG EL GIGANTE. Pedro Pablo Sacristan

Gorg el gigante vivía desde hacía siglos en la Cueva de la Ira. Los gigantes eran seres pacíficos y solitarios hasta que el rey Cío el Terrible les acusó de arruinar las cosechas y ordenó la gran caza de gigantes. Sólo Gorg había sobrevivido, y desde entonces se había convertido en el más feroz de los seres que habían existido nunca; resultaba totalmente invencible y había acabado con cuantos habían tratado de adentrarse en su cueva, sin importar lo valientes o poderosos que fueran.

Muchos reyes posteriores, avergonzados por las acciones de Cío, habían tratado de sellar la paz con Gorg, pero todo había sido en vano, pues su furia y su ira le llevaban a acabar con cuantos humanos veía, sin siquiera escucharles. Y aunque los reyes dejaron tranquilo al gigante, no disminuyó su odio a los humanos, pues mucho aventureros y guerreros llegaban de todas partes tratando de hacerse con el fabuloso tesoro que guardaba la cueva en su interior.

Sin embargo, un día la joven princesa fue mordida por una serpiente de los pantanos, cuyo antídoto tenía una elaboración secreta que sólo los gigantes conocían, así que el rey se vio obligado a suplicar al gigante su ayuda. Envió a sus mejores guerreros y a sus más valientes caballeros con la promesa de casarse con la princesa, pero ni sus mágicos escudos, ni las más poderosas armas, ni las más brillantes armaduras pudieron nada contra la furia del gigante. Finalmente el rey suplicó ayuda a todo el reino: con la promesa de casarse con la princesa, y con la ayuda de los grandes magos, cualquier valiente podía acercarse a la entrada de la cueva, pedir la protección de algún conjuro, y tratar de conseguir la ayuda del gigante.

Muchos lo intentaron armados de mil distintas maneras, protegidos por los más formidables conjuros, desde la Fuerza Prodigiosa a la Invisibilidad, pero todos sucumbieron. Finalmente, un joven músico apareció en la cueva armado sólo con un arpa, haciendo su petición a los magos: "quiero convertirme en una bella flor y tener la voz de un ángel".

Así apareció en el umbral de la cueva un flor de increíble belleza, entonando una preciosa melodía al son del arpa. Al oir tan bella música, tan alejada de las armas y guerreros a que estaba acostumbrado, la ira del gigante fue disminuyendo. La flor siguió cantando mientras se acercaba al gigante, quien terminó tomándola en su mano para escucharla mejor. Y la canción se fue tornando en la historia de una joven princesa a punto de morir, a quien sólo un gigante de buen corazón podría salvar. El gigante, conmovido, escuchaba con emoción, y tanta era su calma y su tranquilidad, que finalmente la flor pudo dejar de cantar, y con voz suave contó la verdadera historia, la necesidad que tenía la princesa de la ayuda del gigante, y los deseos del rey de conseguir una paz justa y duradera.

El gigante, cansado de tantas luchas, viendo que era verdad lo que escuchaba, abandonó su cueva y su ira para curar a la princesa. Y el joven músico, quien además de domar la ira del gigante, conquistó el corazón de la princesa y de todo el reino, se convirtió en el mejor de los reyes.

Y Colorín colorado…

Hace poco fueron descubiertos en el norte de la India, esqueletos de seres humanos gigantes que medían hasta 10 metros de altura,

http://www.lajornadanet.com/diario/archivo/2007/septimebre/seres-humanos-gigantes-26.html

sábado, 24 de abril de 2010

CUENTO INDIO


LOS GEMELOS INDIOS

Leotie era como su nombre, una flor de la pradera, bella y sinuosa que se dejaba llevar dulcemente por la dirección del viento. Iba danzando con su hermanita contenida en una pequeña cesta de ramas entretejidas, cuando por un descuido la dejó olvidada sobre la rama de un árbol. Migina no volvería a caminar entre los kiowas, su tribu natal y Leotie jamás volvería a ser la excelsa flor india, desde aquel momento quedaría marchita por la pérdida imperdonable de su pequeña hermana Luna que vuelve. Migina, ajena a tal desgracia e inconsciente y zafada con las más bellas flores en el interior de su cesta, sonreía divertida ante la visión de un pájaro rojo en lo alto del árbol en el cual se encontraba. Se aferró a la imagen de aquel ave como si de un noctiluco en la más oscura de las noches se tratase. Así, Migina abandonó la cestita y empezó a trepar hacia la arbórea copa con ánimo de alcanzar al animalito de destellantes tonos rojos. Cuanto más ascendía la niña, más crecía el árbol y más lejos se encontraba el pájaro. Una vez hubo alcanzado al ave, Migina era ya una mujer y el pájaro se transformó en un apuesto hombre, él era el mismísimo Sol, dueño del hogar al que había llegado la muchacha tras su larga ascensión. El Sol le dijo que ya la había visto en la lejanía, desde allí arriba y que la primera visión que de ella obtuvo ya siendo una niña le había convertido en un loco enamorado. Una vez juntos en las alturas, decidieron casarse. El Sol, no obstante, advirtió a Migina que sólo una cosa no podrían compartir so pena de romper aquel enlace sagrado. Se trataba de una planta que crecía en el huerto, una que bajo ningún concepto ella debía arrancar.

Pasaron los años y Migina, que tras casarse mudó su nombre por el de Mi´he Wi (Mujer del Sol), dio a luz un precioso retoño. Eran muchas las horas que pasaba en soledad junto a su hijo Amitola (Arco Iris) y echaba de menos a su familia. No pudo resistirse a la tentación que provocaba la curiosidad por aquella planta prohibida del huerto, así que se acercó con sigilo y la arrancó. Lo que vio la dejó sin habla. En el hueco que había dejado la planta arrancada, pudo ver a su pueblo. Un sentimiento muy profundo de nostalgia la embargó, cogió a Amitola y con una cuerda se deslizó por el agujero con cierta dificultad. Mientras comenzaba el descenso, el Sol la vio y furioso se dirigió raudo hacia ella. El Sol arrojó un anillo que cortó la cuerda sin compasión y madre e hijo se precipitaron al vacío. Mi’he Wi murió al instante de caer, pero Amitola sobrevivió gracias al cuerpo de su progenitora que intercedió entre él y el suelo. Su madre no recibió velorio alguno y el niño pronto fue recogido por la abuela Araña, quien le crió como si de su propio hijo se tratase. Cuando hubo crecido lo suficiente como para entender ciertas cosas, le dio el anillo del Sol y secreteó con él los pormenores de aquel incidente que le costara la vida a su madre. La abuela advirtió a Amitola que jamás debía tirar el anillo, pero éste hizo caso omiso y en un momento de enojo lo lanzó todo lo lejos que su púber fuerza le permitió. Al instante el anillo volvió a él con multiplicada potencia y dividió en dos al muchacho. Así fue como Amitola creó involuntariamente a su gemelo. Ambos fueron corriendo a ver a la abuela Araña que al verlos supo al instante lo acontecido. Amitola se honró con la tarea de poner nombre a su hermano. Le llamó Ankti, que en hopi era algo así como Danza Repetida. Desde aquel día siempre anduvieron juntos de un lado a otro.

En una ocasión, unos bandidos intentaron acabar con sus vidas encerrándolos en una cueva y llenándola de humo. No consiguieron asfixiarlos, pues sabiamente supieron recitar un conjuro que su abuela les había enseñado y disiparon la humareda. Cuando sus enemigos se hubieron marchado dándolos por muertos, los gemelos salieron de la oscuridad y decidieron que no podían morir sin antes haberse reencontrado con sus orígenes. Entonces, se despidieron de la abuela Araña y marcharon en busca de su familia kiowa. La abuela lloró ríos enteros tras su marcha pero comprendía lo inevitable de esta. Una vez encontraron la tribu de su madre, se instalaron y vivieron allí por siempre.

En una ocasión Ankti fue a bañarse al río que acariciaba la periferia del poblado y no volvió jamás. Los ancianos dicen que se convirtió en animal acuático y permaneció en el río por siempre. Amitola por su parte, llegó a ser un gran jefe indio admirado y respetado que no dudaba en usar el mangual si a ello se veía obligado. Mas cuando Amitola se hallaba en una encrucijada y la preocupación le aturdía, este se acercaba al río para mitigar sus dudas. Muchos indios fueron los que asombrados contemplaron la escena de Amitola sentado en la ribera del río. Una imagen surrealista en la que siempre se le veía conversando con un animal acuático del tamaño de un hombre. Ankti siempre se acercaba cuando veía a su amado hermano acercarse por entre la maleza.

Y Colorín colorado…

viernes, 23 de abril de 2010

CUENTO FANTASMAL


EL PUEBLO FANTASMA. Marisa Moreno, España.

La noche era lluviosa, una gran tormenta caía sobre el mar. Las olas eran gigantes y la niebla era espesa. Los barcos se bamboleaban de un lado a otro como marionetas de guiñol. De repente, un crujido espantoso sonó en la oscuridad. Una gran humareda se veía a lo lejos y un olor intenso se dejaba notar en el aire.

Todos se preguntaban que es lo que habría ocurrido. Un barco había encallado cerca de la orilla, y había derramado parte del petróleo que llevaba. Una gran mancha negra se extendió por el agua, como un gran manto negro que ponía de luto al mar.

El olor a petróleo era cada vez más fuerte, y se confundía con la frescura que la brisa tenía cada anochecer cuando junto a la playa, Carlos y Ana iban a contemplar las estrellas.
Cuando sentían esa libertad que sólo sienten los que aún no han traicionado sus ideales. Carlos y Ana eran los hijos de un pescador y vivían en una humilde casa blanca muy cerca del acantilado. Los pescadores habían tenido últimamente problemas para pescar, la pesca no era muy abundante.

Ahora, aun sería mucho peor, ya no habría nada en mucho tiempo. Ya no se vería a los pescadores traer el pescado a puerto. Ni se podría despedirlos hasta pronto como era habitual.
Ahora tendrían que marcharse lejos, para poder seguir viviendo. El pueblo se convirtió en un pueblo sin gente, un pueblo fantasma. Apenas unas cuantas mujeres y niños pequeños quedaban allí. Los hombres y los jóvenes partían en busca de trabajo y volvían de tarde en tarde, para ver a los suyos.

Cada anochecer, apenas unas cuantas luces, devolvían la existencia al pueblo. Pero desde el acantilado, la vista no era la misma, parecía que hasta la brisa había cambiado de lugar. El aire olía a petróleo y la calma del mar, se había convertido en una tremenda angustia de ver como toda la vida marina se destruía. Los peces muertos flotaban y todo era desolador.

Los pocos que quedaron, empezaron a reconstruir y limpiar todo aquello que había sido dañado. Pasaron unos cuantos años, hasta que el pueblo volvió a la normalidad. Comenzaron a llegar algunos de los que se habían marchado, y las barcas volvieron a puerto.

Renacía de nuevo la esperanza, con el temor de que algún día volviera a repetirse. Y colorín colorado…

El 23 de abril se celebra el Día del idioma en los diferentes países que hablan español en el mundo y cuya población se estima en más de 400 millones. ...

jueves, 22 de abril de 2010

CUENTO ALEGRE


LA BÁSCULA DE LAS COSQUILLAS. Pedro Pablo Sacristán

Cierto día en la selva apareció una báscula, de esas que se utilizan para medir el peso. Los animales jugaron con ella durante algún tiempo, hasta que un papagayo que había escapado de un zoológico les explicó cómo funcionaba, y todos por turno fueron pesándose. Al principio todo era un juego, cada animal veía cuánto engordaba o adelgazaba cada día, pero pronto muchos comenzaron a obsesionarse con su peso, y cada mañana lo primero que hacían era correr a la báscula, pesarse, y poner muy mala cara el resto del día, porque marcara lo que marcara la balanza, siempre pesaban lo mismo: "más de lo que querían".

Según pasaron los meses la báscula comenzó a sufrir las iras de los animales, que le regalaban pataditas y malas miradas cada día, hasta que un día decidió que a la mañana siguiente las cosas cambiarían.

Aquella mañana la primera en correr a pesarse fue la cebra. Pero en cuanto se subió a la báscula, ésta comenzó a hacerle cosquillas en sus pezuñas descalzas. Pronto encontró el punto justo, y la cebra no dejó de reír a carcajadas. Aquello le pareció tan divertido, que ese día ni se preocupó de su peso, y se marchó alegremente a tomar su desayuno por primera vez en mucho tiempo. Lo mismo ocurrió con cuantos fueron a pesarse ese día, y el siguiente, y el siguiente... de forma que en poco tiempo nadie estaba ya preocupado por su peso, sino por comentar lo divertidas y simpáticas que eran aquella balanza y sus cosquillas.

Con los meses y los años, la báscula dejó de marcar el peso para marcar el buen humor y el optimismo, y todos descubrieron con alegría que esa era una forma mucho mejor de medir la belleza y el valor de las personas, de modo que en aquella selva nunca más hubo nadie preocupado por aquella medida anticuada y pasada de moda que llamaban kilo. Y Colorín Colorado…

El Día del Niño o Día Universal del Niño es un día consagrado a la fraternidad y a la comprensión entre los niños del mundo y destinado a actividades para la promoción del bienestar y de los derechos de los niños del mundo.

lunes, 19 de abril de 2010

CUENTO CELESTIAL


EL CAMINO AL CIELO. Pedro Pablo Sacristan

Había una vez un niño caminando por el campo, cuando entre las nubes vio un angelito cantando una bella canción, que enseguida desapareció.

El niño pensó que por allí debían estar las puertas del cielo, y sería divertido ver qué había. Así que comenzó a construir una gran torre de madera para llegar a las nubes, pero cuando fue muy alta, se derrumbó. Lo intentó también con adobe, con ladrillos y acero, pero su torre siempre se derrumbaba.

Cuando iba a abandonar, volvió a ver al angelito, rodeado de más ángeles, y al atender a la canción escuchó que su mensaje era que allí sólo se podía llegar si se quería con el corazón. La curiosidad desapareció, y deseó con todas sus fuerzas subir con ellos al cielo.

Pero no pudo, y vencido por la impotencia y la pena, se sentó y comenzó a llorar. Lloró, lloró y lloró tanto, tanto, que al salir el sol apareció en aquel lugar un magnífico arco iris, que precisamente fue a parar a la nube, donde se abrieron las puertas del cielo.

Y el niño recorrió aquel camino sobre el arco iris lleno de alegría, pues comprendió que sólo con verdaderos deseos del corazón se puede abrir el camino del cielo. Y Colorín Colorado..

Todas las coloraciones y formas que el cielo nos ofrece, tienen una propiedad común: que no pueden imitarse con los medios humanos. Siempre que se intenta reproducirlas sobre un lienzo, un papel, madera o metal, se fracasa irremediablemente.

domingo, 18 de abril de 2010

CUENTO ARTRÍTICO


CUENTOS DE LA SEÑORA ARTRITIS. Mª Teresa González González
La señora Artritis era una raposa remilgada y tonta que presumía de saber hacer mejor que nadie el arroz con leche, todas las mañanas mientras el sol decidía si salía o no, la señora Artritis programaba su vida y la de todos los que tenía alrededor; a la tortuga Maripili le encargaba que comprase el arroz y a la vaca Mariana que le trajera un litro de leche. Podía decírselo sonriendo, por ejemplo: -Buenos días, ¿como estás hoy señora tortuga? Eso podría ser un buen comienzo. Pues no. La señora Artritis arqueaba las cejas y ponía los brazos en jarras cuando de su boca resonaba un: -A QUÉ ESTÁIS ESPERANDO.

Era una mezcla de miedo y revoltura lo que producía todas las mañanas el verla. Hasta que un día, pasó algo. Todos los días pasan cosas y no tiene por qué cambiar casi nada. Pero aquel día si cambió. La tortuga Maripili y la vaca Mariana se encontraban algo cansadas, habían estado celebrando su cumpleaños el día anterior y parece que se habían acostado un poco tarde. La señora Artritis, como siempre, dio grandes alaridos desde su ventana: -¿Dónde estáis? -¿Haced el favor de venir inmediatamente? - No soporto que me hagan esperar Estaba acostumbrada a mandar, y eso se notaba mucho, el tono de voz chirriante, las manos en la cintura y la cabeza muy alta, son los síntomas de esta enfermedad de mandar. Pero aquel día nadie acudió, y mandar, mandar, en realidad solo se puede mandar si hay alguien que obedece, y.... aquel día nadie obedecía.
La señora Artritis cogió un cabreo descomunal, se sentó en su puerta y se cansó de esperar. Lo malo fue que se quedó dormida de una mala postura y cuando despertó uno de sus brazos se había quedado sin fuerza. Al día siguiente, la tortuga Maripili y la vaca Mariana se extrañaron de no oír los gritos de la raposa, y fueron a ver que pasaba. Encontraron a la Señora Artritis llorando encima de la pota, su brazo no respondía y no podía revolver el arroz con leche.

A la vaca Mariana, estaba a punto de saltarle una lágrima, así que para evitarlo puso enseguida el mandil y comenzó a revolver la leche mientras cantaba una habanera , como disimulando.. La tortuga Mariana, que siempre llegaba tarde, entraba por la puerta en aquel momento, notó algo extraño y no se atrevió a preguntar, puso el mandil y se turnó con Mariana para revolver . Con tal agilidad pasó todo, que en un plis plas, hicieron el mejor arroz con leche de la comarca.

Fue entonces cuando ocurrió algo milagroso, muy bajito, muy bajito la Señora Artritis dijo: Graci…as. Sonó muy bajo porque era su primera vez. La tortuga Maripili y la vaca Mariana sacaron sus pañuelos y lloraron a chorro tendido mientras canturreaban embriagadas de emoción, no se lo podían creer, la señora Artritis les había dado las gracias.

Aunque parezca increíble, ocurrió así, y Colorín Colorado…

Receta: Arroz con leche. Postres de la abuela para redescubrir. Este es un postre muy popular en Asturias, donde tiene fama de hacerse especialmente bien.

lunes, 12 de abril de 2010

CUENTO FELIZ


EL ORIGEN DE LA FELICIDAD. Pedro Pablo Sacristan.

Había una vez un niño que era muy feliz, , aunque no tenía muchos juguetes ni dinero. Él decía que lo que le hacía feliz era hacer cosas por los demás, y que eso le daba una sensación genial en su interior. Pero realmente nadie le creía, y pensaban que no andaba muy bien de la cabeza. Dedicaba todo el día a ayudar a los demás, a dar limosna y ayuda a los más pobres, a cuidar de los animales, y raras veces hacía nada para sí mismo.

Un día conoció a un famoso médico al que extrañó tanto su caso, que decidió investigarlo, y con un complejo sistema de cámaras y tubos, pudo grabar lo que ocurría en su interior. Lo que descubrieron fue sorprendente: cada vez que hacía algo bueno, un millar de angelitos diminutos aparecían para hacerle cosquillas justo en el corazón.

Aquello explicó la felicidad del niño, pero el médico siguió estudiando hasta descubrir que todos tenemos ese millar de angelitos en nuestro interior. La pena es que como hacemos tan pocas cosas buenas, andan todos aburridos haciendo el vago.

Y así se descubrió en qué consiste la felicidad, y gracias a ese niño todos sabemos qué hay que hacer para llegar a sentir cosquillitas en el corazón. Y Colorín Colorado ....

¿Cómo ser feliz? ¿En que consiste la felicidad? ¿Dónde se encuentra la felicidad? Utiliza estas llaves y ellas te guiaran en su búsqueda.

martes, 6 de abril de 2010

CUENTO AMOROSO


LA CAJA DEL AMOR. Ainaradiaz

Daniela era una niña muy buena. Siempre se comía toda la comida, iba al cole sin rechistar, prestaba sus juguetes a los demás niños y siempre siempre siempre estaba sonriendo.

Sus papás estaban contentos con su hija durante el día... pero cuando llegaba la noche, Daniela soñaba con brujas, con dragones, con monstruos dentro de los armarios, con bichos debajo de su cama y lloraba y lloraba sin parar hasta que su mamá iba a la cama y se dormía a su lado. El papá de Daniela echaba de menos a su mujer, que toooodas las noches tenía que dormir con su hijita para que la pobre niña no despertara asustada.

Un día, paseando por la calle, encontró una tienda de un montón de colores. Miró por el cristal y dentro había arco iris pintados en las paredes, muñecos de duendes y hadas, caramelos gigantes hechos con papel de regalo... Pero el papá de Daniela, en lo que más se fijo fue en una cajita roja que había en el mostrador de aquella tienda que parecía llena de magia, así que entró para ver qué tenía dentro. Cuando abrió la caja, no vio nada. Una señora muy muy muy mayor y con cara de abuelita de cuento, le explico: -Está vacía porque es nueva- dijo - Hace falta que alguien la llene -¿¿¿La llene de qué???- preguntó el papá intrigado -De amor- -¿De amor? ¿Y para que sirve llenar una caja de amor? La abuelita, se colocó las gafas y sonrió. -El amor es el regalo más importante que se le puede hacer a cualquier persona. El amor hace compañía cuando uno se siente solo. El amor hace que la gente sonría, cuando antes se sentía triste. Es cómo una manta muy calentita cuando hace frío. El amor ahuyenta pesadillas y lo vuelve todo de colores, cómo ésta tienda.

El papá de Daniela no se lo pensó dos veces y compró la cajita. Cuando llegó a su casa, se la dio a su hija y le contó. -Mira Dani, esto es una cajita que mamá y yo vamos a llenar de amor- abrió un poquito la tapa y lanzó un montón de besos dentro -así, mamá y papá siempre están contigo, en tu habitación. Los monstruos, los bichos, las brujas, como no saben lo que es el amor, le tienen mucho miedo. Por las noches, cuando te despiertes asustada, abre un poquito la caja. La habitación se llenará del amor de papá y mamá y ya no podrán entrar las cosas feas en tu habitación...

Desde entonces, en la mesa de noche de Daniela hay una cajita roja, siempre un poquito abierta, que mamá y papá llenan de besos y abrazos y caricias todos los días... para que al llegar la noche, Daniela nunca se sienta sola. Y Colorín colorado…

Nuestra mente no para aunque estemos durmiendo.


lunes, 5 de abril de 2010

CUENTO ILUMINADO


INMENSAS LUCES BLANCAS. Cristina Mena

De repente se vio a una montaña levantarse la falda y salir corriendo… ¡¡Qué vienen!!!, ¡¡qué vienen!!! ¡Quiénes vienen? preguntó un pajarillo sorprendido a quien una inmensa luz blanca le cegaba tanto que no le permitía orientar su rumbo…¡¡¡Ya llegan y cada vez son más!!, se oyó otra profunda voz que recorría la vertiente seca de un río cercano. No comprendo, repitió el pajarillo tratando de mantener su vuelo, sin saber muy bien hacia dónde iba.

¡¡¡Vamos, no pierdas el tiempo, ven con nosotros, llegan muy rápido!!! Gritó una nueva voz que salía desde las esponjosas nubes. Bueno, ¡ya está bien!, chilló el pájaro. O me decís quien viene para poder entender algo o me poso y ni muevo una pluma, no entiendo vuestra emoción ni vuestra alegría, ¿acaso son tan importantes los que vienen?

No preguntes y corre a su encuentro, ¡¡¡no seas insensato!! No, no, y no, dijo el pequeño pájaro cruzando las dos alas en actitud de enfado. Bueno, luego no digas que no te lo dijimos, siempre tan cabezota, se oyó la voz de un árbol que se acercaba a esa inmensa luz desprendiéndose de su corteza para correr y poder llegar el primero. El pajarillo sin entender nada pero viendo que la expectación se hacía cada vez tan grande como su curiosidad decidió seguir a tan extraña comitiva para enterarse bien de lo que sucedía. Pero al llegar a un claro de un bosque, quedó maravillado… unas inmensas luces blancas lo cubrían todo…

La montaña escuchaba atenta lo que le estaban diciendo: … y por haber pasado tanto, por haber sustentado el pequeño pueblo que vive a tus pies y se alimenta de todo lo que le ofreces, este año ninguna parte de ti se horadará para convertirse en cantera, te mantendrás intacta… ¡Bien! se escuchó la voz emocionada de la montaña… ¡muchas gracias!

El río, entre lamentos, escuchaba también emocionado: … y por haber soportado la sequía y a punto de morir de sed haber extraído en lágrimas el agua suficiente para regar los campos, este año las lluvias te mojarán de forma equilibrada dándote vigor en invierno y caudal templado en verano. ¡Gracias!, dijo el río recogiendo su rizosa melena de guijarros y paja y enjuagándose las pocas gotas dulces que le quedaban en su rostro.

Las nubes, complacidas, también atendían: … y por haber sido tan atentas y haber tenido tanta paciencia cobijando al fuerte sol para que los humanos no tuvieran quemaduras en su piel, haber templado tormentas y dejar paso de forma humilde al arco iris de la calma, este año cada estación tendrá su tiempo y no tendréis que hacer horas extra asomándoos, para contrarrestar el agujero de la capa de ozono que tantas alteraciones climáticas está provocando.

¡Cuanto nos alegramos!, gritaron las nubes al mismo tiempo, mientras emocionadas soltaban pequeños llantos de lluvia por la noticia. El árbol, desnudo y cansado, escuchaba sin embargo con mucho interés: y a ti árbol, a ti árbol, a ti y a tus hermanos del bosque… SE ESCUCHÓ UN GRAN SILENCIO…La luz, se hizo intensa y alargando sus manos, un suave haz de luz acarició el rostro de madera resinoso que se postraba a sus pies, diciendo a continuación: a ti árbol… te regalo Paz. El árbol, sin poder expresar palabra, miró a lo alto y extendió sus ramas formando una sonrisa.

El pajarillo, habiendo escuchado todo, pero sin entender bien lo que esa luz le regalaba al árbol, se acercó hasta él y le preguntó: ¿qué quiso decir con eso de regalarte Paz? Nada, es solo un regalo… Pero ¿quienes son esos seres que os regalan cosas tan lindas, que os animan, que os hacen sentir tan bien?, ¿quiénes son? preguntó el pájaro totalmente desconcertado. Son los Buenos Momentos, dijo la voz del árbol mirando con gratitud la cerilla apagada que se hallaba al pie de sus raíces…Y Colorín Colorado….

Bastó con que el hombre prehistórico descubriera el fuego, para que comprendiera que no sólo le serviría para lograr calor y cocer alimentos, sino que lograba mediante las llamas iluminar sus cavernas en las noches.

domingo, 4 de abril de 2010

Regalo de Pascua

En Mi blog Cuentos Empitucados encontrarás un regalo de pascua!

CUENTO CELTA


LOS CUERVOS. Juan José Arreola, La Feria

.. Pero tuvimos un rey y su nahual era cuervo. Se hacía cuervo cuando quería, con los poderes antiguos de Topiltzin y Ometecutli.

Se hacía cuervo nuestro rey, y se iba a volar sobre los sembrados ajenos, entre los cuervos de Sayula, de Autlán, de Amula y de Tamazula. Y veía que todos tenían el maíz que nos quitaron.

Y como su nahual era cuervo, supo que los cuervos buscan y esconden las cosas. Y con los poderes antiguos de Topiltzin y Omete¬cutli, nos enseñó a todos para que nos volviéramos cuervos. Y un año limpiamos las tierras, que todas estaban llenas de chayotillo, de garañona y capitaneja.

Limpiamos y labramos la tierra, como si tuviéramos maíz para sembrarla. Y cuando comenzaron las lluvias, ya para meterse el sol, nos hacíamos cuervos y nos íbamos volando para buscar el maíz que sembraban las gentes de Sayula, de Autlán, de Amula y de Tamazula.

Volvíamos cada quien con su grano en el pico, a esconderlo en la tierra de Zapotlán. Pero como nos costaba mucho trabajo encontrar las semillas y todos teníamos ganas de comer maíz, nuestro Rey Cuervo dijo que los que se tragaran el grano por el camino, se quedarían ya cuervos, volando y graznando entre los surcos, buscando para siempre el maíz enterrado.

Y muchos de nosotros no se aguantaron las ganas y se tragaron el grano en vez de sembrarlo en nuestra tierra, y ya no volvieron a ser hombres como nosotros. . .Y Colorín Colorado…

Hace unos 3000 años, en los turbulentos comienzos de la historia escrita, surgió un nuevo poder, una nueva civilización. Aquellos que dominaron primero el hierro, se convirtieron en los verdaderos dueños de Europa: los celtas.

sábado, 3 de abril de 2010

CUENTO EXTRATERRESTRE


EL NIÑO QUE TENÍA DOS OJOS. J.L. Sánchez y M.A. Pacheco.

Entre anoche y esta mañana, existió un planeta que era muy parecido a la Tierra. Sus habitantes solo se diferenciaban de los terrestres en que no tenían más que un ojo. Claro que era un ojo maravilloso con el que se podía ver en la oscuridad, y a muchísimos kilómetros de distancia, y a través de las paredes...

Con aquel ojo se podían ver los astros como a través de un telescopio y a los microbios como a través de un microscopio... Si embargo, en aquel planeta las Mamás tenían los niños igual que las Mamás de la Tierra tienen los suyos.

Un día nació un niño con un defecto físico muy extraño: tenía dos ojos. Sus padres se pusieron muy tristes. No tardaron mucho en consolarse; al fin y al cabo era un niño muy alegre...y, además, les parecía guapo... Estaban cada día más contentos con él. Le cuidaban muchísimo.

Le llevaron a muchos médicos...pero su caso era incurable. Los médicos no sabía que hacer. El niño fue creciendo y sus problemas eran cada día mayores: necesitaba luz por las noches para no tropezar en la oscuridad.

Poco a poco el niño que tenía dos ojos se iba retrasando en sus estudios; sus profesores le dedicaban una atención cada vez más especial... Necesitaba ayuda constantemente. Aquel niño pensaba ya que no iba a servir para nada cuando fuera mayor...

Hasta que un día descubrió que él veía algo que los demás no podían ver... En seguida fue a contarles a sus padres como veía él las cosas... Sus padres se quedaron maravillados... En la escuela sus historias encantaban a sus compañeros. Todos querían oír lo que decía sobre los colores de las cosas. Era emocionante escuchar al chico de los dos ojos. Y al cabo del tiempo era ya tan famoso que a nadie le importaba su defecto físico. Incluso llegó a no importarle a él mismo. Porque, aunque había muchas cosas que no podía hacer, no era, ni mucho menos, una persona inútil.

Llegó a ser uno de los habitantes más admirados de todo su planeta. Y cuando nació su primer hijo, todo el mundo reconoció que era muy guapo. Además, era como los demás niños: tenía un solo ojo. Y Colorín Colorado…

Dependemos de la vista más que de ningún otro sentido para movernos por el espacio que nos rodea. En una sola mirada, que dura una fracción de segundo, los ojos colaboran con el cerebro...

jueves, 1 de abril de 2010

CUENTO GUARDIAN


ÁNGELES GUARDIANES. Escritora de México.

Ésta es la historia de cómo los ositos de peluche fueron hechos… y estoy segura de que debe ser una historia real, porque mi osito me la contó la primera vez que lo abracé en una noche de tormenta…

Hace muchas lunas, bien alto en el cielo, Dios reunió a todos sus ángeles, y les dijo que su trabajo era cuidar a los seres humanos, amarlos, protegerlos y guiarlos. Desde ése día cada ángel juró hacer su mejor esfuerzo… ¡y eso hicieron! Pero entre aquellos ángeles se encontraba Aldebarán, a quien le habían encomendado cuidar a todos los niños.

Como pueden imaginarse ¡ése era un trabajo enorme y muy importante! Así que nuestro ángel pasó varias noches pensando como podría cumplir su meta. Aldebarán sabía que los niños eran sumamente importantes, ésa era la razón por la cual Dios había creado a las mamás –que son los ángeles más tiernos, inteligentes, hermosos y poderosos de todos ¡pero oigan! ¡Incluso las mamás necesitan ayuda! Por eso Dios también había creado a los papás –que son los ángeles más graciosos, fuertes, astutos… ¡y desastrosos de todos!– ¡pero oigan! ¡Incluso los papás necesitan ayuda! Por ello Dios también había creado a los abuelitos, hermanos, tíos y tías… ¡e incluso a los maestros y los cachorros! Pero eso no era suficiente, porque los niños son el tesoro más preciado de todos y necesitan más guardianes… las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana.
Nuestro ángel sabía que requería ayuda, porque aunque podía volar más rápido que la velocidad de la luz, no había forma de que pudiera estar con todos los niños todo el tiempo; necesitaba un buen guardia, alguien tierno, fuerte, valiente, gracioso, amigable, amable, listo … alguien que pudiera ser el confidente de cada niño; alguien que pudiera mantener informado al ángel de lo que le ocurriera a los niños, y, más importante aún, alguien que pudiera amar a ésos niños tanto como Aldebarán lo hacía.

Así que nuestro ángel viajó a través de todas las estrellas y constelaciones, a través de toda la galaxia y por cada rincón del cielo tratando de encontrar la respuesta que necesitaba; pero no fue sino hasta que Aldebarán bajó a la tierra que se le ocurrió una idea brillante; notó que los niños solían dormir abrazando sus cobertores o sus almohadas, eso realmente los ayudaba a dormir tranquilos, pero durante el día no podían andar cargando ésas cosas, así que el ángel regresó al cielo y juntó las telas más suavecitas y comenzó a coser varias piezas; cuando finalmente terminó ¡tenía en las manos al primer osito de peluche de todos los tiempos!

¡Ésa era la respuesta! Un osito podía vigilar a los niños todo el tiempo, y ellos podían llevarlos a todas partes, y por la noche, el osito podría proteger sus sueños, mantener a salvo sus secretos y decirle al ángel si un pequeño necesitaba ayuda extra. Aquella noche Aldebarán cosió y cosió millones de ositos, uno para cada niño, para que pudieran tener una parte de él consigo siempre, un pequeño guardián que pudiera ayudarlos a enfrentar sus temores, un compañero fiel con el que pudieran vivir toda clase de aventuras; y un amigo querido que pudiera darles incontables cantidades de abrazos.

Ahora que todos ustedes ya saben como fueron hechos los ositos, estoy segura de que querrán aún más al suyo, porque ya saben que fueron hechos por un ángel que los ama a todos ustedes tanto como lo hacen sus padres. Y Colorín Colorado…

La historia sobre el posible orígen del osos de peluche se remota a 1902. Cuando el presidente estadounidense Theodore Roosevelt hizo un viaje al sur del país,

http://www.youtube.com/watch#!v=7NwNBKM2cz8