viernes, 31 de octubre de 2014

CUENTO HADAS

UN CUENTO DE HADAS.

Entre el mar y el cielo, escondido entre las nubes, se encuentra un reino mágico, un lugar precioso, conocido como el Reino de las Hadas. Este reino, es un mundo fantástico, un lugar donde todo es mágico, en donde nada parece real, todo parece ser producto de un sueño.

Estas hadas, son seres inmortales, nacieron con el primer amanecer en la tierra, es una especie preciosa son muy pequeñas. Tienen unas pequeñas alas transparentes, de una gran belleza. Son seres muy bondadosos, muy buenos, que se esfuerzan por hacer felices a los demás aunque eso vaya en su propio perjuicio. Las hadas viven en las nubes, su función es la de hacer felices a los niños son los únicos capaces de ver a las hadas, pero dejan de verlas cuando crecen, ya que estas deben proteger a los otros bebes humanos que acaban de nacer.

Entre todas las hadas, había una que destacaba, era más pequeña que el resto, con unas alas muy pequeñas que le impedían volar, pero eso no escondía la belleza de este ejemplar. Tenía unos ojos de un color marrón muy claro, muy suave, que descubrían su mirada, una mirada muy dulce, su pelo era castaño muy largo precioso; era un hada de de una belleza especial.

A pesar que no sabía volar, se empeñó en proteger a un niño, pero las hadas madres se lo impidieron. Un Ángel de la guarda amigo suyo, se entero de que no le dejaban proteger a ningún niño, y quizá ayudarla intento enseñarle a volar pero sus alas seguían siendo muy pequeñas, demasiado débiles para levantar vuelo, la pequeña hada, se puso muy triste, comenzó a llorar, y sus lágrimas se convertían en una lluvia preciosa que caía sobre las aguas del mar, al ver esto, el Ángel de la Guarda, la acogió, le seco las lágrimas las puso sobre sus grandes alas plateadas y echo a volar, fue la primera vez que la hada voló, aunque no fuera con sus propias alas.

Poco después, el ángel convenció a las hadas madres para que le dejaran a la pequeña hada a su cargo, y así fue, aunque fuera junto a él, el hada pequeña, pudiera proteger a un niño, consiguiendo que su sueño se hiciera realidad y volver a ver la sonrisa de un hada especial.

Y Colorín Colorado

domingo, 26 de octubre de 2014

CUENTO PROTECTOR

LA CASA DE LOS DELFINES. Niña mexicana escritora de cuentos infantiles.

Erika tenía un sueño: atrapar un delfín. Todos los días veía en una revista las fotos de los delfines y deseaba tener uno. Ella pensaba que cuando atrapara un delfín, él nadaría con ella en el agua, que jugarían con la pelota, y que podría hablar con él y tenerlo sólo para ella. Un día fue a un parque acuático y ahí vio que todos los niños se divertían con los delfines, por eso ella quería ir al mar y atrapar uno.

Un día, fueron a visitar a su familia que vivía en Acapulco. Erika le preguntó a su papá que dónde estaban los delfines, pero su papá le explicó que estaban muy adentro del mar y un poco lejos de la playa. Ella insistió en que quería verlos y su papá le dijo que sí, que iba a decirle a su mamá.

Salieron en un bote muy grande y al fin Erika pudo ver cómo saltaban en el mar y también vio cómo ellos eran muy felices ahí. Algunos de ellos se acercaron al bote y ella pudo estar cerca de ellos y platicar con ellos.

No sé qué platicaron, ni qué le dijeron los delfines, pero Erika regresó feliz de su paseo y comprendió que ella podía ser amiga de los delfines y que ellos tenían que ser libres y vivir en el mar, porque ahí estaba su casa.

Y Colorín Colorado

viernes, 17 de octubre de 2014

CUENTO CAZADOR

A LA CAZA DE SONRISAS. Pedro Pablo Sacristan

La princesa de las hadas estaba enferma, y aunque los médicos no descubrieron el problema, dos pequeños dragones descubrieron que lo que la había puesto enferma es que ya nunca veía sonrisas.

Así que empezaron a buscarlas por toda la tierra, pero no las encontraron, y viajaron volando por todos los planetas y estrellas en busca de sonrisas.


Y viajaron tanto y tanto sin encontrar ninguna, que uno de ellos decidió dar la vuelta para estar con la princesa cuando muriese. Pero el otro decidió seguir, y justo en el siguiente planeta al que se dirigió, uno pequeño y oscuro que ni se veía, encontró que todas las sonrisas del mundo estaban allí reunidas haciendo una fiesta.

El dragón les contó lo que pasaba, y sin dudarlo millones de sonrisas le acompañaron en su viaje de vuelta, y en cuanto la princesa de las hadas vio tantísimas sonrisas, recuperó su alegría y su salud.

Y el primer dragón, aquel que se había dado la vuelta, se alegró enormemente de haber tenido un amigo más perseverante y paciente que él mismo.

Y Colorín Colorado





domingo, 12 de octubre de 2014

CUENTO JARDINERO

EL JARDÍN NATURAL. Pedro Pablo Sacristan


Hubo una vez un rey que tenía un gran palacio cuyos jardines eran realmente maravillosos. Allí vivían miles de animales de cientos de especies distintas, de gran variedad y colorido, que convertían aquel lugar en una especie de paraíso del que todos disfrutaban.

Sólo una cosa en aquellos jardines disgustaba al rey: prácticamente en el centro del lugar se veían los restos de lo que siglos atrás había sido un inmenso árbol, pero que ahora lucía apagado y casi seco, restando brillantez y color al conjunto. Tanto le molestaba, que finalmente ordenó cortarlo y sustituirlo por un precioso juego de fuentes.

Algún tiempo después, un astuto noble estuvo visitando al rey en su palacio. Y en un momento le dijo disimuladamente al oído: Majestad, sois el más astuto de los hombres. En todas partes se oye hablar de la belleza de estos jardines y la multitud de animales que los recorren. Pero en el tiempo que llevo aquí, apenas he podido ver otra cosa que no fuera esta fuente y unos pocos pajarillos... ¡Qué gran engaño!

El rey, que nunca pretendió engañar a nadie, descubrió con horror que era verdad lo que decía el noble. Llevaban tantos meses admirando las fuentes, que no se habían dado cuenta de que apenas quedaban unos pocos animales. Sin perder un segundo, mandó llamar a los expertos y sabios de la corte. El rey tuvo que escuchar muchas mentiras, inventos y suposiciones, pero nada que pudiera explicar lo sucedido. Ni siquiera la gran recompensa que ofreció el rey permitió recuperar el esplendor de los jardines reales.

Muchos años después, una joven se presentó ante el rey asegurando que podría explicar lo sucedido y recuperar los animales. Lo que pasó con su jardín es que no tenía suficientes excrementos, majestad. Sobre todo de polilla. Todos los presentes rieron el chiste de la joven. Los guardias se disponían a expulsarla cuando el rey se lo impidió. Quiero escuchar la historia. De las mil mentiras que he oído, ninguna había empezado así.

La joven siguió muy seria, y comenzó a explicar cómo los grandes animales de aquellos jardines se alimentaban principalmente de pequeños pájaros de vivos colores, que debían su aspecto a su comida, compuesta por unos coloridos gusanos a su vez se alimentaban de varias especies rarísimas de plantas y flores que sólo podían crecer en aquel lugar del mundo, siempre que hubiera suficiente excremento de polillas... y así siguió contando cómo las polillas también eran la base de la comida de muchos otros pájaros, cuyos excrementos hacían surgir nuevas especies de plantas que alimentaban otros insectos y animales, que a su vez eran vitales para la existencia de otras especies... Y hubiera seguido hablando sin parar, si el rey no hubiera gritado.

¡Basta! ¿Y se puede saber cómo sabes tú todas esas cosas, siendo tan joven?- preguntó. Pues porque ahora todo ese jardín ahora está en mi casa. Antes de haber nacido yo, mi padre recuperó aquel viejo árbol arrancado del centro de los jardines reales y lo plantó en su jardín. Desde entonces, cada primavera, de aquel árbol surge miles y miles de polillas. Con el tiempo, las polillas atrajeron los pájaros, y surgieron nuevas plantas y árboles, que fueron comida de otros animales, que a su vez lo fueron de otros... Y ahora, la antigua casa de mi padre está llena de vida y color. Todo fue por las polillas del gran árbol.

- ¡Excelente! -exclamó el rey-. Ahora podré recuperar mis jardines. Y a ti, te haré rica. Asegúrate de que dentro de una semana todo esté listo. Utiliza tantos hombres como necesites. Me temo que no podrá ser majestad- dijo la joven-. Si queréis, puedo intentar volver a recrear los jardines, pero no viviréis para verlo. Hacen falta muchísimos años para recuperar el equilibrio natural. Con mucha suerte, cuando yo sea anciana podría estar listo. Esas cosas no dependen de cuántos hombres trabajen en ellas.

El rostro del anciano rey se quedó triste y pensativo, comprendiendo lo delicado que es el equilibrio de la naturaleza, y lo imprudente que fue al romperlo tan alegremente. Pero amaba tanto aquellos jardines y aquellos animales, que decidió construir un inmenso palacio junto a las tierras de la joven. Y con miles de hombres trabajando en la obra, pudo verla terminada en muchísimo menos tiempo del que hubiera sido necesario para restablecer el equilibrio natural de aquellos jardines en cualquier otro lugar.


Y Colorín Colorado

sábado, 4 de octubre de 2014

CUENTO POTENTE

EL DUENDE ENAMORADO. Cuentos Irlanda


Un día el duende Coll salió a pasear por el bosque. De pronto se encontró con un hada maléfica, llamada Áine.

Ella estaba transformada en una bella duende, tenía un hermoso vestido rosa lleno de volados. Su cabello negro con rizos, caían sobre su pecho como azabache. El hada no sabía que Coll, tenía el don de descubrir quién era ella. Estaba tan embelesado con su hermosura, que le propuso acompañarla para estar más tiempo con ella. Ánie charlaba con Coll, se sentaron sobre un tronco y el tiempo pasaba.

Cuando pasaban por un claro, flotando en un árbol se encontraba la Reina de las Hadas Maléficas; quien al verla le realizó un maleficio de transformándola en una Urraca. Coll al ver esto, fue corriendo a ver a la Reina de las Hadas protectoras; para pedir por su amor. Ella le respondió que solamente podía transformarla de nuevo en duende, si él la encontraba con su corazón. Si así sucedía y la mantenía en sus manos, nuevamente estarían juntos y ella se libraría de su maleficio.

Así fue recorrió por días el bosque, vio pájaros de varios colores, animales a cuales le preguntó y ninguno había visto una Urraca. De pronto y cuando menos lo pensó, sintió en su corazón un fuerte latido. Si!!!, allí estaba posada en el tronco; donde ellos había charlado tanto tiempo hacía unos días.

Como le dijo la Reina de las Hadas, la tomó entre sus manos y le dijo que se había enamorado de ella. El hechizo desapareció y Áine, se transformó de nuevo en una bella duende; liberándose de ser un hada maléfica.

Y Colorín Colorado