sábado, 29 de marzo de 2014

CUENTO COLOREADO

LAS HADAS DE COLORES. Escritora Española de cuentos infantiles.

¿Cómo Sería un mundo sin cuentos? Es mejor no imaginarlo. Los cuentos forman parte de nuestra vida, para que nunca perdamos la fantasía ¡ESTE CUENTO!

Había una vez un país, llamado Fantasía, donde vivían hadas de colores, duendecillos, brujos y brujas que no querían que el reino de la Fantasía estuviera lleno de color y alegría. Lumilda, era una bruja, que vivía sola en su castillo, Se enfadaba mucho, cuando contaban cuentos a los niños. -No quiero que cuenten cuentos a los niños, porque aprenderán a escuchar, tendrán imaginación, fantasía, ilusión, y lo que es peor, buenos sentimientos en su corazón. -¡No dejaré que ocurra eso!, ¡Tengo que hacer algún hechizo! Entró, en su castillo, y cogió su libro embrujado y con voz muy fuerte dijo:

-Brujos y brujas que queréis el mal, que mi voz podáis escuchar, nuestra magia, tenemos que unir, para que en el mundo de la realidad, cuentos no se vuelvan a contar. Cuando dijo esto, en el cielo, se vieron relámpagos y se escucharon truenos, la magia de los brujos se había unido y el hechizo de Lumilda se había cumplido. Y desde ese momento, en el mundo de la realidad, no se volvieron a contar cuentos.

El Hada Arco Iris, había visto lo que había hecho Lumilda y fue a contárselo al hada Naranja que era el Hada de los niños. -Hada Naranja, Lumilda y los brujos del mal, han unido su magia, y han hecho que en el mundo de la realidad, cuentos no se vuelvan a contar. -Eso no puede ser!, llamaré a las hadas de colores, para ver que podemos hacer. Cogió su campanilla mágica y empezó a tocarla:


TILÍN TILÍN, TALÁN TALÁN TILÍN TILÍN, TALÁN TALÁN

Cuando las hadas de colores escucharon la campanilla mágica, fueron al palacio del hada Naranja, y allí se enteraron de lo que había hecho Lumilda. -¡No dejaremos que se salga con la suya! Dijeron enfadadas. -¡Claro, que no la dejaremos!. Dijo el Hada Naranja. -Nosotras, al mundo de la realidad iremos, y cuentos a los niños contaremos, de este modo, no perderán la fantasía, la ilusión, la imaginación y los buenos sentimientos en su corazón. Todas las hadas, hicieron un corro, y con una voz muy dulce cantaron:

-Somos hadas de colores, -que al mundo real iremos, -y allí a los niños, -muchos cuentos contaremos.

Mientras cantaban, iban colocando una piedra de color en el centro, de las piedras de colores salieron muchos caminos, y cada hada cogió uno distinto, que las llevaría al mundo de la realidad, para contar cuentos a los niños. Gracias a las Hadas de colores, los niños pudieron seguir escuchando cuentos.


Y Colorín Colorado…

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