jueves, 27 de agosto de 2009
Cuento Inter-planetario...
Un Planeta Maravilloso
Hace ya tres días que ha sucedido la catástrofe. El bueno y viejo planeta MATERNA ha explotado. Al sonar la alarma, todos los habitantes de MATERNA han ido, cada uno por su lado, a buscar otro planeta donde vivir. BOLO y RAMA han embarcado en su cohete, una pequeña nave espacial, cómoda y rápida, que los niños y niñas pueden conducir fácilmente. BOLO y RAMA quieren encontrar un planeta donde puedan vivir felizmente con muchas amigas y amigos. Pero. . . ¿con qué amigas vivirán? Ni ellos mismos lo saben, ya lo veremos. De repente, RAMA grita: - ¡Planeta, planeta a la derecha! BOLO pulsa los mandos y frena. Los motores se paran y el cohete aterriza en un pequeño y tranquilo campo. A lo lejos, algo se mueve, parece una enorme bola sobre dos patas. La bola se acerca: ¡Ah, pero si es un hombre muy gordo! Saluda a los dos cosmonautas: - ¡Hola, me llamo REBOLLO! ¡Bienvenidos al planeta GLOTÓN! Os invito a compartir mi desayuno. Muy contentos, BOLO y RAMA siguen a REBOLLO. REBOLLA, su mujer y REBOLLITA, su hija, están ya en la mesa. Han preparado un verdadero festín: Pollos asados, tortillas, pasteles . . . ¡Qué bueno está todo! Después de la comida, REBOLLITA lleva a los cosmonautas a pasear por la ciudad. Pero ¡qué extraño!, en la calle sólo encuentran gente rechoncha: niños gordos, hombres gordos, mujeres enormes. No cabe ni un alfiler. Estas personas tan gordas, hacen ir de aquí para allá a BOLO y RAMA, que sólo ven a su alrededor enormes barrigas. ¡Qué barbaridad! Deciden que ese planeta no está hecho para ellos, es necesario irse, pero REBOLLITA quiere ir con ellos y corre a abrazar a sus padres. Y EL COHETE DESPEGA CON TRES PASAJEROS. Y un poco más tarde: - ¡Oh, veo otro planeta! El cohete para con suavidad. Al pie de un árbol, un extraño niño mira cómo los tres cosmonautas descienden de su máquina y les dice: -Hola. Me llamo PLUMA, ¿y vosotras? PLUMA es delgado, muy delgado. ¡Parece que vaya a salir volando al primer soplo de aire! ¿En qué planeta estamos? PLUMA los invita a conocer el planeta FIDEO. Se encuentran primero con HILITO, un hombre muy delgado; después con FINITA, una niña rubia delgadísima; y DELGADILLO, un viejo con la barba blanca, muy flaco. Todos los habitantes de este planeta son delgados. Todo el día juegan y cantan, trabajan, discutan, pelean, hacen las paces, nadan, dibujan, leen, pasean. Hacen muchas cosas, y jamás piensan en comer. Al cabo de unas horas, los cosmonautas sienten como un gusanillo en la barriga. ¡Qué hambre! Ven claramente que este planeta no está hecho para ellos. Es necesario partir, pero PLUMA ya no quiere separarse de ellos. Y EL COHETE DESPEGA CON CUATRO PASAJEROS. El cohete cambia de galaxia, deteniéndose en un extraño planeta con forma de huevo. Al abrir la puerta de la nave, un ruido muy fuerte sorprende a los cosmonautas. Salen y van en busca de los habitantes. Ven a una chica que va en una bicicleta roja, que canta y canta sin parar. Mientras canta, les dice: -Me llamo MELODÍA y mi planeta TROMPETÓN. ¿Queréis conocerlo? Encuentran primero a MARTILLOTE, que golpea con fuerza un hierro, con un palo de madera; después a la señora COTORRA, que no para de hablar. En la ciudad hay un jaleo enorme: Los coches tocan la bocina, las motos circulan ruidosamente, las tiendas anuncian sus productos con altavoces, los perros ladran, las radios tienen el volumen al máximo . . . No se aburren nunca en el planeta TROMPETÓN. Aquí se puede hablar, chillar, reír, cantar, hacer ruido, sin ningún problema. Pero a nuestros cosmonautas, les duelen los oídos. ¡Qué lío! Hay que salir de aquí, este planeta tampoco es para ellos. MELODÍA pregunta: -¿Puedo ir con vosotras? Y se lleva su pequeña flauta. Y EL COHETE DESPEGA CON CINCO PASAJERAS.El planeta siguiente no queda lejos. Las cosmonautas desembarcan. Ni un solo ruido, todo está tranquilo ¡Uf! BOLO dice: -¡Estaremos bien aquí! -Chisst, chisst- le responde un hombre extraño al que no han oído llegar. -Me llamo SUSURRÍN. Estáis en el planeta CHITÓN. ¿Queréis visitarlo conmigo? Las cosmonautas siguen a SUSURRÍN, intentando hacer el menor ruido posible. Todos los habitantes de este planeta llevan zapatos de goma. No se ríen, sonríen. Llevan cascos para oír música. Se hablan con gestos o por escrito, sólo de vez en cuando cuchichean. Al principio, las cosmonautas se encontraban bien allí, porque sus oídos necesitaban descanso. Pero a MELODÍA le apetece cantar, PLUMA estornuda con gran estruendo, REBOLLITA deja caer su saco de canicas que ruedan por la acera y BOLO y RAMA estallan en carcajadas. La gente que va por la calle se para y los mira con los ojos horrorizados. ¡Qué escándalo! Este planeta no está hecho para ellos, es necesario partir. Y SUSURRÍN, que empezaba a divertirse, se va con ellas. Y EL COHETE DESPEGA CON SEIS PASAJERAS. En el quinto planeta, los cosmonautas se encuentran con un señor con gafas que lee el periódico. Levanta la cabeza y les dice: - Buenos días, me llamo SABIOTE. ¿Sabéis leer y escribir? Los cosmonautas descubren que están sobre el planeta EMPOLLÓN y que no se puede vivir allí sin saber leer ni escribir. SABIOTE los invita a su casa, donde están sus amigos: el profesor GARABATO, el periodista LAPIZÓN, el escritor BOLÍGRAFUS, el poeta PAPELOTE y sus sobrinos, LIBROTE y LIBRILLO, que no paran de leer y escribir. Sobre las camas hay libros, los cajones están repletos de lápices, los armarios llenos de libretas. Desgraciadamente, en el planeta EMPOLLÓN no hay nadie que arregle las casas ni los muebles: Las patas de las sillas están rotas, porque sostienen grandes montañas de libros. Nadie sabe enhebrar una aguja o encender un fuego. Comen jamón con ensalada en todas las comidas. ¡Qué tristeza! Los cosmonautas no se encuentran bien aquí y deciden irse. Se llevan a SABIOTE, que les quiere enseñar a leer y escribir. Y EL COHETE DESPEGA CON SIETE PASAJEROS. Los cosmonautas aterrizan sobre el sexto planeta. ¿Qué encontrarán ahora? Lo primero que ven es un joven muy fuertote que sostiene en una mano un martillo y en la otra unas tijeras. Lleva en el bolsillo unas tenazas y un bote de cola. Se presenta: -Yo soy MAÑOSÓN, habitante de PENCÓN. ¿Queréis que os construya un puente, una casa o una carretera? Las cosmonautas están encantadas con esta bienvenida. ¡Al fin un planeta donde van a poder instalarse! Siguen a su nuevo amigo para escoger un terreno donde construir su casa, pero el planeta PENCÓN está abarrotado. Los habitantes pasan el día trabajando: construyen, clavan, cortan, pegan pintan, esculpen, bordan, cosen, . . . trabajan sin para. Incluso cuando no necesitan nada, siguen trabajando. Las casas están llenas de muebles, de ropa y platos inútiles, que no saben dónde guardar. Cuando terminan un puente, lo derrumban por el placer de volver a construirlo. ¡Qué desorden, qué pérdida de tiempo! Las cosmonautas ven que este planeta no es el que buscan y se van. Se llevan a MAÑOSÓN con sus herramientas. Y EL COHETE DESPEGA CON OCHO PASAJERAS. Tres días más tarde, los cosmonautas llegan, por fin, a un planeta maravillosos ni muy grande ni muy pequeño, ni demasiado seco ni demasiado lluvioso, ni muy caliente ni muy frío. Parece que no hay nadie y los cosmonautas deciden instalarse. BOLO y RAMA, REBOLLITA y PLUMA, MELODÍA y SUSURRÍN, SABIOTE y MAÑOSÓN bajan de la nave con sus cosas. Quieren construir juntos un nuevo mundo, donde habrá de todo. Cada uno podrá vivir como es, con lo que tiene, con lo que sabe hacer. No habrá dos personas iguales, pero serán todos amigos e intentarán ayudarse. Y colorin colorado....
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