VÍCTOR Y LA LUNA. Marielena Rondinel, escritora de Perú.
En el planeta de las estrellas Doña Luna era la reina pero ella muy triste pasaba la noche entera. Las estrellas hacían de todo para que recupere la alegría pero sus ojos estaban rojos de tanto llanto y su rostro palidecía como un papel. Los ángeles se encontraban igualmente preocupados porque la Luna no los alumbraba como antes y buscaban la fórmula perfecta para solucionar dicho problema.
Cada noche al sonar las campanas anunciando las diez llevaban ante la Luna a algún niño escogido del planeta Tierra para que converse con ella. Ya habían pasado por allí más de mil pequeños pero nadie había logrado arrancarle ni una sola sonrisa.
Cierto día del mes de julio, una estrella rosada, pequeña y juguetona, divisó en Brasil a un niño llamado Víctor que era muy amado por su familia. Él corría alegre con sus mascotas por el jardín y le preguntó si quería conocer a Doña Luna. El pequeño, que tenía la carita más dulce del mundo, aceptó de inmediato porque siempre desde su habitación miraba admirado a la belleza plateada.
Esa noche al caer las diez Víctor se presentó ante su Majestad Luna. Ella lo miró un largo tiempo sin pronunciar ninguna palabra. El pequeño se acercó a la estrellita rosada y le pidió que los dejaran solos y que cerraran las puertas del Castillo. El Castillo era muy grande y hermoso, muchas estrellas vivían con la Luna y aunque estaban algo curiosas, hicieron caso al niño.
Un rato después se escucharon carcajadas, Doña Luna y Víctor reían y debajo de la puerta del Castillo se veía un gran resplandor. Era tanto su brillo que muchos ángeles se acercaron a aquel lugar para disfrutar ese maravilloso acontecimiento. Se oyó a su Majestad Luna pidiendo que abrieran la puerta y las estrellas levantaron el techo que cubría el Castillo para que alumbrara a todos con su luz. Su belleza era tan plena que las estrellas y los ángeles estaban muy agradecidos con el pequeño.
Desde ese día Víctor visita a la Luna cada noche pero nadie conoce el motivo de tanta alegría… Sólo la Luna y Víctor, saben que al sonar las campanas las diez, el pequeño se sienta en ella y cabalga como si fuese un caballo de madera mientras sus manitos le hacen muchas cosquillas. Los dos sonríen a carcajadas cómplices de sus juegos y travesuras.
Este momento especial es esperado con ansias por ambos donde comparten su amistad y la felicidad llena sus corazones y la Luna resplandece intensamente. Ahora que tú también lo sabes, no olvides guardar su secreto…
Y Colorín Colorado
En el planeta de las estrellas Doña Luna era la reina pero ella muy triste pasaba la noche entera. Las estrellas hacían de todo para que recupere la alegría pero sus ojos estaban rojos de tanto llanto y su rostro palidecía como un papel. Los ángeles se encontraban igualmente preocupados porque la Luna no los alumbraba como antes y buscaban la fórmula perfecta para solucionar dicho problema.
Cada noche al sonar las campanas anunciando las diez llevaban ante la Luna a algún niño escogido del planeta Tierra para que converse con ella. Ya habían pasado por allí más de mil pequeños pero nadie había logrado arrancarle ni una sola sonrisa.
Cierto día del mes de julio, una estrella rosada, pequeña y juguetona, divisó en Brasil a un niño llamado Víctor que era muy amado por su familia. Él corría alegre con sus mascotas por el jardín y le preguntó si quería conocer a Doña Luna. El pequeño, que tenía la carita más dulce del mundo, aceptó de inmediato porque siempre desde su habitación miraba admirado a la belleza plateada.
Esa noche al caer las diez Víctor se presentó ante su Majestad Luna. Ella lo miró un largo tiempo sin pronunciar ninguna palabra. El pequeño se acercó a la estrellita rosada y le pidió que los dejaran solos y que cerraran las puertas del Castillo. El Castillo era muy grande y hermoso, muchas estrellas vivían con la Luna y aunque estaban algo curiosas, hicieron caso al niño.
Un rato después se escucharon carcajadas, Doña Luna y Víctor reían y debajo de la puerta del Castillo se veía un gran resplandor. Era tanto su brillo que muchos ángeles se acercaron a aquel lugar para disfrutar ese maravilloso acontecimiento. Se oyó a su Majestad Luna pidiendo que abrieran la puerta y las estrellas levantaron el techo que cubría el Castillo para que alumbrara a todos con su luz. Su belleza era tan plena que las estrellas y los ángeles estaban muy agradecidos con el pequeño.
Desde ese día Víctor visita a la Luna cada noche pero nadie conoce el motivo de tanta alegría… Sólo la Luna y Víctor, saben que al sonar las campanas las diez, el pequeño se sienta en ella y cabalga como si fuese un caballo de madera mientras sus manitos le hacen muchas cosquillas. Los dos sonríen a carcajadas cómplices de sus juegos y travesuras.
Este momento especial es esperado con ansias por ambos donde comparten su amistad y la felicidad llena sus corazones y la Luna resplandece intensamente. Ahora que tú también lo sabes, no olvides guardar su secreto…
Y Colorín Colorado
Desde tiempos remotos se comenta y se ha llegado a decir que la luna afecta o influye en el comportamiento de todo ser viviente,
me encanto el secreto de la luna y el pequeño victor,si no hay como la inocencia de un niño para reir con sus ocurrencias.
ResponderEliminarde ahora en mas ya tenemos una luna sonriente y llena de felicidad.
muchas gracias por este precioso cuento amiga,un abrazo y buen fin de semana.
A mi también me encanto el cuento, y coincido con sony, en que no hay nada como la inocencia de un niño...me estoy imaginando la juerga de Victor y la Luna...Es cierto dicen que la Luna influye en muchas cosas y que influye en muchas personas...
ResponderEliminarBuen Video también
Besos y Buen Fin de Semana
¡Relindo el cuento! Esta luna traviesa, compañeras de tantas cosas...es realmente hermosa y sí creo que influye en las personas.
ResponderEliminarBesotes.
....Un cuento que el suspense es genial...nos quedamos con las ganas de saber el secreto de Victor y la luna!!!!!pero los resultados quedan brillantes y claritos!!!! he disfrutado mucho leyendolo...Gracias amiga. Un abrazo teñido en añil de Begoña
ResponderEliminarGuardaré el secreto pero nadie puede impedir que me beneficie de su enseñanza ni que disfrute de su lectura........ji
ResponderEliminarBesos............Leo
Muy bueno el cuento muy agradable
ResponderEliminaren su lectura me gusto mucho amiga.
Sobre la luna influye en todo
en los seres humanos en los animales
hasta en el mar por los cambios de mareas.
Un fuerte abrazo besos que
tengas un feliz fin de semana...
Hola, soy Marielena Rondinel, autora del cuento infantil "Víctor y la Luna". Llegué a su página buscando temas sobre niños y fue muy linda la sorpresa el encontrar uno de mis escritos. Muchas gracias por compartirlo, un beso desde Perú y que Dios los bendiga!
ResponderEliminarhttp://felicitygirl2003.blogspot.com/
http://corazonesconesperanza.blogspot.com/