domingo, 13 de marzo de 2011

CUENTO JAPONÉS


LA SUERTE GRANDE Y LA SUERTE PEQUEÑA. Cuento Japonés

Hace mucho, mucho tiempo, vivía un “Tengu” en el fondo de una montaña. Este era un adivino muy famoso.

Un día Mokube y Tarobe visitaron al Tengu para que adivine sobre las vidas de sus hijos.
El Tengu les dijo: “Mokube, tu hijo tiene poca suerte y Tarobe, tu hija tiene mucha suerte.” Los hijos eran íntimos amigos.

Un día Mokube y Tarobe se encontraban trabajando cuando en eso sus hijos trajeron unos “oniguiri”. “¡Tenemos mucha hambre. Vamos a comer!”, dijeron Mokube y Tarobe y los cuatro empezaron a comer inmediatamente. Tarobe y su hija exclamaron: “¡Está muy rico!” Mokube en cambio dijo: “¿Qué es esto? ¡el oniguiri tiene piedras!” y lo tiró. El hijo de Mokube también hizo lo mismo. Tarobe les dijo: “¡No! ¡Tiren sólo las piedras, no el oniguiri!” y él y su hija recogieron lo tirado.

Después de unos años el hijo trabajaba mucho pero tenía muy poco dinero, mientras que la hija se había casado con un hombre muy rico. Ellos se encontraron después de mucho tiempo. Ella al verlo trabajando tanto le dijo: “Voy a traerte unos oniguiri por eso espérame”, y se marchó. Ella pensó: “Mientras yo vivo con mucha comodidad, él vive en la pobreza. Quiero compartir mi buena suerte con él.”

Ella cocinó siete oniguiri y metió monedas de oro en cada uno de ellos, monedas que había venido juntando gracias al uso apropiado y consciente del dinero. El hijo recibió dichos oniguiri y empezó a comerlos en la orilla del río. Cuando comió un bocado sintió un “clic” y dijo: “¡Este oniguiri tiene piedras!” y lo tiró al río. De igual forma tiró otros cinco. En eso se preguntó: “¿Por qué hay piedras en los oniguiri?” y partió la última bola de arroz cocido que quedaba, al ver su interior exclamó: “¡No, no eran piedras, eran monedas de oro! ¡Dios mío! Después de todo tengo un poco de suerte.”

En ese momento apareció el Tengu y le dijo: “El destino de una persona está establecido cuando nace pero depende de cada uno el cambiarlo. Tú podrás haber tenido poca suerte pero si no buscas mejorarla no lo lograrás. Tienes que darle importancia a todas las cosas, por más pequeñas que te parezcan.” Él, desde entonces se esforzó mucho y logró la felicidad.

Y Colorín Colorado…

Pd: Un abrazo solidario a todos los niños japoneses que hoy viven un triste y real cuento! El angelito de la guarde los proteja a todos!


5 comentarios:

  1. que triste momento
    ojal alos niños encuentren lugar para la imaginacion, la fantasia, el juego...

    ResponderEliminar
  2. Querida Tita, me hago solidaria de tus palabras con el pueblo japonés.
    Es triste lo ocurrido y oajlá que poco a poco se puedan ir recuperando.
    El cuento es hermoso y una buena lección para todos.
    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Precioso Cuento, y más precioso tu Abrazo para los niños japoneses que seguro lo recibirán con el cariño que les va...,uno mi Abrazo Solidario al Tuyo...
    Besitos Tita y Buena Semana

    ResponderEliminar
  4. Tita,muy solidario y mágico tu cuento...!!
    Efectivamente hemos de estar atentos,la suerte está en cualquier esquina,son oportunidades que no vuelven.
    Ojalá todo vuelva a la normalidad y el pueblo japonés se reconstruya y se llene de fuerza interior.Oremos por ellos.
    Mi gratitud y mi abrazo grande,amiga.
    FELIZ DOMINGO.
    M.Jesús

    ResponderEliminar
  5. Tita! Un homenaje merecido para todas las personas sobrevivientes y para aquellas que ya no están. Este cuento es muy lindo... no todos tienen suerte en la vida... pero deberemos convivir con lo que nos toca y tratar de mejorar nuestra vida, para ser algo felices. Aunque cueste, hay que salir adelante porque es así esta vida y para eso vinimos al mundo. Un abrazo Tita, gracias por compartir este cuento! Besos!

    ResponderEliminar