miércoles, 7 de noviembre de 2012

CUENTO LANUDO




Nació sólo con tres pelos. - ¿Tres pelos? - ¡Tres pelos!

Y tenía tanto frío que, balándole a la luna (beee, beee), pidió un gran deseo: un enorme abrigo de lana rizada.

Pasó un día, tres, una semana,... La primavera, el verano,.... Y cuando llegó el otoño se encontró un chaleco hecho con millones de rizos y bucles. Y era de su talla.

Como empezaba a refrescar, se lo puso. Le quedaba formidable. Y conforme pasaba el tiempo y se adentraba en el invierno, a aquel chaleco, que era mágico, le fueron creciendo los pelos, los rizos, los tirabuzones, hasta cubrir todo su cuerpo.

La ovejita pasó el invierno recorriendo el monte, calentita, calentita. Pero cuando entró la primavera comenzó a sudar. - Este abrigo da mucho calor – se dijo -, tendré que ir al peluquero para que me lo corte un poco.

El peluquero le dijo que él no sabía cortar abrigos mágicos, que mejor fuera a decírselo al pastor, que tenía experiencia en este tipo de asuntos. Y el pastor, cuando la vio llegar con su abrigo peludo, se puso tan contento.

- Tu abrigo también es mágico para mi, ovejita – le aseguró con cariño – A ti te dará calor cada invierno y a mi dinerito, porque pasaré todo el verano tejiendo jerseys con tu lana y los venderé en las épocas de frío.

Desde entonces, la ovejita y el pastor se hicieron tan buenos amigos que no saben vivir el uno sin el otro. Así que, además de ganar un abrigo, la oveja ganó un amigo con el que compartir aquel regalo mágico.


Y Colorín Colorado  

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