EL ÁRBOL DE NAVIDAD. Irene M. Avalos, Bolivia
Erase una vez, hace mucho tiempo, una isla en la que había un pueblecito. En ese pueblecito vivía una familia muy pobre. Cuando estaba próxima la Navidad, ellos no sabían como celebrarla sin dinero; entonces el padre de la familia empezó a preguntarse cómo podía ganar dinero para pasar la noche de Navidad compartiendo un pavo al horno con su familia.
Decidió que ganaría algo de dinero vendiendo árboles de Navidad. Así, al día siguiente se levantó muy temprano y se fue a la montaña a cortar algunos pinos. Subió a la montaña, cortó cinco pinos y los cargó en su carroza para venderlos en el mercado.
Cuando sólo quedaban dos días para Navidad, todavía nadie le había comprado ninguno de los pinos. Finalmente, decidió que puesta que nadie le iba a comprar los abetos, se los regalaría a aquellas personas más pobres que su familia. La gente se mostró muy agradecida ante el regalo.
La noche de Navidad, cuando regresó a su casa, el hombre recibió una gran sorpresa. Encima de la mesa había un pavo y al lado un arbolito pequeño. Su esposa le explicó que alguien muy bondadoso había dejado eso en su puerta. Aquella noche el hombre supo que ese regalo tenía que haber sido concedido por la buena obra que él había hecho regalando los abetos que cortó en la montaña.
Y Colorín Colorado
Precioso el Cuento, efectivamente el acto bondadoso de ese padre de familia tuvo su premio al llegar a su casa...el problema es que no siempre la Generosidad es Agradecida como se debe, aunque como también hay un dicho que reza "hay más Alegria en dar que en recibir" pues también es cierto, a veces la satisfacción va implicita en el hecho de ayudar a los demás, en ser justos... No hay que ayudar a los demás para recibir algo a cambio, eso desde luego porque entonces el acto bondadoso se convertiria en interesado, pero eso no quita tampoco para que sepamos Agradecer lo que otros hacen por nosotros cuando no es su obligación hacerlo...
ResponderEliminarEl Problema como siempre es que cuando llega la Navidad y sin estar en Navidad también, hay mucha gente que no tiene ni para lo más básico...y otros consumimos incluso más de lo que necesitamos realmente por no hablar de los que ya viven la Navidad llenos de lujos y caprichos sin pensar en los que por su culpa no llegan ni a tener un plato de comida en su mesa -me refiero por supuesto a los Politicos, Banqueros y Empresarios Neoliberales que causan la Crisis Economica y luego se la hacen pagar a los pobres y trabajadores...
Independientemente de todo este mitin que acabo de soltar -disculpas por ello Tita-, les deseo a todos los que leen este Blog y por supuesto a Tita su autora unas Felices Fiestas
Besitos
Bello cuento, Tita....bellisimo!!!
ResponderEliminarGracias por tu visita y por dejarme tu huella.
Un abrazo con el cariño de la amistad.
_Charo Bustos Cruz_
Querida Tita, muchas gracias. En estas fechas todos nos sentimos mucho más sensibles ante cualquier muestra de bondad. El cuento es corto y sencillo pero una buena lección moral.
ResponderEliminarBesitos.
HOLA TITA, QUÉ IMPORTANTE SER GENEROSO. EL QUE DA SIEMPRE RECIBE...
ResponderEliminarBESITOS
PATRY
Me ha encantado el cuento Tita...Alguien dijo que, los más pobres son los que más dán, porque son ricos en espíritu.
ResponderEliminarCuando damos algo de corazón, incondicionalmente,vuelve a nosotros duplicado.
Mi gratitud y mi abrazo inmenso,amiga.
M.Jesús