lunes, 13 de diciembre de 2010

CUENTO ENANITO


LOS ENANITOS MÁGICOS. Hermanos Grimm

Erase una vez un zapatero tan pobre que apenas tenía material para fabricar un par de zapatos. Una noche cortó el cuero y se fue a dormir arrastrando los pies, pues sabía que con eso no tendría suficiente para alimentarse él y su amada esposa. Cuál fue su sorpresa cuando a la mañana siguiente el cuero se había transformado en unos lindos zapatos, sin ningún tipo de tara ni defecto. En ese mismo instante, entró un buen hombre y pagó el doble del precio por esos zapatos tan bien hechos.
Lo mismo sucedió los días siguientes; el zapatero dejaba el material encima de la mesa cada noche y amanecía con un sinfín de variedad de zapatos que lo llevaron a hacerse rico y famoso.

Un día cercano a Navidad su esposa le instó para que se quedaran en vela toda la noche y averiguar qué era lo que estaba pasando. Y así hicieron: escondiéndose detrás de las ropas del armario vieron cómo a partir de las doce aparecían unos traviesos enanitos desnudos que se ponían a trabajar con gran agilidad y destreza hasta que terminaban y se iban.

Visto esto, la mujer le dijo a su esposo que debían agradecerles de alguna manera todo lo que habían hecho por ellos y decidió hacerles ropa a su medida, junto con un gorro y unos zapatos.

A la noche siguiente los enanitos volvieron al taller y encima de la mesa no encontraron el material como siempre, sino una ropa perfectamente doblada. Los enanitos manifestaron su alegría dando saltos y poniéndose a cantar, después se pusieron los vestidos y se marcharon bailando. Nunca más se supo de ellos.

Y Colorín Colorado




2 comentarios:

  1. Hermoso cuento,los enanitos mágicos,atendieron la pobreza del zapatero y premiaron su constancia y su buena voluntad.
    El zapatero mostró su buen corazón correspondiendo.Hemos de ser siempre agradecidos,ello nos honrará y nos hará dignos.
    Mi felicitación y mi abrazo grande,Tita.

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  2. Tita, me ha encantado el Cuento de los Enanitos haciendole el trabajo al Zapatero, y la alegria luego de ver sus ropas...; este cuento, me recuerda a otra Leyenda que dice que San Isidro se fue a descansar dejando los bueyes en el campo y cuando volvio al campo, los bueyes sólos habían hecho todo el trabajo...de labrar la tierra. Probablemente a San Isidro Labrador le ocurriera algo parecido a lo que le pasaba a ese zapatero pobre del cuento.
    Precioso Cuento Tita
    Besitos

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