lunes, 11 de octubre de 2010

CUENTO SABIONDO


EL DOCTOR SABELOTODO. Hermanos Grimm.
Erase una vez un pobre campesino, llamado Cangrejo que se fue a la ciudad guiando un carro tirado por dos bueyes a venderle a un doctor una carretada de leña por dos ducados. Mientras se le pagaban sus dineros el doctor se encontraba precisamente comiendo; cuando vio el campesino lo bien que comía y bebía le entró envidia y pensó que también él quisiera ser doctor, así que se quedó unos momentos sin saber qué hacer y, al fin, le preguntó si no podría hacerse él doctor. ¡Ya lo creo! -respondió el doctor-; eso se logra fácilmente. ¿Qué debo hacer? -preguntó el campesino.

En primer lugar te compras un abecedario, de esos que tienen un gallito pintado en las primeras páginas; en segundo lugar vendes tu carreta y los bueyes y, con lo que saques, te compras trajes y todo lo que es propio del menester doctoral; y, en tercer lugar, mandas hacer un rótulo donde se lea "Soy el doctor Sabelotodo" y lo clavas bien alto sobre la puerta de tu casa.

El campesino siguió las instrucciones al pie de la letra. Y he aquí que cuando ya había doctorado un poquillo, pero no mucho, robaron a un gran señor una cierta cantidad de dinero. Entonces alguien le habló del doctor Sabelotodo, que vivía en tal pueblo y que tendría que saber también dónde estaba el dinero. Así que el señor mandó enganchar el coche, se fue a aquel pueblo, se presentó en su casa y le preguntó si era el doctor Sabelotodo. Pues sí, lo era. Entonces tendría que ir con él a recuperar el dinero robado. ¡Oh, sí!; pero Grete, su mujer, tendría que acompañarle. El señor se mostró conforme, invitó a la pareja a subir al coche y partieron todos.

Cuando llegaron al palacete señorial la mesa ya estaba puesta, y el señor le rogó que comiese antes que nada. ¡Encantado!, dijo, pero con su mujer, la Grete; y se sentó con ella en la mesa. Cuando entró el primer criado llevando una fuente llena de suculentos manjares, el campesino dio un codazo a su mujer y le dijo: Grete, éste es el primero. Y sólo quiso dar a entender que éste era quien había servido el primer plato; pero el criado creyó que había querido decir "Este es el primer ladrón"; y como realmente lo era le entró miedo, y cuando salió dijo a sus camaradas: -El doctor lo sabe todo; vamos a salir mal parados; ha dicho que yo soy el primero. El segundo no quería entrar pero no tuvo otro remedio y, cuando lo hizo llevando su fuente, el campesino, dando otro codazo a su mujer, dijo: -Grete, éste es el segundo. El segundo criado también se asustó y salió precipitadamente. Al tercero no le fue mejor, pues el campesino dijo de nuevo: -Grete, éste es el tercero.

El cuarto sirvió una fuente tapada, y entonces el señor le pidió que mostrase sus artes adivinando lo que contenía. En la fuente había cangrejos. El campesino contempló la fuente y, no sabiendo qué responder, exclamó: -¡Ay de ti, pobre Cangrejo! Al oírlo exclamó el señor: -¡Ahí lo tenéis: lo sabe!; y también sabrá quién tiene el dinero.

Al criado le entró un pánico cerval y guiñó un ojo al doctor, dándole a entender que saliera un momento. Cuando lo hizo, los cuatro confesaron haber robado el dinero, asegurándole estar dispuestos a restituirlo y a darle, además, una cuantiosa suma si se comprometía a no descubrirlos, pues les iba en ello la cabeza. Le mostraron también dónde habían escondido el dinero. El doctor se dejó convencer, volvió a entrar, se sentó a la mesa y dijo: -Señor, ahora miraré en mi libro a ver dónde está escondido el dinero.

Y en estas el quinto criado se escondió en la chimenea para ver si el doctor sabía aún más cosas; pero éste abrió su cartilla y empezó a hojearla de arriba a abajo, buscando el gallo. Y como tardase en encontrarlo, dijo: Sé que estás ahí dentro, y tendrás que salir. Creyó el de la chimenea que iba con él y salió aterrorizado de su escondite diciendo: -¡Ese hombre lo sabe todo!

A continuación el doctor Sabelotodo mostró al señor donde se encontraba el dinero, pero sin decirle quién se lo había robado; recibió una buena remuneración por ambas partes y se hizo un hombre famoso.

Y Colorín Colorado


6 comentarios:

  1. hola amiga,me agusto mucho el cuento de hoy,siempre son buenos tus cuentos porque nos dejan una excelente moraleja.

    muchas veces creemos saberlo todo pero no nos damos cuenta de que cada dia se aprenden cosas nuevas.

    un fuerte abrazo amiga y feliz semana!!!!!!!!

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  2. Querida Tita, es un bonito cuento. Me encanta leer clásicos de los hermanos Grimm, mi infancia y esas cosas...jeje
    Besotes.

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  3. Tita, un Cuento muy interesante el del Doctor sabelotodo...así como no quién la cosa resulta que consiguió descubrir a los ladrones y conseguir una buena remuneración.
    Besitos Tita y Gracias por instruirnos y deleitarnos cada día con un cuento

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  4. Hola amiga excelente cuento sobre
    las casualidades que siempre llegan juntas...

    Un fuerte abrazo besos que
    tengas un feliz dia...

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  5. "Cuando la vida no te sea fácil, recuerda siempre esto. . . Que sepas, en tu corazón, que hay otros que nunca te olvidan. Que siempre encuentres un arco iris después de una tormenta. Que celebres las cosas maravillosas que hay en ti. Y cuando llegue el mañana, que puedas comenzar de nuevo. Que recuerdes cuántas sonrisas pueden llenar un día. Que creas que tus anhelos serán una realidad. Que encuentres tiempo para apreciar la vida y tiempo para compartir tu belleza espiritual. Que veas tu presente como un regalo, y tu futuro como otro más. Que agregues una página dorada al diario de cada nuevo día, y que puedas convertir "La felicidad eterna" en eterna felicidad. Y que siempre sigas sembrando las semillas de tu sueños. Porque si sigues creyendo en ellos, tus sueños seguirán tratando de florecer en ti."

    FELIZ SEMANA!

    Un abrazo y mi amistad

    Alexander♥

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  6. Tita,el cuento es ingenioso,porque nos hace ver las distintas acepciones del lenguaje,según quién y en qué momento las escuche.
    El doctor "sabelotodo" tuvo suerte,ya que supo sacar partido a la ignorancia con sus acertadas frases.
    Mi felicitación y mi abrazo inmenso.
    M.Jesús

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